—En que momento dejaste de hablar conmigo.
—Deje de hablarle, cuando es se alejó y Mamoru llegó. — se contestó a si misma mientras una lágrima rodaba su mejilla recordando su pregunta.
Antes de dar un último paso para salir sintió como alguien tomaba el brazo, al girarse, lo vio, era él.
—Kaname ¿Qué pasa?— trato de ser fría. Él no respondió, únicamente se quito el gran listón que aparentaba ser un moño y lo coloco alrededor del brazo de la morena (para que el sangrado no se hiciera peor).—Gracias—
Fue lo unico que dijo dando la vuelta saliendo y regresando a su dormitorio.
—Al parecer te has obsesionado con es niña, Kaname.— de las sombras apareció Ginger una vez al percatarse que se encontraban solos.
Kaname sólo sonrió y nego contestandole— no seas tonta, yo no me he obsesionado con ella.
Al entrar a su dormitorio, una vez cruzar la puerta Mamoru se corrió hacía la morena y la abrazo— Ale, ¿donde estabas?— su tono sonaba preocupado.
Ella lo miro sin saber que responder, no podía decirle con quien se encontraba, sino Mamoru enfurecería, así que solo calló.
Mamoru la miro tiernamente, a pesar de saber su respuesta se limitó a seguir abrazandola— no te preocupes.— murmuró en su oido— Aldo no te molestara más, ¿verdad?— ambos se giraron a verlo.
Al sentir sus miradas los observo asintiendo— perdón Ale, no volverá a pasar.— la morena asentio y fue a su habitación, al abrir la puerta se encontro con Rose y Carol quienes se hayaban sentadas en su cama. Rose la miro sonriendo ligeramente—nunca había visto tan enojado a Mamoru—
Carol rio y prosiguió — no querrás decir que nunca habíamos visto a Mamoru enojado.— la chica se quitó el chaleco dejándolo en una silla para después dirigirles una mirada llena de confusión, no sabía a lo que se referían.
—¿De que hablan?—pregunto curioso agarrándose el cabello en un chongo.
Rose rodo los ojos— después de que Kaname te llevará con él apareció Mamoru y a decir verdad estaba nada contento— suspiro— Incluso lo amenazo con suspenderlo— Alejandra abrió la boca sorprendida sin poder articular una palabra.
Carol sonrió negando— Siendo sincera no se porque se enojo más Mamoru, sí porque Aldo intento beber tu sangre o porque gracias a ello Kaname y tú pudieron estar juntos un momento.
Escuchaba lo que sus amigas decían con atención, Rose que por lo regular se mantenía seria, rió al ver el rostro de su amiga y después salir junto a Carol de la habitación.
Una vez estando sola se recosto en la cama, recordando todo lo sucedido en esa noche— Si Mamoru vio a Kaname abrazarme ¿porqué no hizo nada?. Y lo más importante sus palabras.—
—"En que momento dejaste de hablar conmigo."—
El cuarto se hallaba en oscuridad podria ser de día y siendo así debía desperta, al hacerlo con pesadez se levantó y bajo a la sala, ahí estaba Aldo con la mirada perdida ni siquiera parecía estar en ese mundo, sin evitarlo se acercó a él tomando su hombro a lo que volteó y sonrió con melancolía.
—Aldo—miraba expectante a la pelinegra frente a el. Por su parte ella trago y decidio preguntar— ¿que fue lo que te hizo Mamoru?
Él solo se quedo callado y levantándose la abrazo, como si hubiera sido grave echo, Alejandra sólo atinó a dar unas palmaditas en su espalda, sin darse cuenta de la sonrisa que se había formado en los labios de su acompañante.
Unos segundos después llegaron Lana y Dean quienes observaron la escena, ella con enojo— ¿no te basto con hacerte la mosquita muerta frente a Mamoru? Si no que después llegas y abrazas a Aldo.— exclamó con indignación, y es que le molestaba que toda la atención de Mamoru se centrará en ella.
Al escucharla se alejó de Aldo retirándose.
— que cruel eres con ella.— Dean reprochó a la ojimiel
Lana puso los ojos en blanco— no soy cruel solo, digo la verdad— se defendió.
