Extra 2

Extra 2

La promesa de Cassy

Despierto con un dolor en el cuello, no se a dónde estoy, siento mi cuerpo pesado, tengo frío el viento me da en la cara mientras alguien me lleva en brazos.

¡¿Espera que?!

Abro mis ojos de golpe y observo al hombre que me tiene.

– Ya despertaste lobita. – me dice con una sonrisa y me quedo viendo embobada a este hombre tan apuesto.

Un momento

Los recuerdos me golpean, anoche yo entré a la casa del alfa a robar comida, éste hombre me atrapó y luego me marcó.

¡Que!
Oh Dios mío.

Me bajo rápidamente de sus brazos donde estaba, asustada y confundida mirando a todos lados.
Estamos frente a una cabaña y un auto se aleja de donde estamos, acaso me piensan dejar a solas con él.

No tengo ni idea de quién es éste sujeto, porqué hizo lo que hizo y porqué estamos aquí solos.
Temo por mi seguridad pero recuerdo a aquella personita tan vulnerable que me espera
Bree ella me necesita la tormenta casi empieza y ella no sobrevivirá sin comida, ropa y muchas cosas más.

Soy todo lo que tiene ahora, y yo la necesito tanto como ella a mi, somos hermanas; trato de avanzar, debo encontrarla o morirá de hambre y frío, pero el hombre que me marcó se detiene frente a mi.

– Tranquila preciosa, sé que tienes muchas dudas, yo también pero quizás si vamos allá adentro podamos resolverlas. – me dice sonriendo.
Lejos de tranquilizarme eso me da miedo, acaso quiere aprovecharse de mi, o acaso esa cabaña es un lugar de torturas, no sé si quiero descubrirlo
Él me mordió, pero no huele a mi mate, es decir no huele a nada, podrá ser muy apuesto pero nunca debo dejarme llevar por las apariencias con desconocidos.

Eso es lo que menos importa debo escapar de éste loco, da un paso hacia mí, e intenta tocarme, pero no contaba con la patada que le doy ahí donde más le duele.
Cae agarrándose sus partes mientras yo huyo despavorida.

– ¡Cassy!
Ay Dios seguro me mata

No sé de donde saqué ese lado guerrero, soy una omega y mi fuerza es minima, pero me voy a defender con uñas y dientes de cualquiera, no quiero transformarme, eso sería un grave error, si ve mi forma lobuna va a saber lo débil que soy también tengo muchas dudas ¿como sabe mi nombre? ni idea lo mejor es correr.

No lo escucho, seguro sigue lamentándose en el piso, es algo bueno para mí.
El frío es casa vez más intenso y huyo en dirección de la cueva, sintiéndome derrotada, por venir con las manos vacías.

Pero no he comido bien en estos días, así que mis piernas no dan más y empiezo a sentirme mareada.
Me detengo sintiéndome débil apoyándome en un árbol, con una horrible opresión en el pecho pero unos fuertes brazos me toman.
Sé que es él, pero no creo tener fuerzas para escapar así que dejo me lleve de vuelta, sin saber mi destino.

– Tranquila pequeña te tengo. – susurra en voz baja.
Esperaba gritos, reclamos pero en lugar de eso soy cargada con delicadeza, me lleva estilo princesa, y en mi debilidad rodeo su cuello con mis brazos.

No decimos ni una sola palabra, durante los próximos minutos, su cuerpo irradia calor suficiente para quitarme el frío, puedo escuchar sus latidos y podría equivocarme pero parece estar en calma.
La cabaña de hace un momento está frente a nosotros y soy bajada con cuidado mientras él abre la puerta, sin soltar mi mano, pareciera que teme a que escape de nuevo, pero no creo sea posible.

El lugar es bonito, debo decir que cálido, hogareño, único, se nota que le falta el toque femenino.
Soy depositada con cuidado en un sillón y veo al rubio dar dos pasos hacia atrás para darme espacio, lo cual agradecí mucho.

Caminaba de un lado a otro, mientras pasa sus manos constantemente en su pelo, se mira un hombre fuerte, musculoso, tenía unos labios apetecibles y en verdad quería ser yó la que acariciara ese cabello.

Pero que estoy pensando

Parecía no encontrar las palabras para empezar a hablar asi que decidí ser yó quien rompía el hielo.

– Mi nombre es Cassandra, me dicen Cassy de cariño... al parecer ya lo sabes pero yo no sé nada de ti, porque me tienes aquí o porque me marcaste.

Miles de dudas me llenan la cabeza, pero creo que hablar es un mecanismo de defensa, necesito saber que no va a lastimarme y que puedo confiar en él
Se detiene en el instante, mirándome en silencio y sin saber que decir al parecer, pero luego de un suspiro lo hace.

– Mi nombre es James, lo siento por marcarte de ésa manera pero lo que voy a decirte puede parecer loco pero somos mates.

– No puedo sentir tu esencia.

– Ni yo la tuya.

– Entonces.

– Cassy tampoco puedo sentir la mía, así como tú tampoco lo haces con tu esencia, verdad. – dice llamando mi atención – Se tu nombre Cassy, pues mi alfa me lo dijo.

– Pero no le conozco.

– Lo sé, pero argh esto es difícil de explicar – se ve frustrado, lo cual hace que tome distancia de él.
– Lo lamento lobita, lo que menos deseo es asustarte.

– Quiero irme.. - le digo al borde del llanto, no quiero estar a solas con un desconocido y peor si es violento.

– No te vayas, por favor déjame hablar primero, si al final es tu deseo marcharte lo entenderé.

En este punto ya no tenía nada que perder así que le dije que continuara.

– Eres Cassandra de la manada Luna sangrienta, huiste de ellos, porque eres omega y no te trataban bien a pesar que está prohibido lastimar a uno de los nuestros. – se toma un respiro como si necesitara calmar su enojo – Nuestros alfas se enfrentaron ésta noche en una batalla a muerte.

– Oh Dios mío..¿tu alfa?.

– Afortunadamente no murió esta vez.

– ¿Ehh?

– Así como lo oyes, Cassy tu alfa atacó al mío a traición y lo asesinó, tu ya estabas aquí con Bree así que no dijiste de donde eras, por miedo a las represalias, pero mi primo ya había hecho un pacto de sangre por sangre condenándolas a ambas, nosotros nos enamoramos en medio de una guerra Cassy y si hoy te cuento algo tan absurdo como esto es gracias a la bruja de la manada. Selene era su nombre y ella volvió el tiempo atrás, así Ethan podría evitar todo lo que te dije.
Es por eso que no me recuerdas, pero yo puedo verte a los ojos y sé que cada palabra suya es verdad. Eres todo lo que siempre quise Cassy.