Luna de Sangre I En Edición I

XIV.

14. Fuera de control.

 

A tan solo un par de minutos antes de partir, Mónica y yo esperamos el carruaje a las puertas del castillo, el silencio que reina en el lugar es abrumador, algo en mi interior no se siente bien y mi visión comienza a nublarse, es como si estuviera a punto de enloquecer.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no note a Benetem acercándose a nosotras hasta que la mujer junto a mí se alejó del sitio, no sé por qué lo hizo ¿Tal vez pensó en darnos privacidad? Es algo incómodo.

             —Estas ansiosa. — habla el rey con calma

             —No creo que fuera necesaria tu “habilidad” para que lo notaras. — respondo de manera seria

             —Aun estas a tiempo de retirarte.

             —Sabes que no lo hare, mi orgullo es superior a mí misma.

             —Lo sé — se acerca a mí para tomarme de las manos —. De cualquier forma, estaremos cerca del lugar… por si algo llegara a salir mal.

Yo espero que no sea así.

El carruaje aparece y en cuanto me dispongo a subir a este, Benetem me detiene para agregar algo más.

             —¿Me permites confesarte una cosa?

             —¿De qué se trata? — pregunto con duda

             —El cabello oscuro te luce mejor.

Tal vez nunca me acostumbre a recibir halagos de su parte, pero no me desagrada la idea de que se vuelvan cotidianos.

Nos alejamos de Crimson para adentrarnos a un pueblo mortal casi abandonado. El mayor número de ataques de suguinem sucedieron aquí, más de la mitad de los pobladores fueron víctimas de estas criaturas, así que son pocos los humanos que aun residen en este sitio.

Mientras más nos acercamos a una de las grandes casas del lugar, se comienzan a divisar un grupo de vampiros finamente vestidos, ellos deben ser los aliados de Markus.

En cuanto estamos de pie frente al hogar donde se llevará a cabo la reunión Mónica hace una sugerencia.

             —Mantén un perfil bajo.

             —Quizá hubiera sido más sencillo si mi cabello no fuera pelirrojo, siento que llama la atención. — agrego con un poco de desagrado

             —Tuviste todo el día para reclamar eso ¿Y elegiste hacerlo ahora?

En realidad, no lo hago a propósito, solo son mis nervios manifestándose de alguna forma.

Dentro del sitio los asistentes hablan entre sí sobre banalidades, en su mayoría están ansiosos por obtener algunos de los beneficios que les fueron prometidos por Markus; ser miembros del nuevo concejo, concejeros del rey Relish, mejores posiciones sociales y poder beber sangre de la descendiente de la sanadora, eso es un poco de lo deseado.

Camino por la habitación tratando de hallar algo de información importante, por desgracia no hay nada de eso, solo habladurías de alta sociedad.

Pierdo la concentración cuando un vampiro de aspecto consumido choca conmigo, esta acción me alarma, pero él no muestra interés.

            —Lo lamento.

Es lo único que dice antes de alejarse y seguir con su camino.

Algo extraño sucedía con él, lo refleja su aspecto y su olor a muerte, todos los vampiros lo transmitimos, pero en menor cantidad, por eso me pareció raro.

Me mantengo entre las esquinas evitando el contacto visual con cualquier individuo mientras observo a Mónica socializar con desconocidos, lo hace tan bien que entiendo porque tiene un puesto importante en el concejo.

Con cada minuto que transcurre me inquieto más y más, quiero evitarlo y controlarme, pero me está siendo muy complicado, no entiendo el origen de este sentimiento y eso no es nada tranquilizante, pero sobre pensar todo es aún peor.

Poco tiempo después Markus se para al centro del salón llamando la atención de los invitados al golpear ligeramente una copa de cristal con un cuchillo pequeño.

             —Me alegra ver a tantas personas acompañándome esta noche — sonríe sin transmitir honestidad —. Sé que algunos de ustedes aún están considerando su posición y el motivo por el que estén aquí es porque tienen dudas, así que hablen y permítanme aclararlas.

La multitud comienza a murmurar.

             —¿Qué nos garantiza que tú ganaras? — pregunta un valiente

Antes de darle la oportunidad de responder otro vampiro habla.

             —Hasta ahora tú llevas la desventaja.

El desagrado de Relish ante la última oración se pudo sentir en toda la habitación.

             —Bueno, el rey no es quien solíamos conocer, se ha vuelto blando y compasivo, quizá esté perdiendo su vitalidad. No vera venir el ataque.

Personalmente no pienso lo mismo, pero solo lo dice para tranquilizar a los demás.

             —Además, estará vulnerable si le quitamos lo que más aprecia. — continúa hablando

             —¿Y qué es eso? — alguien pregunta

             —Su querida Linale ¿No es así Mónica?

Las miradas se clavan en la mujer de cabello rubio y ojos violeta.

             —Así es, eso lo mantendrá distraído.

¿Debería comenzar a preocuparme? ¿O a correr?

             —¿Qué hay del arma secreta? Recuerdo que mencionaste algo al respecto. — interviene un desconocido

Markus muestra gusto al escuchar esa pregunta.

             —Anthony, hazlo pasar al frente. — expresa con orgullo

Aparece de entre la multitud aquel vampiro con el que había chocado hace un rato. Con él lleva a un suguinem parecido al que enfrentamos en la granja roja.

Esto no está bien.

             —Anthony preparo un suero diferente al resto, este da un mejor resultado al anterior — Relish se acerca la criatura —. Como podrán observar, es de mayor tamaño y fuerza.

             —¿Esto será suficiente? — alguien pregunta

             —Lo será y si no es así de cualquier forma la sangre de Linale nos será de ayuda ¿No es así querida?

Markus dirige su mirada directamente a mí y en ese momento siento como mi sangre se congela. Mónica me mira con confusión al percatarse de la situación.




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