—Siempre la has odiado, desde que la conociste.— contrataco él negando, para después ir detrás de su amiga quien se hallaba sentada en el jardín del dormitorio. Se acercó y tomándo su hombro obtuvo su atención— no le hagas caso.— sonrió
— ¿tú sabes porque— paro un momento y continúo su pregunta— porque ella me tiene tanto rencor? Desde que me conoció—
Él nego— pero, deberías preguntarle.
Ambos volvieron a la sala donde ella y Aldo discutían.
—¿Porque le dijiste esas cosas cuando me estaba abrazando? Si iba a reprocharle, hubieras esperado.
No se había percatado de la llegada de sus compañeros, pero al hacerlo su rostro se volvió una mueca de disgusto cuando vio el semblante de la morena, la cual era de enojo — ¡Con que, era una farsa!— afirmó
Aldo se quedo callado— no como crees.— trato de arreglar la situación sin éxito. Dean solo reía al ver el rostro de ambos, una molesta y la otra de miedo.
El cielo se había vuelto nocturno, lo cual significaba que los estudiantes eran los de la clase de la Luna. El salón donde solían tomar clases, a comparación de otras noches se encontraba incompleto, algunos de sus alumnos habían desaparecido misteriosamente; Aldo, Shiki, Lana, León y Carol eran los que faltaban.
—Donde están los demás — pregunto Mamoru fríamente. Desde hace una clase ellos habían desaparecido
—Ni idea— contestó una chica.
—Deberían buscarlos— continuó él observando a los demás. Alejandra junto con Dean y Rose, salieron en su busca, separándose para encontrarlos con facilidad.
Dean junto a Rose se dirigieron a los demás salones, mientras Alejandra se dirigía al patio.
Para su sorpresa todos sus compañeros se encontraban ahí, pero no estaban solos.
—Gracias a ti tuve serios problemas con Mamoru, ahora me las pagaras.— exclamó al rubio prefecto.
Kaname sin evitarlo sonrio— no pierdas tú tiempos, sabes que yo te ganare.—
Aldo quien enfureció lanzo cristales de hielo, los cuales a Kaname no le costo mucho derretir ni esquivar levantó la mano y de ella salieron varios rayos de luz. Eliminando el hielo del vampiro. Burlandose de él— ¿eso es todo?, reconocelo ninguno de ustedes puede vencerme. Ni siquera por que en la noche son más poderosos.
Lo que habia dicho fue tomado como ofensa por parte de todos, ¿Como se atrevía a subestimarlos? De todas las criaturas de las sombras ellos eran los más capaces, por ellos se habían descubiertos varias ramas. Por los vampiros se había descubierto incluso la magia. Así que el solecito no tenía derecho a despreciar sus poderes.
Enfurecidos iniciaron una batalla para demostrarle su error, no pararian hasta obtener una disculpa de su parte.
Atacaban con ganas, a pesar de que Kaname esquivaba cada uno. Desde los fríos cristales de Aldo, las bolas de fuego de León, los tornados de Carol, hasta que sin ser vista Lana se teletransporto a sus espalda y lo ataco por detrás, ese pequeño lapso de confusión fue aprovechado por los vampiros, atacando todos al mismo tiempo. (Carol con su poder del aire, Shiki con su poder de atacar con a alguien con su látigo de sangre, Aldo congelaba sus pies y León con sus bola de fuego).
—ALTO!!— grito mientras corría a su lado, distrayendo a sus compañeros y dándole oportunidad a Kaname de derretir y cegarlos con una luz demasiado brillosa proveniente de su mano.
Sin pensarlo tomo el cetro que hace poco le había sido entregado y girandolo regreso sus ataques, como si de un escudo se tratará.
— ¿de que lado estas?— exclamó Lana furioso
—5 vs 1, ¿no crees que es un poco injusto?— al igual que ella uso la teletransportación, pasándose detrás de ella golpeando su nuca lo cual hizo que cayera.
