Luzbell

Capítulo XIV.

—Ya veo— Comentó Alejandro tras escuchar la historia de Sandra con suma atención— Cuando dijiste que trataban de ponernos a prueba sospeche que se trataba de algún tipo de enlace psíquico pero ¿Cómo? Esto es realmente magia. El hielo y el fuego no solo estaban dentro de nuestra mente. Además, es un alivio pensar que si ese monstruo me atrapaba, no me iba a matar.

Sandra termino contándole todo sobre su experiencia con los espejos aunque se saltó lo de aquella noche húmeda. Era su forma de estar a mano tras lo que vio dentro de su mente o dentro de ese mundo.

—La verdad es que no se nada más— Dijo ella mientras soltaba un largo suspiro— Incluso  si somos dos, no creo que podamos entrar una respuesta, ni siquiera sabemos si la escuela es el origen o el origen es otro lado.

—Tendremos que investigar— Dijo Alejandro mientras se miraba tranquilo en el reflejo de su espejo— Quizá en la biblioteca encontremos algo.

—Es una buena opción— Dijo Sandra mientras fruncía los labios y se estiraba en la mesa— La verdad es que aún no sé si sea buena idea investigar, si tenemos un par de estos, pero podría ser peligroso saber más.

—Es verdad— Alejandro no parecía convencido. El si quería saber mucho más de los espejos.

Los chicos se separaron y decidieron dejarlo por el momento.

Cuando Sandra llego a su casa se dejó caer en la cama y soltó un suspiro casado. Estaba agotada, usar su poder si le cansaba de alguna manera, pero no era nada del otro mundo.

Su mente, pese a pensar en lo que pasará este fin de semana con sus padres, también pensaba en eso de saber más, claro que quería pero comenzaba a pensar que sería peligroso, sobre todo si los espejos eran realmente maldiciones o peor, algo que ellos no podrían llegar a comprender.   

Alejandro termino de cocinar cuando llego a su casa, para llevarle de comer a su padre. En realidad no se sentía nervioso, pese a lo que estaba por hacer, al contrario, se sentía extasiado.

Su padre se movió para que Alejandro pusiera el plato en su lugar, y dispuesto a decirle algo se detuvo, pues Alejandro lo miraba severamente, una mirada que le recordó la suya propia.

—Voy a ser el jefe, lo mejor será tomar el control ahora, honestamente no creo que estés haciendo un trabajo bueno, estas viejo— Dijo su hijo mientras se cruzaba de brazos de manera autoritaria.

— ¿Eh?— Su padre se mostró sorprendido por el cambio de actitud de su hijo pero no dijo nada, simplemente bajo la cabeza y se levantó— Si vas a hacer eso, entones yo ya no tengo nada que enseñarte.

—Nunca me enseñaste nada— Dijo su hijo y asintió— Me las arreglaré solo, siempre he podido hacerlo.

—Ya veo— Su padre finalmente comenzó a caminar con su plato en las manos— Los documentos están en el escritorio ordenados, la llave esta tras la foto, pero supongo que los ordenaras de nuevo. Solo ten cuidado con...

—Lo sé, yo me encargo, gracias— Le dijo Alejandro sentándose en el lugar que era de su padre.

Su padre salió y solo por un breve segundo lo vio sonreír.

Alejandro soltó un suspiro aliviado y comenzó el trabajo. Iba a ser duro pero estaba preparado, se había mentalizado desde el principio, pero debía hacer algo. Al menos por el momento.

Cuando comenzó a ordenar los documentos, encontró una foto, en ella estaba él con sus dos hermanas mayores, su madre y su padre. Estaban frente a la casa y todos estaban sonriendo. Sobre todo él. Tenía sujeta a su madre.

Debía buscar un portarretratos.

Los días avanzaron con tranquilidad para Sandra y para Alejandro, más allá de que este último tuvo que dejar su práctica solo esa semana mientras arreglaba los papeles de su casa y sus múltiples negocios. No espera que fuera tanto pero tampoco le sorprendió con lo ocupado que siempre estaba su padre.

— ¿Así que no iras a entrenar?— Preguntó Catherine mientras rascaba con nerviosismo su mejilla— Entiendo, esa bien, tienes mucho que hacer ahora que has asumido el control de tu casa, es entendible, si…

—Cuando termine, deberíamos salir juntos— Dijo Alejandro finalmente mientras le sonreía— Mi padre gastaba en cosas innecesarias, así que podríamos terminar con algo de dinero extra, aunque mejor sería buscar trabajo aparte para no vivir de ellos más tarde.

— ¿Aparte?­— Preguntó Catherine obviando su sonrojado rostro— ¿Salir ju-juntos?

—Sí, no quiero hacerme con el dinero de la familia, prefiero trabajar y ganar mi dinero, quizá pueda desprenderme de la familia más tarde— Comentó Alejandro despreocupadamente mientras miraba a la nada y luego la miro a ella— Si, salir juntos, como en una cita ¿Qué te parce?



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En el texto hay: libertad, magia, espejos

Editado: 25.09.2020

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