PRÓLOGO

Hay quien opina que el equilibrio se forma a partir de la luz. Otras sociedades afirman que la luz es la única forma de equilibrio. De igual modo hay familias que se aman y otras que se repelen como un lagarto y el invierno. También están las almas que se reconocen a través del tiempo, y lo hacen para odiarse o amarse a partes de iguales. Guiadas, quizás, por la luz clara del equilibrio. O del compromiso.

La lechuza y el lobo se amaron desde que la vida es vida, y la ballena un protozoo.  Que los valientes se remonten al gran Big Bang rompedor de equilibrio y creador de luz. ¿Qué curioso no? Da igual la explicación que aceptes; el amor es la emoción más sana del universo. La que mueve la materia y lo que está vivo.

La esencia de una persona es la luz que no han cegado sus emociones y no hay emoción más transparente que el amor. ¿Amas? Deberías. Como tu padre te ama, como amas el agua que recorre el barranco en marzo por las mañanas. Como ama el ave a la rama, el viento a las nubes, el Sol a la Luna. Ama como la lechuza al lobo, como el blanco al blanco, como el blanco al negro. Ama. Alma. Ama. Ama.