Luz seguía trabajando en la tienda de Eli, tenía horarios de acuerdo con sus clases así no chocaban.
Sus nuevos amigos hiban a verla a su trabajo y pasaban el rato en las mesas acomodadas afuera de la tienda hasta que ella terminaba para unirse, para mediados del año era común verlos juntos en todas partes, salían de la escuela y caminaban por toda la playa hasta llegar a un punto donde podrías ver todo el centro de la ciudad, en estas largas caminatas, todos se conocían un poco mejor cada día, sus gustos y cuales eran sus molestias, así como su infancia.
Marcos y ella seguían encontrándose en las escuela conversaban, aveces pasaban el rato en la cafetería o en la biblioteca, incluso se le podría mirar con todo el grupo riendo en los jardines, eso causaba curiosidad ya que el era despues de todo el regidor y de la realeza.
Cuándo estaban solos Marcos y ella se sentaban juntos bajo la sombra de un árbol, no hablaban solo se sentaban a ver pasar a todos y sentir el fresco, ella disfrutaba del aroma qué desprendía el y como se miraba el rojizo cabello de Marcos cuando un rayo de sol pasaba atravez de la hojas del árbol o como sus ojos parecían reflejar lo que miraban.
"Marcos, ¿qué haces exactamente en la escuela?, y ¿porque nunca te veo fuera de ella?"
"Mmm.., soy el menor de mi familia, somos una de las más pequeñas y bajas de todo el árbol familiar de la realeza... Digamos que hay ciertos estandares qué aun nosotros debemos seguir por llevar el apellido..." él bajo la mirada parecía melancólico.
"Disculpa si fui demasiado..."
"Oh no, esta bien, es normal tener curiosidad..., me recuerdas a un viejo amigo que también es algo directo al hacer sus preguntas jajajaja, pero es agradable qué seas tan sincera.., Eso me.. Gusta de ti.."
Seguía mirando hacia abajo y parecía jugar con la grama, Luz también había desviando la mirada, pero sintió su corazón acelerado.
" ¡Luuuuuzzzz¡" gritaba Margaret desde el otro lado del jardín alzando la mano en compañía de Enmanuel y Noel.
" ¡ya voy!, tengo que irme Marcos.." levantandose hizo una pequeña reverencia qué se había convertido en una pequeña broma entre ambos agrego "Lo veré por ahí joven príncipe" y se hiba corriendo mientras se reía y le enseñaba la lengua desde lejos, mientras el la miraba con finjida cara de molestia para luego soltar una sonrisita cómplice.
Editado: 02.12.2024