Lunaria

Capítulo 10

La noche había caído sobre Seúl, cubriendo la ciudad con su manto de luces suaves y sonidos lejanos. El caos del aeropuerto ya era un recuerdo, pero aún flotaba una neblina de emociones entre ellos.

Stray Kids y Lunaria viajaban juntos en dos vans negras hacia el dormitorio del grupo.

El silencio reinaba. No incómodo… sino necesario.

Solo los dedos entrelazados de Yume y Thalía, los suspiros de Hana contra el hombro de Aerin, el zumbido del motor y el leve sonido de la respiración de Ava, que seguía dormida… todavía en los brazos de Felix.

Felix no la soltó en todo el camino. Su mano rodeaba su espalda, como si temiera que desapareciera otra vez.

— “¿Ella siempre duerme así de profundo?” —preguntó Jeongin con ternura, desde el asiento de adelante.

— “No… solo cuando por fin se siente segura.” —respondió Nari, mirando a Ava como si fuera una hermana menor.

Al llegar a su dormitorio, los chicos de Stray Kids ayudaron con las maletas, insistiendo en acompañarlas hasta que estuvieran dentro.

— “Solo por seguridad.” —dijo Chan, cruzando los brazos, pero sonriendo con calidez.

Cuando las chicas entraron, los chicos se quedaron en el pasillo… excepto Felix.

— “Déjala en su habitación, por favor.” —dijo Soléne, y le abrió la puerta con cuidado.

Felix entró con Ava aún en brazos, y el mundo… cambió.

La habitación de Ava era pequeña, pero mágica.

Pósters de Stray Kids por todas partes. Desde sus días pre-debut hasta las fotos más recientes.

Un rincón lleno de álbumes, photocards y peluches. Una pequeña lámpara en forma de estrella iluminaba el cuarto con una luz suave.

En el escritorio, un marco con una foto de Felix haciendo un corazón… justo el que había firmado en un fansign meses antes de conocerla.

Felix se detuvo, mirando todo con los ojos abiertos. Y luego… sonrió. Un poco sonrojado.

— “¿Todo esto…?”

Ava murmuró algo dormida, acurrucándose más en su pecho. Él se acercó a la cama y la colocó con cuidado, como si fuera de cristal. Le acomodó el cabello, le subió la manta y… se quedó un segundo más.

Observándola.

Recordando su risa, su pánico, su voz quebrada, sus palabras temblorosas, y luego… el beso suave bajo las lágrimas.

— “Nunca dejes de brillar, ¿sí?” —susurró.

Estaba por marcharse, pero entonces vio una libreta junto al marco de fotos.

Curioso, la abrió… solo una página.

"Hoy vi a Felix en la sala de ensayo. Casi me caigo del susto. ¿Cómo puede alguien tener una voz tan dulce y unos ojos que parecen guardar todas las constelaciones? A veces siento que lo que más quiero… está justo aquí, pero aún así, se siente tan lejos. Ojalá él supiera cuánto me inspira a seguir. A respirar. A cantar sin miedo."

Felix cerró la libreta despacio, sus dedos temblando.

Volvió a acercarse a Ava. Se inclinó hasta su oído y le susurró

— “Ahora lo sé.”

Y con un beso suave sobre su frente, salió de la habitación.

Pero antes de cerrar la puerta, miró una vez más ese pequeño mundo que ella había creado para protegerse del miedo.

Y pensó...

"Si ella me hizo su santuario… entonces yo me encargaré de que nunca vuelva a romperse."

–♥︎–♥︎–

La mañana siguiente llegó en silencio. El sol filtraba sus rayos suaves por la ventana, y en el dormitorio de Ava, el ambiente seguía envolviéndola en una calma que no sentía desde hacía mucho.

Ava despertó lentamente, con los párpados pesados y un leve dolor en la cabeza por el estrés acumulado de los días pasados. Pero al abrir los ojos, una sensación cálida la envolvió, como si hubiera estado flotando en un sueño profundo.

Miró a su alrededor, y allí estaba: su pequeño mundo. Pósters, photocards, peluches, recuerdos. La misma habitación en la que se había refugiado durante tantos años. Y entonces sus ojos se posaron en el escritorio, donde una pequeña nota estaba doblada con cuidado sobre la superficie.

Era una hoja simple, blanca. No decía mucho, pero lo que había en ella era suficiente para hacerle latir el corazón con fuerza.

"Para Ava,

...sigues brillando. Y ahora, sabes que siempre estaré aquí, incluso si no lo sabes.

Eres mucho más fuerte de lo que imaginas. Sigue adelante, porque aún nos falta mucho por vivir.

Con cariño,

Felix."

Ava apretó la hoja entre sus manos, sus ojos se llenaron de lágrimas sin saber por qué. Era como si en ese momento todo lo que había temido, todas sus inseguridades y sus dudas, se desvanecieran. El peso sobre sus hombros se aligeraba, y la angustia de ser solo una chica común desaparecía.

No había mucho más que decir, porque ya lo sentía. Felix había sido su apoyo, su inspiración. Pero ahora… había algo más. Algo más profundo.

Se levantó lentamente y caminó hasta el espejo. Su reflejo le devolvió la mirada de una chica que, a pesar de todas las caídas, había llegado hasta allí. De alguna manera, con cada paso, había encontrado su lugar. Y no estaba sola.

Se acercó a la foto de Felix sobre su escritorio, esa que había sido un símbolo de sus sueños más lejanos. Ahora esa foto ya no solo era una promesa del pasado. Era un recordatorio de que, incluso en los momentos de desesperación, alguien creía en ella.

–"Lo voy a lograr." –susurró para sí misma, tocando suavemente el vidrio de la foto.

El amor de Felix había llegado sin avisar, en el momento más frágil, pero había marcado su vida de manera irrevocable.

Y entonces, se giró hacia la ventana, dejando que el sol iluminara su rostro.

Nada de eso había sido un accidente. Felix estaba allí para quedarse.

Y, aunque el futuro fuera incierto, ella estaba lista para enfrentar todo lo que viniera.



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En el texto hay: idolkpop, sueño, jyp

Editado: 11.05.2025

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