Luzbell: Reflejos

Capítulo XXXV.

—Claro, no te conozco pero podemos ser amigas— Abigail sabía que algo andaba mal pero no podía solo actuar mal y menos con una chica tan linda— Aunque nunca te he visto por el edificio. Tampoco hablo con muchos, en realidad.

—No te preocupes, solo nos veremos está vez— Le aseguro Karla con una amplia sonrisa.

Abigail estaba confundida.

Karla se preparó para golpearla pero Abigail utilizo el poder de su espejo para cubrirse.

Una gran barrera de agua las separo, lanzado a Karla hacia atrás sin violencia aunque esto no impidió que terminara empapada.

—Veo que tienes poder— Karla sacudió sus cabellos con tranquilidad para luego lanzarse de nuevo contra ella.

Una barrera de viento la empujo hacia atrás.

—Ya veo, con que de eso se trata— Diego miro a ambas chicas pelear y soltó un suspiro cansado— Te están controlando, señorita. 

Karla ahora corrió hacia Diego pero Alejandro la detuvo formando picos de hielo desde  suelo.

—No creo que entiendas lo que está pasando— Le comentó Alejandro con seriedad a Karla—Podemos ayudarte, si nos dejas, por supuesto. La verdad es que no queremos pelear…

—Habla por ti, cariño— Le dijo Karla mientras sonreía de lado— ¿Recuerdas todas las veces que te use? Fue tan divertido manipularte y e incluso ahora creo que puedo seguir haciéndolo. Necesito que te quedes conmigo.

Karla levanto su mano hacia él.

Alejandro apretó sus puños.

—No dejes que te engañe—­ Le dijo Diego a su lado. 

—Lo sé— Respondió Alejandro mientras miraba a Karla con seriedad—Voy a detenerte sin importar lo que cueste, por ti, por tu seguridad y por mis sentimientos.

—Suena bien, cariño—Le aseguro Karla con una sonrisa cariñosa que se perdía con aquellos ojos rojos— Voy a aplastarte junto a ellos y entonces comprenderás que jamás serás más. Nunca lo fuiste, ni para mí, ni para el mundo.

Alejandro se quedó paralizado.

Karla corrió rápidamente hacía el para golpearlo en la cara directamente pero esta vez Sandra detuvo su golpe usando una bola de fuego para cubrir su propia mano y detener el golpe.

—Sand…— Susurró Alejandro al verla.

—Espabila, tonto— Le dijo Sandra mientras se mantenía firme deteniendo su puñetazo— Claro que eres nuestro amigo, tarado, eres alguien para nosotros así que no te quedes quieto. Y seguramente para Catherine eres aún más que para nosotros.

José se preparó para pelear a su lado mientras Gabino también.

Alejandro volvió a apretar sus puños.

Diego hizo retroceder a Karla con una onda de aire.

Abigail no podía creer lo que estaba viendo. Más tipos como ella y lo más gracioso es que al menos conocía a uno.

— ¿Qué está pasando?— Fue la primera pregunta que se le vino a la cabeza.

—Te lo explicaremos después— Le dijo Diego mirándola de reojo— De momento deberías irte a casa.

—No puedo solo irme a casa después de esto— Aseguró Abigail.

—Supongo que no, por el momento mantente detrás, ellos tienen algo de experiencia en estos casos— Aseguró Irene mientras le sonreía apremiante.

— ¿Estos casos? ¿Pasa a manudo?­— Preguntó Abigail mientras abría mucho los ojos.

Irene hizo un gesto de más o menos para confirmar.

—Se volvieron tan problemáticos como aseguro mi señora— Dijo Karla mientras daba media vuelta­— Voy a aplastarlos por separado, será más fácil para mí, así que prepárense. No en detendré ante nadie.

Los chicos la dejaron ir.

—Bueno, parece que la cosa comenzó a correr con tan solo empezar el semestre— Sandra sobaba su mano. Aun no estaba acostumbrada a ese tipo de daño.

—Gracias por lo de antes— Le dijo Alejandro mientras tomaba su mano.

—No me agradezcas— Le aseguró Sandra mientras apretaba su mano— Es la verdad y seguro todos me apoyan.

José e Irene asintieron con una gran sonrisa. Gabino levanto su pulgar y Diego se encogió de hombros.

Alejandro se sintió conmovido.

—Pero ¿Quién era? Parece que la conoces— Le dijo José mientras tomaba la mano de Sandra— ¿Es normal?

—La verdad es que si— Aseguró Alejando frunciendo los labios.

—No te presiones si no quieres contarlo— Le dijo Diego.

— ¿Ah, disculpen?—­ Pregunto Abigail mientras rascaba su mejilla con cierta vergüenza— ¿Qué está pasando? O sea, puedo ver lo que está pasando pero no comprendo exactamente todas las circunstancias.

—Oh, es verdad— Sandra miro a la chica nueva y luego a los chicos que terminaron asintiendo— Te contaremos lo que sabemos pero en realidad parece que ya sabes una gran parte ya que controlas el poder de tu lucero…

—Ah, si— Abigail miro su espejo— ¿Saben que son?

—No hablemos aquí, vamos a donde nos reunimos siempre— Señalo Diego mirando a algunas personas pasar. Algunos los miraban con curiosidad, otros miraban a sus pies por alguna razón.



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En el texto hay: traumas, espejos, luceros

Editado: 03.04.2021

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