Gracias al ataque que los dejo cegados, Kaname golpeó fuertemente el estómago de Aldo dejando que este cayera al piso. Segundos después cayendo él mismo, ya que se habia debilitado por todos los ataques juntos.
La pelinegra tomo su mano teletransportandose a la habitación de Kaname, no sin antes escuchar la llegada de Mamuro junto con Dean y Rose.
—Basta!— se escuchaba molesto, pero no pudo oírlo más porque en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el dormitorio de Kaname.
Con mucho cuidado y esfuerzo lo recoste en su cama.
—Tranquilo, descansa— susurro al cubrirlo con sus cobijas.
—No te vayas, por favor.— suplico sujetandola del brazo al intentar marcharse.
Giro encontandose con los hermosos ojos azul zafiro del chico, aquellos que siempre la habían hipnotizado.
—Sientate— sólo asentio,sentándose a su lado en aquella suave cama. Él acarició su mejilla, al sentirlo cerro los ojos con su tacto— Perdón.—
Al escucharlo no pudo evitar mirarlo con sorpresa.
—Entiendo que yo fui quien te alejo— al notar que iba hablar, poso un dedo sobre sus labios evitando que lo interrumpiera— Por favor, deja que continúe— Alejandra asintió— alejarte fue lo más difícil que hice, fui cobarde quizás, pero quiero que sepas que nunca deje de cuidarte. Siempre eh estado ahí esperando a que volvieras, a que regresaras a mi— el corazón de la pelinegra latía rápida y fuertemente, estaba felíz y no sabía porque.
Volvió acarciar su mejilla con delicadeza— tengo miedo, miedo a que en algún momento quieras ser como ellos, miedo de volverte a perder.
En ese momento envolvió protectoramente en sus brazos a la chica— se que puede escucharse egoísta de mi parte, pero no quiero que que te vayas nunca más, no quiero que te toquen, que beban de ti, que te lastimen o que puedas dar tu vida por ellos, no quiero que Ames alguno y te transformes.— murmuro, su aliento tocaba el cuello de la morena, provocando un ligero cosquilleo
Por su parte no sabía que responder, no hallaba las palabras para describir lo que sentía. Su sorpresa no podia ser más grande. Los dos continuaban en la misma posición y el silencio reinaba en toda la habitación, pero no era incómodo por lo contrario, era recorfontante.
—Prometelo— fueron las palabras que rompieron su silencio, el tono en que habían sido dichas parecía a ser una orden pero a la vez reflejaba su súplica en el.
—¿Que?— no entendía a lo que se refería.
Separándose, la miro a los ojos y tiernamente hablo— prometeme que nunca te convertiras en uno. No soportaría volver a perderte, por favor.— suplico de nuevo.
—Lo prometo— ¿Porque lo había dicho?— se reprendió ella. Ni siquiera había notado el momento en que las dijo, solo lo hizo— Yo... yo.. me tengo que ir.— estaba nerviosa y confundida.
—Ya es muy tarde y después de todo, tú no eres un vampiro— jaló de su brazo nuevamente recostandola en su cama como tomando su cintura.
— Eto.... No debería.— sus mejillas se estaban tornando rojas.
—Tranquila— susurro acariciando su ondulado cabello.— te he perdido por mucho tiempo, sólo déjame abrazarte unos minutos más, déjame volver a estar contigo.— pidió
La pelinegra cerro sus ojos olfateado su aroma, fresco y dulce. Sabía que estaba mal, o quizás no, de niños solían abrazarse hasta que ella caia en sus brazos dormida.
—Exacto, pero ya no somos unos niños, ya tenemos 14 y 15 respectivamente, eso podría malinterpretarse— recapacite, tomando sus fuerzas de voluntad se alejó, dejándolo un poco abrumado.
—Yo.... me tengo que ir, recuperate pronto— se apresuro y transportandose a su habitación.
—Nos vemos mañana Ale— murmuro antes de que se marchará.
Desde su habitación podía escucharse la riña que Mamoru le daba a los demás, siendo el final dirigiéndose sólo a una persona.
—Estoy decepcionado de ustedes, Lana quiero hablar después contigo.— temerosa asintió.
Recostada escucho unos golpes en la puerta.
