—Si ellos nos atacan por los costados, habría que dividir el ejército en tres partes— Luke señala diferentes puntos en el mapa, —Dejaremos un grupo en el medio y avanzaremos con los otros dos grupos cuando el primero reciba la embestida de los caballeros lunares y oscuros.
—¿Qué sucedería si nos tienden una trampa y nos atacan de la misma forma?— un soldado habla atrás.
—En ese caso, junto a la princesa nos apartaremos y los atacaremos.
Luke me mira para que acepte el plan y asiento. Tenía varias tácticas para emplear en la batalla, y servirían de mucho.
—Habría que verificar que todo este en orden, para esta noche ya tener que alimentar a los caballos— hablo a todas las personas dentro de esta habitación.
De ello, se encargarán los criados que trabajan en la caballeriza, los alimentarán con un poco más de comida que siempre, produciendo que estos obtengan más energía y puedan moverse más rápido para llegar cuento antes y poder asentar el campamento.
—Es la hora del almuerzo— mi padre aparece por la puerta, —Pueden irse— habla a los hombre, —Rania, tengo que hablar contigo— ahora su atención está puesta en mi.
—Si padre.
Me acerco hacia mi padre y cuando todos los hombres salen, incluido Luke, mi padre cierra la puerta.
—He hablado con tu madre sobre su opinión de no quererte en el campo de batalla y...— lo interrumpo.
—Se lo que piensa mamá sobre eso, y ya le he dejado claro mi decisión— no podía creer que mi madre haya recurrido a mi padre para esto.
—Se tu decisión, pero si tu madre lo quiere así, no me queda más que estar de su lado.
—Nunca has escuchado a mamá, nunca has aceptado su opinión, y justo en este tema vienes a hacerlo, creo que el que quiere más eso eres tú— salgo de allí y me dirijo a la caballeriza para controlar los caballos junto a Dimitri, cabalgador en la caballeriza pesada.
Cuando la caballeriza fue incendiada, pudimos salvar la mayoría de los objetos de su interior, luego de un solo día, los constructores del reino ya la habían reparado y ahora habían vuelto los caballos.
—Scanor será montado por tu padre, por lo que fue el primero en prepararse.— miro al caballo dentro de la pesebrera.
Scanor fue el caballo que había escapado durante el incendio, por lo que supuso un riesgo, es el caballo más poderoso y al que mejor se ha entrenado.
—Apolo fue el segundo,— acaricio la cabeza de mi caballo, —Y Minerva la tercera— la nueva yegua de Luke tomaba agua mientras la observábamos.
—Entonces supongo que faltan algunos— miro a Dimitri.
—Faltan un par, sí, pero terminaremos antes del anochecer.
Cuando me despido de Dimitri, empiezo a caminar hacia la herrería de Jacono, el herrero de mi familia, necesitaba retirar mi espada, luchar con la lanza no es mi fuerte, aunque no tengo problema al usarla.
—¡Rania!— Luke corre hacia mi levantando y sacudiendo su mano en modo de saludo.
Luego de pasar como a diez personas y chocarse a
otras cinco, Luke llega a mi lado.
Seguimos caminando a la par hasta la herrería, en el transcurso, Luke me contó que habló con mi padre y lo convenció de que sería más de ayuda en el campo de guerra, que encerrada en mi habitación del castillo.
Le agradecí por ello.
Al entrar, la piedra Agata colgada en la pared, brilla ante nuestra presencia.
—Esperaba que algún día retiraras esta cosa— en sus manos estaba esa espada a la cual ansiaba, mi espada.
La empuñadura blanca estaba decorada con líneas doradas en forma de ramas, y tenía incrustaciones de esmeraldas y rubíes simulando ser flores, que se extendían hasta la hoja, esta brillaba bastante, hasta podía ver nuestros rostros reflejados en ella.
—Gracias— la giro y la miro, —La has dejado espectacular— sonrío para mi misma.
—No es nada querida,— expresa, —Es lo menos que puedo hacer para la persona que defenderá nuestras vidas.
■ ■ ■ ■
—¿Puedes dejar de empujarme?— manifiesto con humor y ahora soy yo la que empuja a Luke.
—Es que sino te apuras quedaremos en medio de toda esta gente y no podremos volver— señala a la muchedumbre que tenía su atención puesta en una persona que cantaba magníficamente.
—¿Crees que camino muy lento?— apoyo una de mis manos en mi pecho indignada, —Te juego una carrera hasta el castillo para demostrarte que puedo ser más rápida que tú y cerrar esa boca desagradable.
Luke forma una o con sus labios: —¿Crees que mi boca es desagradable?— hace agrandar sus labios, parecían que se hubieran hinchado por una alergia, —Mi boca no es desagradable, es hermosa— habla con dificultad por la posición de sus labios y mira su reflejo en una ventana.
Río.
—Acepto tu reto— se mueve hacia mi lado y nos preparamos.
—A las tres,— le aclaro, —uno... dos...— y Luke comenzó a correr, tramposo.