El estaba hay parado viéndome, sus hermosos ojos castaños parecían dos espejos, antes que yo pudiera siquiera tomar aire se agacho, tomo las llaves, el sobre y se acercó a mi estendiendolos, estaba tan asustada y en ese preciso momento que el se acercó en mis audífonos escuche la canción que se reproducia "... Nuestro amor, fue hecho para los libros de historia, todo lo que necesito es alguien como tu ...", me quite los audífonos y tome el sobre, trague salíba quería agradecerle decir algo, pero recordé la secundaria, como me converti en la nada y una voz dentro de mi dijo "No existes, no es necesario que hables, la nada no tiene voz..", aun así sentía como mi corazón se hundía y sabía que si no decía algo me arrepentiria, por primera vez tome el valor de iniciar una conversación ".. Gr.. Gracias, disculpa..." tenía las mejillas ardiendo y me sudaban las manos podía sentir mi mochila resbalar, pero por dentro gritaba "Lo hice, lo hice, hable, Adriana hable, di un paso más...".
El con una preciosa sonrisa mientras entrecerraba sus ojos respondió , "No debes disculparte, no es nada", jamás me habían sonreído asi, a mi, jamás me habían notado.
El tomo lugar en el asiento qué tenía al lado, yo hice lo mismo dos espacios atrás de el viendo en el sentido contrario, no quería que el me descubriera viéndolo, me hundí en mi asiento abrazando el sobre que había quedado oliendo a el y con el corazón lleno de felicidad.
Al llegar a la estación, dejo que yo saliera primero mientras el cargaba su mochila qué se miraba pesada, las puertas se abrieron y tomamos caminos apuestos.
Pensé que no lo volvería a ver, y aunque estaba segura que me había enamorado a primera vista, no era ilusa ni codiciosa, me bastaba con haberlo conocido y que el me haya regado una sonrisa.
Editado: 15.12.2024