—Adelante— contestó cansada.
Rose abrió la puerta quedándose debajo de ella.
—¿Te encuentras bien?— pregunto la pelirroja; aunque Rose por lo normal se escuché desinteresada, ella siempre ha estado a su lado, nunca ha sido muy social sin en cambio ambas se consideraban buenas amigas.
—Si— contestó, aunque la pelirroja no le hubiera creído, realmente se escuchaba perdida, sin embargo no cuestionó ni pudo decir nada más, ya que Carol un poco enojada entró a la habitación pasando de ella.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué salvaste a Kaname? Se merecía sufrir después de cómo nos humillo.
Rose con ese tono tranquilo e indiferente que la caracterizaba— Eres una estúpida, solo lo has hecho para llamar la atención de Dean, Kaname solo humillo a Aldo; tú lo atacaste pensando que Dean te vería distinto, en lo cual te equivocaste.
Carol no la miro con ira disimulada — tú no sabes nada, deja de hacerte la señorita perfecta y sin sentimientos. Porque no lo eres. Sólo comes libros para humillar a los demás— al darse cuenta de sus palabras se acercó a ella— perdón, no quise decir eso.
—Pero lo dijiste— se levantó Alejandra acercándose a Rose.
—No importa Ale, estoy bien— Rose jamás demostraría el daño que le habían echo las palabras de su amiga. Ella siempre solia actuar de manera desinteresada porque así le combenis.
—De verdad lo siento Rose. — Dijo Carol abrazandola— tienes razón
—Tranquila, no hay problema.— asistieron la pelirroja y la morena.
Después de unos minutos de charla, ambas salieron dirigiéndose a su habitación.
Por su parte Alejandra pensaba la razón por la cual Mamoru queria ver a Lana a solas, tratando de olvidar lo sucedido con Kaname.
Al día siguiente antes de salir del dormitorio para ir a las clases.
Shiki con voz floja se acercó a ella— de nuevo tenemos que pasar los acosos de la clase del sol— la morena rió mientras él la observaba a detalle— te sigues viendo deliciosa como el día que te conocí— susurro— pero no te preocupes no te haría nunca daño.— sonrió ganándose otra sonrisa como recompensa.
Rose molesta por lo que dijo empujo a Shiki y marchándose al abrirse las puertas; con él pisandole los talones.
Después de ellos los demás seguieron, mientras algunos alumnos de la otra clase los rodeaba alegremente.
Al encontrarse a lado de Mamoru varias chicas se posaron a su alrededor empujandose para obtener un poco de su atención y asfixiandola. De pronto sinto como alguien la sacaba de su asfixia. Era Kaname quien la tomó por la cintura — muchas gracias por ayudarme, ayer no tuve la oportunidad de agradecerte.— sus rostros se encontraban a centímetros de distancia. Podia sentir como su rostro volvia a cambiar de color.
Sonrojada— no importa, de todos modos eran mucho contra uno—
La tomó con más fuerza pero sin llegar a lastimarla, divertido susurro en su oído— no me refería a eso— sus mejillas se habían colorado y el río por lo bajo dándole un beso en la coronilla.
Ginger quien presenciaba la escena les dijo a Mika, Rey, Lena, Anni, Neftalí (hermano de Anni) y Ryuu (hermano de Rey)— ya estoy harta de que Kaname este cada día más obsesionado con esa niña.
Ryuu burlonamente respondio— no lo culpo es una niña bonita o por lo menos más que ustedes.
Al oirlo las chicas lo miraron furiosas y se lo agarraron a golpes.
Anni riendo dijo para si misma— no creo que este obsesionado, más bien enamorado.
Ginger quien la escucho, detuvo los golpes a Ryuu— no digas eso—.
Neftalí también burlándose de ella— hermanita no digas tonterías ya sabes que Kaname solo juega con las mujeres como con Ginger.
Ginger furiosa empezó a corretear a Neftalí.
Ryuu igual rio mirandola— ay Anni, que cosas dices.
Anni sonrojada pensó— no me importa lo que piensen o lo que digan ellos, yo estoy segura.
