Luna de Sangre I En Edición I

XVI.

16. Hazlo, cariño.

 

Los días transcurren sin recibir algún tipo de noticia, la calma se percibe en el ambiente. Me parece que esta es la primera semana en meses en la que no ha ocurrido absolutamente nada.

Por suerte hoy si tengo algo que hacer, realmente no sé de qué se trata, pero Benetem me pidió que nos viéramos en la sala de reuniones a la media noche, se portó misterioso al darme esta indicación, pero no tengo motivos para creer que se trate de algo negativo.

Nos encontramos a las puertas del salón y él decide hablar conmigo antes de entrar.

            —Tengo algo especial para ti.

             —¿Especial? — mis nervios se alteran

             —No debes preocuparte.

             —Muy tarde, ya me preocupé.

             —Te gustara — dice con calma —. Te lo prometo.

¿En qué momento comencé a confiar en ese “te lo prometo” proveniente de Benetem? La vida cambia muy rápido.

En el interior de la sala de reuniones se encuentra el grupo del sol. Se siente una energía extraña en el aire, no necesariamente mala, solo es algo diferente.

Sin perder el tiempo nos acercamos a ellos.

             —Linale, el grupo del sol fue creado por ti, su misión era encontrarte — habla el rey con seguridad —. Pero como ya estas entre nosotros he tomado la decisión de entregarte el mando del grupo.

Recibo la sorpresa como agua fría.

             —¿Lo dices enserio? — expreso con duda

             —Estoy seguro de que lo manejaras correctamente, tienes sangre de líder.

No pensé que él me viera de esa forma, como alguien con la capacidad de liderar algo tan importante.

             —No lo tienes que hacer, Benetem.

             —Te equivocas, esto es precisamente lo que me corresponde hacer.

La calma en su voz me agrada, siento que es algo a lo que podría acostumbrarme.

             —Nosotros estaremos complacido de trabajar contigo. — Evan se dirige a mí

             —Aun no estoy completamente segura…

             —Descuida, te haremos sentir cómoda.

Demasiadas personas preocupadas por mi bienestar mental, eso es nuevo.

Conversamos con Evan unos minutos más antes de que se marchara del lugar con el resto de los miembros de su equipo o ¿Mi equipo? No se cómo debería referirme a ellos.

En cuanto Benetem y yo nos quedamos solo aprovecho para interrogarlo.

             —¿Harás cosas como estas todo el tiempo? — pregunto

             —Por supuesto que sí. — responde abiertamente

             —¿Ni siquiera los vas a disimular?

             —No, de igual manera lo notarias. Prefiero ser sincero.

             —Entonces dime que te inquieta.

Se sorprende al escuchar mis palabras.

             —¿Cómo lo notaste? — cuestiona

             —No lo sé, solo lo sentí.

Realmente ocurrió de ese modo, fue una sensación extraña.

             —Quizá la próxima vez que veamos a Markus sea en un enfrentamiento. — agrega

             —Es lo que todos esperamos, pero ¿Qué sucede con eso?

             —Sera complicado, mucho más que la noche de su reunión.

Si mi instinto es correcto creo saber a dónde se dirige esta conversación.

             —Linale, me preocupa que no seas capaz de defenderte por ti misma. — expresa con inseguridad

             —Bueno, tampoco soy alguien indefensa… no del todo al menos.

             —Pero no eres tu versión completa.

             —He aprendido a vivir con eso.

             —No deberías.

             —No se pueden cambiar las cosas, Benetem.

             —Te equivocas, si se puede.

Su mirada se vuelve profunda, no necesita pronunciar palabra alguna para hacerme entender a qué se refiere.

             —Yo…

             —¿Quieres que lo haga? — reformula su pregunta —¿Quieres hacerlo? — su voz suena casi como un susurro

             —No lo sé…

             —Linale…

Se acerca lentamente a mí colocando sus brazos a mis costados acorralándome contra la mesa. Tenerlo de ese modo me hace sentir como una humana, tan incapaz de formular palabras.

             —Si lo quieres dilo.

             —Lo quiero.

Acepto su oferta sin prestarle atención a mi propio subconsciente.

De un segundo a otro desaparecemos del lugar para aparecer en su habitación. Benetem coloca sus manos alrededor de mi cintura mientras nuestros labios se tocan bruscamente.

Él aleja su cuerpo unos centímetros de mí para comenzar a desabotonar su camisa, cuando su piel queda expuesta admiro por unos segundos su cuerpo.

Benetem me guía lentamente hasta la cama para después dejarme caer en la misma. Se posa sobre mi antes de continuar besándome mientras yo coloco mis piernas a su alrededor. 

El calor se extiende por todo mi cuerpo al mismo tiempo que algunos de mis músculos se tensan al sentir el contacto físico.

Sus frías manos tocan mi piel trazando un camino sobre mis piernas, cada pequeña acción libera una gran reacción, mientras más segundos transcurren más deseo avanzar.

No necesito expresar nada con palabras para que Benetem me comprenda. Me toma de las manos para levantarme y colocarme sobre él.

Mientras nuestros labios se tocan se detiene para hablar.

             —Hazlo, cariño. — expresa con voz profunda

No respondo nada, solo hago lo que dice.

Bajo lentamente por su cuello deteniéndome al clavar mis colmillos en su piel. En ese instante la energía comienza a recorrer cada parte de mí, una cesación inunda mi cuerpo, me hace sentir como alguien diferente, pero también se hacen presentes algunas memorias de Benetem.

Al finalizar me alejo unos centímetros de él, sin embargo, el deseo no se pierde, sino que aumenta.

El rey comienza a desabotonar mi vestido con calma, la sensación de sus frías manos tocando la piel expuesta de mi espalda me causa escalofríos.




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