Bree
La joven Bree lleva mucho tiempo viviendo sola en una cueva, desde que su hermano Damon la sacó de su manada para esconderla del vampiro Klaus. Él es la persona más querida para ella, su héroe que la salvó de las garras de la muerte y que siempre la cuidó desde chica.
Nunca conoció a su madre ya que según le dijeron murió cuando ella nació, por ello no conoció el abrazo cálido de la mujer que le dio la vida. Fue dada a una familia de lobos que la cuidaran pero no era muy aceptada que digamos por ser híbrida incapaz de convertirse, sin sentidos agudos la consideraban débil.
De niña fue forzada a trabajar para procurar su alimento. En la misma casa que debía ser cuidada era tratada como sirvienta y es allí donde aprendió muchas cosas básicas para sobrevivir aprendió a cocinar ricos postres eran sus favoritos y los hacía con mucho amor para que su hermano los probara a escondidas de todos.
Su hermano mayor descubrió que a ella no le trataban bien en esa casa y no dudó en llevarla consigo a la primera oportunidad, pues era necesario. La manada era cruel incluso con la hija del alfa por ser híbrida la mezcla entre un humano y un licántropo. No entendían porque un alfa tan ambicioso mezcló su sangre con un esa mujer para tener una descendencia tan débil.
El alfa Drack no amaba a nadie, ni a su primogénito, ni a su luna humana, incluso especulan que fue el mismo alfa que la asesinó y lo ocultó de todos. Sin embargo no se explicaban por qué no hizo lo mismo con la niña que no servía para nada. Hasta que un día Damon la llevó a la mansión del Alfa a vivir un tiempo con él; nadie supo que el joven alfa lo hizo sin autorización de su padre, pero a éste le valía poco o nada que pasara con la mocosa. Desgraciadamente no se atrevía a mirarla pues heredó los ojos de su madre, era el recordatorio eterno de ésa mujer que raptó y usó.
Bree por su parte estaba feliz, estaría con su padre y su hermano para ser una familia. Se propuso hacerle de comer a ambos para que nunca se separaran. En su corazón de niña sentía la necesidad de darles motivos para quedarse con ella como lo haría una mascota.
Quería poder verle, crecer al lado de un padre ya que no tenía a su madre al menos podría tener la mitad del cariño, que completaría con el amor de su hermano, serían los tres contra el mundo era un hermoso y dulce sueño.
Pero nunca llegó, su padre no le daba la cara, en ocasiones le vio por una ventana alejarse de la casa. Incluso creyó que Drack se alejaba en cuanto ella daba pasos tímidos en su dirección. En su lugar siempre tuvo a su hermano cada día de su vida, pendiente de que nada le faltara era su ángel.
Siempre que ella preguntó por su padre por qué no la visitaba Damon le mentía para no romper sus ilusiones. Le decía que estaba ocupado, o que había salido por asuntos de la manada pero que en verdad la amaba como un padre ama a su hija; esas eran las palabras de Damon quien a pesar de todo siempre le brindó mucho cariño.
Todo cambió un día que su hermano llegó agitado a su habitación diciéndole que debían huir lo más pronto posible.
Bree somnolienta apenas alcanzó a ponerse los zapatos su hermano no tomó nada más que un par de camisas y la llevó a la cocina a escondidas de todos para meter una botella de agua, galletas, pan, unos postres que ella misma había preparado el día anterior, etc.
Hicieron una pequeña maleta con algo de comida y agua para el viaje, la tomo de la mano y corrió con ella lo más lejos que pudo. La gente no les prestaba atención por eso los ignoraron sin saber lo que el padre de los dos pactaba con un vampiro. Apenas cargaban con la ropa puesta por la prisa de Damon por ocultarla.
La sola idea de que ese vampiro pusiera sus manos en su inocente hermana lo asqueaba y le llenaba de furia saber que su padre la mantuvo con vida para usarla en el momento indicado.
Buscaron el camino largo, cerca de rocas montañosas, para no dejar rastro se bañaron en el río de agua helada una verdadera tortura para la chica que era tan humana, Bree jadeó apenas entró al agua, su piel se erizó y sus mejillas y su nariz se tornaron rojas, empezó a temblar y apenas pudo salir tomada de la mano de Damon que soportaba más la temperatura por su condición de lobo alfa, sabía que era duro pero necesario para que los lobos le perdieran el rastro a ambos.
Se alejaron tanto que llegaron a límites de otra manada sin saberlo. Encontraron una cueva oculta a la vista de curiosos y luego de inspeccionarla se dieron cuenta que era perfecta para ocultarse.
Apenas llegó ayudó a su hermana a calentarse, en medio del lugar juntó ramas secas para crear un pequeño fuego donde ambos extendieron sus manos para calentarse mientras estaba sentados uno al lado del otro.
Ésta era su vida ahora, mientras las llamas consumían la leña y Bree dormía en el regazo de su hermano éste dejaba salir lágrimas de amargura, la vida era tan dura con ellos. Pudo simplemente dejar que las cosas sucedieran, que se la llevaran pero no tenía corazón para abandonarla, ahora eran dos fugitivos, seguro su padre estaría furioso pero Damon no iba a dar marcha atrás.
Se secó las lágrimas con rabia, no se iba a dar por vencido, a partir de ése instante comenzaba una nueva vida para ellos, quizás era lo mejor estar lejos de personas tan dañinas y con ese pensamiento se durmió.
Su hermano le acompañó un tiempo, eran sólo ellos dos, Damon salía a buscar leña y cazar venados, conejos o lo que pudiera encontrar en el bosque para alimentarse y ella limpiaba y cocinaba, eran un buen equipo.
Cuidó de Bree, le dijo que si alguna vez algo pasaba ella debía ser fuerte. Le enseño muchas cosas a como ocultar su rastro, a cazar para comer y a esconderse de sus enemigos, una confrontación para Bree podía ser fatal.
Al ser híbrida no tenía transformación a loba, sin sentidos agudizados, sin fuerza sobrehumana, ni garras o colmillos no podría defenderse de ningún ataque.
Estaba en desventaja por lo cual era mejor esconderse y huir.
Bree empezó a crecer, la ropa ya no le quedaba por ello Damon salió a buscar algo, sólo pudo tomar una maleta de unos turistas que eran prácticamente ropa de hombres, pero era eso o morir de frío para la chica que era prácticamente era más humana que licántropo.