—En que momento dejaste de hablar conmigo.
—Deje de hablarle, cuando es se alejó y Mamoru llegó. — se contestó a si misma mientras una lágrima rodaba su mejilla recordando su pregunta.
Antes de dar un último paso para salir sintió como alguien tomaba el brazo, al girarse, lo vio, era él.
—Kaname ¿Qué pasa?— trato de ser fria. Él no respondió, únicamente se quito el gran listón que aparentaba ser un moño y lo coloco alrededor del brazo de la morena (para que el sangrado no se hiciera peor).—Gracias—
Fue lo unico que dijo dando la vuelta saliendo y regresando a su dormitorio.
—Al parecer te has obsesionado con es niña, Kaname.— de las sombras apareció Ginger una vez al percatarse que se encontraban solos.
Kaname sólo sonrió y nego contestandole— no seas tonta, yo no me he obsesionado con ella.
Al entrar a su dormitorio, una vez cruzar la puerta Mamoru se corrió hacía la morena y la abrazo— Ale, ¿donde estabas?— su tono sonaba preocupado.
Ella lo miro sin saber que responder, no podía decirle con quien se encontraba, sino Mamoru enfurecería, así que solo calló.
Mamoru la miro tiernamente, a pesar de saber su respuesta se limitó a seguir abrazandola— no te preocupes.— murmuró en su oido— Aldo no te molestara más, ¿verdad?— ambos se giraron a verlo.
Al sentir sus miradas los observo asintiendo— perdón Ale, no volverá a pasar.— la morena asentio y fue a su habitación, al abrir la puerta se encontro con Rose y Carol quienes se hayaban sentadas en su cama. Rose la miro sonriendo ligeramente—nunca había visto tan enojado a Mamoru—
Carol rio y prosiguió — no querrás decir que nunca habíamos visto a Mamoru enojado.— la chica se quitó el chaleco dejándolo en una silla para después dirigirles una mirada llena de confusión, no sabía a lo que se referían.
—¿De que hablan?—pregunto curioso agarrándose el cabello en un chongo.
Rose rodo los ojos— después de que Kaname te llevará con él apareció Mamoru y a decir verdad estaba nada contento— suspiro— Incluso lo amenazo con suspenderlo— Alejandra abrió la boca sorprendida sin poder articular una palabra.
Carol sonrió negando— Siendo sincera no se porque se enojo más Mamoru, sí porque Aldo intento beber tu sangre o porque gracias a ello Kaname y tú pudieron estar juntos un momento.
Escuchaba lo que sus amigas decían con atención, Rose que por lo regular se mantenía seria, rió al ver el rostro de su amiga y después salir junto a Carol de la habitación.
Una vez estando sola se recosto en la cama, recordando todo lo sucedido en esa noche— Si Mamoru vio a Kaname abrazarme ¿porqué no hizo nada?. Y lo más importante sus palabras.—
—"En que momento dejaste de hablar conmigo."—
El cuarto se hallaba en oscuridad podria ser de día y siendo así debía desperta, al hacerlo con pesadez se levantó y bajo a la sala, ahí estaba Aldo con la mirada perdida ni siquiera parecía estar en ese mundo, sin evitarlo se acercó a él tomando su hombro a lo que volteó y sonrió con melancolía.
—Aldo—miraba expectante a la pelinegra frente a el. Por su parte ella trago y decidio preguntar— ¿que fue lo que te hizo Mamoru?
Él solo se quedo callado y levantándose la abrazo, como si hubiera sido grave echo, Alejandra sólo atinó a dar unas palmaditas en su espalda, sin darse cuenta de la sonrisa que se había formado en los labios de su acompañante.
Unos segundos después llegaron Lana y Dean quienes observaron la escena, ella con enojo— ¿no te basto con hacerte la mosquita muerta frente a Mamoru? Si no que después llegas y abrazas a Aldo.— exclamó con indignación, y es que le molestaba que toda la atención de Mamoru se centrará en ella.
Al escucharla se alejó de Aldo retirándose.
— que cruel eres con ella.— Dean reprochó a la ojimiel
Lana puso los ojos en blanco— no soy cruel solo, digo la verdad— se defendió.
