El castillo lúgubre es una de las estructuras más hermosas de la galaxia azul, superando incluso a Riverdoor. Construido según los eruditos azules por el propio dios Inir en el comienzo de su juventud, esta potente fortaleza de innumerables pisos se alza magnifica sobre un océano de azules cambiantes, así es, el mismísimo castillo no se encuentra sobre tierra firme, este, en su magnífica hermosura, flota por todo el mar de Inir sin rumbo fijo. El castillo no consta de colores vistosos, por eso el apodo de lúgubre, porque la mayoría de sus colores son entre negros, marrones y grises vacilantes. Su arquitectura probablemente se asemeje a las grandes catedrales de Barcelona, con un estilo gótico que lo envuelve en un misterio perpetuo y maravilloso, sus altas torres gozan de hermosos campanares, sus muros son decorados con bellos dragones marinos tallados con una precisión insólita que hacen sus veces de gárgolas vigilantes. Todo en este castillo está hecho con sumo cuidado, sus pisos negros, ventanas redondas y hasta sus defensas, que aunque modernas, hacen juego con el decorado.
En la parte más alta de este bello castillo, llamada la última torre de campana, se encontraba sentada contemplando el mar y la noche Ricta, la gran y orgullosa reina azul.
-¿Ha escuchado ya las noticias de los bordes exteriores mi reina?- sonó por detrás la voz firme pero apacible del fiel consejero de la matriarca azul. Ricta quien se encontraba meditando, pudo notar por el resonar de la pisada del inirido, que este estaba más exaltado de lo usual.
-No aún, hace un día que no bajo de aquí, y como no hay nadie lo suficientemente valiente en mi consejo de guerra a parte de ti, que pueda venir a molestarme, entonces no me he enterado de nada- la reina se paró y le dio la cara a su fiel consejero e hijo, cuyo nombre era Ricton segundo, nombrado así por su padre, el antiguo rey azul, quien había sido sacrificado al océano como dictan las antiguas religiones, todo para que Ricta pudiera reinar.
-Mao ha empezado a moverse, su ejército aún no llega a nuestros planetas fronterizos, pero varios modelos de naves espías han sido detectados por nuestros radares en el espacio que separan nuestras galaxias al norte-
-Eso quiere decir que primero probara nuestras defensas, y luego intentara incursionar hacia nuestros planetas comerciales más cercanos con una flota mayor- respondió la sabia Ricta, para quien una guerra era otro simple baile en este universo de violencia, mucho más si ella era quien la había propiciado, después de todo, ella era quien había roto el tratado de paz, y había empezado a conquistar planetas dentro de la galaxia roja, todo de acuerdo a su plan de expansión.
-En teoría sí, pero hay dos cosas inusuales, nuestros scouts en los planetas ya conquistados, aseguran que la flota principal con la nave insignia del emperador, el Elipsio rojo, solo consta de cincuenta naves escoltas, y no de guerra-
Ricta medito las palabras de su hijo por unos segundos, ¿porque Mao entraría por la puerta principal con una flota tan pequeña?, ¿estaría escondiendo su enorme flota para atacar por los otros polos?
-¿No hay movimiento en el este, oeste o sur?- el joven e inexperimentado consejero negó con la cabeza- nada en lo absoluto, no hay movimiento en años luz-
-Mao está planeando algo grande esta vez, puede que este sea el último baile- después de sus palabras Ricta pudo notar que el latido de su hijo se aceleraba de nuevo- ¿pasa algo?- el joven asintió a sabiendas que sus nervios lo habían delatado frente a su madre- ¿Por qué viene hacia aquí justo un día antes del festival ligther?, ¿no es eso una locura?, si el festival se desata en su galaxia tendríamos la ventaja en la guerra, debido a la destrucción y a la interferencia del festival-
-Pero si ocurre aquí entonces el tendrá la ventaja absoluta- respondió la reina para desesperación de Ricton - ¿y si es en la galaxia verde?, Mao no le deja las cosas al universo o los dioses, hay algo más ocurriendo- la reina sonrió orgullosa ante la perspicacia de su hijo- sí, y tenemos poco tiempo para descubrir el que-
De repente y ante la mirada asombrada de los azules de sangre real, como si el dios Inir los hubiera escuchado, la respuesta se presentó en forma de un holograma que venía de la pulsera de comunicaciones de Ricton- consejero real ¿esta allí?, tengo noticias urgentes-
El joven después de recibir el visto bueno de su madre, toco su pulsera y la imagen de un comandante azul se formó tan clara como ellos dos- mi reina, consejero real, bendecida sea esta noche a la mar- al unísono los azules respondieron- bendecida sea esta noche-
-Lamento interrumpir pero tengo información urgente, la nave imperial roja quiere contactarse con nosotros, el mismísimo Mao quiere hablar con usted mi reina- el consejero no pudo evitar su cara de sorpresa ante tal afirmación, Mao nunca había sido de hablar al igual que su madre, por eso poco más que improperios se habían dedicado las pocas veces que habían tenido contacto.
-Bien, retransmite su señal hacia mí y el cuarto de guerra, quiero que todos los generales escuchen- el comandante asintió- si mi reina, retransmitiendo enseguida-
En unos segundos, la imagen del rey rojo apareció frente a la azul- Ricta- comenzó el rojo- Mao- continuo ella- hace mucho tiempo que no nos veíamos, veo que sigues tan azul como siempre- Ricta sonrió ante tan disimulado insulto- y tu tan rosa como siempre- Mao sonrió a medias y el ambiente se cortó inmediatamente con un silencio sepulcral, ambos reyes callaron mientras estudiaban sus miradas con suma seriedad y diversión.
Ricta fue la primera en volver a la conversación- ¿Puedo saber porque te diriges a mi galaxia o Mao el rojo?-
-¿Puedo saber porque invadiste mis planetas Ricta la azul?, has roto el tratado- Ricta asintió- así es, pero lo hice para proteger a mi gente en esos planetas, que el color de tu galaxia se haya extendido hasta ellos no cambia su cultura- Mao rio por lo bajo- siempre tan hambrienta de poder pero tan cobarde para demostrarlo- Ricta sonrió enormemente, tanto que casi parecía una desquiciada.