La emoción invade a Sofía, acaba de recibir su primera misión, no puede esperar para comenzar con su tarea. Se encuentra en la habitación que le asignaron en la base, está esperando las últimas instrucciones de su superior para salir a cumplir con su deber, ya tiene todo listo y está ansiosa de salir por algo de acción.
–Sofía –escucha que la llaman y al darse vuelta ve a su amiga América en la puerta de la habitación
Como en cualquier instalación militar, la habitación es compartida por varios oficiales de su rango por lo que 20 ojos atentos observan a América de pie junto a la puerta, Sofía le hace seña desde su posición para que se acerque a ella y esta lo hace lo más rápido que puede, se siente apenada de que todas las presentes la observen, a pesar de que un par de segundos después deciden ignorarla y proseguir con lo que hacían antes de la interrupción.
–Amiga al fin te encuentro –exclama América cuando se acerca a la elfa y la abraza –llevo horas buscándote ¿por qué no estas con los demás de tu grupo?
–Ya me asignaron mi primera misión –comienza explicar mientras sus ojos brillan y sus orejitas se mueven rápidamente –y no es por presumir pero es muy importante –escupe con aire de orgullo
–Creí que solo debían rastrear e informar –expresa América confundida
–Sí, sí, pero a mí me dieron el más peligroso –susurra entre risas
–¿Y eso te emociona? –pregunta aterrada al ver la alegría de su amiga
–Claro que sí, verás, si me dieron esta misión es porque realmente confían en mis habilidades, saben que puedo lograr grandes cosas y esta será mi oportunidad de probarlo, además el hecho de que este tipo sea tan peligroso como dicen, significa que mi misión no será tan aburrida como pensé
–Amiga, estas mal de la cabeza –dice mientras la ve dar saltitos de alegría frente a ella –a ver ¿quién es ese tipo tan malo que dices?
–Se llama Lukas Grögling, es el teniente al mando de la unidad RD23 –explica mientras le muestra la carpeta que le dieron hace un par de horas atrás
–¡Es un demonio! –exclama alarmada al revisar la carpeta –Sofía esos tipos son muy peligrosos
–Lo sé –suelta emocionada
–Sofía estoy hablando muy en serio, los demonios son de temer, son los más crueles y despiadados de todos los oscuros, no poseen ni una gota de bondad o compasión, si este tipo te atrapa, acabará contigo –dice asustada
–Cariño, tranquila –le dice a su amiga mientras frota uno de sus brazos tratando de calmarla–no hay nada que temer, todo saldrá bien, solo tengo que ubicar al tipo, seguirlo, recoger algo de información y regresar, no pasará nada, ya verás que en un par de días estaré aquí como si nada
–Ok, creo que eso está bien –concluye un poco más relajada –de cualquier manera estaré acompañándote
–¿Cómo? ¿Irás conmigo? –pregunta confundida
–Sí… bueno no… bueno… algo así –trata de explicar ante la mirada de desconcierto de Sofía –verás, estoy en la unidad Heaven 6, voy a ser parte de tu equipo de rastreo, eso venía a avisarte, cargarás un auricular y un micrófono con el que te comunicarás conmigo, yo te guiaré desde aquí y cuidaré tus pasos, así me aseguraré que no te pase nada
Sofía vuelve a dar saltitos de emoción y abraza a su amiga una vez más, este día se pone cada vez mejor.
–¿Ya hablaste con tu madre? –pregunta América sacándola de sus pensamientos y cortando sus saltos de alegría
–Aún no, no sé si deba hacerlo, ella está molesta conmigo
–Aunque lo esté, debes hablar con ella, debes despedirte antes de salir porque no sabes que puede pasar, no digo que te vaya a pasar algo y esperemos que no, confío en ti y sé que regresarás pero es una guerra Sofía y cualquier cosa puede ocurrir allá afuera, no puedes irte sin hablar con ella, ¡es tu madre!
–Lo sé –emite con la cabeza baja –la llamaré
Sofía adoraba a su madre aunque a veces no fuese una tarea sencilla ya que podía llegar a ser un tanto fastidiosa y sin duda había muchas cosas en ella que le molestaban pero sabía que la razón por la que hacia todas esas cosas era porque la quería y se preocupaba por ella. América tenía razón, debía hablar con Helena antes de irse porque después de que estuviese afuera, cualquier cosa podría pasar, aunque su misión no era compleja y ella fuese cuidadosa, existían riesgos y no quería que su discusión de esa mañana fuese la última conversación que pudiese haber tenido con su madre.
Los teléfonos del recinto estaban bloqueados con un hechizo especial, solo el personal autorizado podía usarlos y solo ellos sabían cómo desactivar el conjuro que tenían, aunque nadie tomó en cuenta las habilidades de América. En el ejército luz habían magos más experimentados y poderosos que ella pero las chicas estaban seguras que ninguno de ellos usaría su tiempo en crear un encantamiento para unos simples teléfonos, eso sería malgastar su talento por lo que estaban convencidas que desbloquearlos sería pan comido y así fue, solo un par de segundos y la palabra mágica “reserare” fueron suficientes para que América dejara libre y funcional uno de los teléfonos para Sofía.
–¡Mamá! –exclama al reconocer su voz del otro lado de la línea– mamá es Sofía –dice mientras observa a América quien se encuentra a un lado de ella vigilando que nadie las descubra
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Editado: 26.07.2023