—Siempre la has odiado, desde que la conociste.— contrataco él negando, para después ir detrás de su amiga quien se hallaba sentada en el jardín del dormitorio. Se acercó y tomándo su hombro obtuvo su atención— no le hagas caso.— sonrió
— ¿tú sabes porque— paro un momento y continúo su pregunta— porque ella me tiene tanto rencor? Desde que me conoció—
Él nego— pero, deberías preguntarle.
Ambos volvieron a la sala donde ella y Aldo discutían.
—¿Porque le dijiste esas cosas cuando me estaba abrazando? Si iba a reprocharle, hubieras esperado.
No se había percatado de la llegada de sus compañeros, pero al hacerlo su rostro se volvió una mueca de disgusto cuando vio el semblante de la morena, la cual era de enojo — ¡Con que, era una farsa!— afirmó
Aldo se quedo callado— no como crees.— trato de arreglar la situación sin éxito. Dean solo reía al ver el rostro de ambos, una molesta y la otra de miedo.
El cielo se había vuelto nocturno, lo cual significaba que los estudiantes eran los de la clase de la Luna. El salón donde solían tomar clases, a comparación de otras noches se encontraba incompleto, algunos de sus alumnos habían desaparecido misteriosamente; Aldo, Shiki, Lana, León y Carol eran los que faltaban.
—Donde están los demás — pregunto Mamoru fríamente. Desde hace una clase ellos habían desaparecido
—Ni idea— contestó una chica.
—Deberían buscarlos— continuó él observando a los demás. Alejandra junto con Dean y Rose, salieron en su busca, separándose para encontrarlos con facilidad.
Dean junto a Rose se dirigieron a los demás salones, mientras Alejandra se dirigía al patio.
Para su sorpresa todos sus compañeros se encontraban ahí, pero no estaban solos.
—Gracias a ti tuve serios problemas con Mamoru, ahora me las pagaras.— exclamó al rubio prefecto.
Kaname sin evitarlo sonrio— no pierdas tú tiempos, sabes que yo te ganare.—
Aldo quien enfureció lanzo cristales de hielo, los cuales a Kaname no le costo mucho derretir ni esquivar levantó la mano y de ella salieron varios rayos de luz. Eliminando el hielo del vampiro. Burlandose de él— ¿eso es todo?, reconocelo ninguno de ustedes puede vencerme. Ni siquera por que en la noche son más poderosos.
Lo que habia dicho fue tomado como ofensa por parte de todos, ¿Como se atrevía a subestimarlos? De todas las criaturas de las sombras ellos eran los más capaces, por ellos se habían descubiertos varias ramas. Por los vampiros se había descubierto incluso la magia. Así que el solecito no tenía derecho a despreciar sus poderes.
Enfurecidos iniciaron una batalla para demostrarle su error, no pararian hasta obtener una disculpa de su parte.
Atacaban con ganas, a pesar de que Kaname esquivaba cada uno. Desde los fríos cristales de Aldo, las bolas de fuego de León, los tornados de Carol, hasta que sin ser vista Lana se teletransporto a sus espalda y lo ataco por detrás, ese pequeño lapso de confusión fue aprovechado por los vampiros, atacando todos al mismo tiempo. (Carol con su poder del aire, Shiki con su poder de atacar con a alguien con su látigo de sangre, Aldo congelaba sus pies y León con sus bola de fuego).
—ALTO!!— grito mientras corría a su lado, distrayendo a sus compañeros y dándole oportunidad a Kaname de derretir y cegarlos con una luz demasiado brillosa proveniente de su mano.
Sin pensarlo tomo el cetro que hace poco le había sido entregado y girandolo regreso sus ataques, como si de un escudo se tratará.
— ¿de que lado estas?— exclamó Lana furioso
—5 vs 1, ¿no crees que es un poco injusto?— al igual que ella uso la teletransportación, pasándose detrás de ella golpeando su nuca lo cual hizo que cayera.
Gracias al ataque que los dejo cegados, Kaname golpeó fuertemente el estómago de Aldo dejando que este cayera al piso. Segundos después cayendo él mismo, ya que se habia debilitado por todos los ataques juntos.
La pelinegra tomo su mano teletransportandose a la habitación de Kaname, no sin antes escuchar la llegada de Mamuro junto con Dean y Rose.
—Basta!— se escuchaba molesto, pero no pudo oírlo más porque en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el dormitorio de Kaname.
Con mucho cuidado y esfuerzo lo recoste en su cama.
—Tranquilo, descansa— susurro al cubrirlo con sus cobijas.
—No te vayas, por favor.— suplico sujetandola del brazo al intentar marcharse.
Giro encontandose con los hermosos ojos azul zafiro del chico, aquellos que siempre la habían hipnotizado.
—Sientate— sólo asentio,sentándose a su lado en aquella suave cama. Él acarició su mejilla, al sentirlo cerro los ojos con su tacto— Perdón.—
Al escucharlo no pudo evitar mirarlo con sorpresa.
—Entiendo que yo fui quien te alejo— al notar que iba hablar, poso un dedo sobre sus labios evitando que lo interrumpiera— Por favor, deja que continúe— Alejandra asintió— alejarte fue lo más difícil que hice, fui cobarde quizás, pero quiero que sepas que nunca deje de cuidarte. Siempre eh estado ahí esperando a que volvieras, a que regresaras a mi— el corazón de la pelinegra latía rápida y fuertemente, estaba felíz y no sabía porque.
Volvió acarciar su mejilla con delicadeza— tengo miedo, miedo a que en algún momento quieras ser como ellos, miedo de volverte a perder.
En ese momento envolvió protectoramente en sus brazos a la chica— se que puede escucharse egoísta de mi parte, pero no quiero que que te vayas nunca más, no quiero que te toquen, que beban de ti, que te lastimen o que puedas dar tu vida por ellos, no quiero que Ames alguno y te transformes.— murmuro, su aliento tocaba el cuello de la morena, provocando un ligero cosquilleo
Por su parte no sabía que responder, no hallaba las palabras para describir lo que sentía. Su sorpresa no podia ser más grande. Los dos continuaban en la misma posición y el silencio reinaba en toda la habitación, pero no era incómodo por lo contrario, era recorfontante.
—Prometelo— fueron las palabras que rompieron su silencio, el tono en que habían sido dichas parecía a ser una orden pero a la vez reflejaba su súplica en el.
—¿Que?— no entendía a lo que se refería.
Separándose, la miro a los ojos y tiernamente hablo— prometeme que nunca te convertiras en uno. No soportaría volver a perderte, por favor.— suplico de nuevo.
—Lo prometo— ¿Porque lo había dicho?— se reprendió ella. Ni siquiera había notado el momento en que las dijo, solo lo hizo— Yo... yo.. me tengo que ir.— estaba nerviosa y confundida.
—Ya es muy tarde y después de todo, tú no eres un vampiro— jaló de su brazo nuevamente recostandola en su cama como tomando su cintura.
— Eto.... No debería.— sus mejillas se estaban tornando rojas.
—Tranquila— susurro acariciando su ondulado cabello.— te he perdido por mucho tiempo, sólo déjame abrazarte unos minutos más, déjame volver a estar contigo.— pidió
La pelinegra cerro sus ojos olfateado su aroma, fresco y dulce. Sabía que estaba mal, o quizás no, de niños solían abrazarse hasta que ella caia en sus brazos dormida.
—Exacto, pero ya no somos unos niños, ya tenemos 14 y 15 respectivamente, eso podría malinterpretarse— recapacite, tomando sus fuerzas de voluntad se alejó, dejándolo un poco abrumado.
—Yo.... me tengo que ir, recuperate pronto— se apresuro y transportandose a su habitación.
—Nos vemos mañana Ale— murmuro antes de que se marchará.
Desde su habitación podía escucharse la riña que Mamoru le daba a los demás, siendo el final dirigiéndose sólo a una persona.
—Estoy decepcionado de ustedes, Lana quiero hablar después contigo.— temerosa asintió.
Recostada escucho unos golpes en la puerta.
—Adelante— contestó cansada.
Rose abrió la puerta quedándose debajo de ella.
—¿Te encuentras bien?— pregunto la pelirroja; aunque Rose por lo normal se escuché desinteresada, ella siempre ha estado a su lado, nunca ha sido muy social sin en cambio ambas se consideraban buenas amigas.
—Si— contestó, aunque la pelirroja no le hubiera creído, realmente se escuchaba perdida, sin embargo no cuestionó ni pudo decir nada más, ya que Carol un poco enojada entró a la habitación pasando de ella.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué salvaste a Kaname? Se merecía sufrir después de cómo nos humillo.
Rose con ese tono tranquilo e indiferente que la caracterizaba— Eres una estúpida, solo lo has hecho para llamar la atención de Dean, Kaname solo humillo a Aldo; tú lo atacaste pensando que Dean te vería distinto, en lo cual te equivocaste.
Carol no la miro con ira disimulada — tú no sabes nada, deja de hacerte la señorita perfecta y sin sentimientos. Porque no lo eres. Sólo comes libros para humillar a los demás— al darse cuenta de sus palabras se acercó a ella— perdón, no quise decir eso.
—Pero lo dijiste— se levantó Alejandra acercándose a Rose.
—No importa Ale, estoy bien— Rose jamás demostraría el daño que le habían echo las palabras de su amiga. Ella siempre solia actuar de manera desinteresada porque así le combenis.
—De verdad lo siento Rose. — Dijo Carol abrazandola— tienes razón
—Tranquila, no hay problema.— asistieron la pelirroja y la morena.
Después de unos minutos de charla, ambas salieron dirigiéndose a su habitación.
Por su parte Alejandra pensaba la razón por la cual Mamoru queria ver a Lana a solas, tratando de olvidar lo sucedido con Kaname.
Al día siguiente antes de salir del dormitorio para ir a las clases.
Shiki con voz floja se acercó a ella— de nuevo tenemos que pasar los acosos de la clase del sol— la morena rió mientras él la observaba a detalle— te sigues viendo deliciosa como el día que te conocí— susurro— pero no te preocupes no te haría nunca daño.— sonrió ganándose otra sonrisa como recompensa.
Rose molesta por lo que dijo empujo a Shiki y marchándose al abrirse las puertas; con él pisandole los talones.
Después de ellos los demás seguieron, mientras algunos alumnos de la otra clase los rodeaba alegremente.
Al encontrarse a lado de Mamoru varias chicas se posaron a su alrededor empujandose para obtener un poco de su atención y asfixiandola. De pronto sinto como alguien la sacaba de su asfixia. Era Kaname quien la tomó por la cintura — muchas gracias por ayudarme, ayer no tuve la oportunidad de agradecerte.— sus rostros se encontraban a centímetros de distancia. Podia sentir como su rostro volvia a cambiar de color.
Sonrojada— no importa, de todos modos eran mucho contra uno—
La tomó con más fuerza pero sin llegar a lastimarla, divertido susurro en su oído— no me refería a eso— sus mejillas se habían colorado y el río por lo bajo dándole un beso en la coronilla.
Ginger quien presenciaba la escena les dijo a Mika, Rey, Lena, Anni, Neftalí (hermano de Anni) y Ryuu (hermano de Rey)— ya estoy harta de que Kaname este cada día más obsesionado con esa niña.
Ryuu burlonamente respondio— no lo culpo es una niña bonita o por lo menos más que ustedes.
Al oirlo las chicas lo miraron furiosas y se lo agarraron a golpes.
Anni riendo dijo para si misma— no creo que este obsesionado, más bien enamorado.
Ginger quien la escucho, detuvo los golpes a Ryuu— no digas eso—.
Neftalí también burlándose de ella— hermanita no digas tonterías ya sabes que Kaname solo juega con las mujeres como con Ginger.
Ginger furiosa empezó a corretear a Neftalí.
Ryuu igual rio mirandola— ay Anni, que cosas dices.
Anni sonrojada pensó— no me importa lo que piensen o lo que digan ellos, yo estoy segura.
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Editado: 08.11.2019