Milos: ¿Cómo sabias que atacarían mi casa?
Seiji: Soy un adivino, tengo que saberlo
Milos: ¿Cuándo te volviste un adivino?
Seiji: En la guerra, cuando la mitad de mi pelotón murió por una ametralladora en un bunker
Milos: ¿Eso te pegó fuerte?
Seiji: Eso despertó mis instintos, por ello, supe que la hija del hombre que asesine brutalmente estaba en la guerra y me quería matar y antes de que me matara, mis instintos me dijeron que la matara
Milos: Quisiera tenerlos, yo perdí muchas cosas después de la guerra
Seiji: El gran sargento Milos, que consiguió tomar cinco puestos con sus propias manos perdió funciones después de la guerra, suena poco creíble
Milos: De verdad, nunca tuve que enojarme nuevamente, nunca volví a pelear con otro hombre, nunca volví a usar un chaleco antibalas y nunca volví a tomar un rifle
Seiji: El mundo se volvió más pacífico para algunos, por ejemplo, tú te dedicaste a tus esposas y a la crianza de tus hijas, por eso son buenas niñas
Milos: Pensé que asentarías cabeza con Haruka y que criarías a tu hija
Seiji: Pero como puedes ver, funde mi farmacéutica, borre las cicatrices de mi cuerpo, Haruka me abandono, tuvó a mi hija, se casó con un alemán, y ahora estará de viaje hasta morir
Milos: ¿No quieres estar cerca de ella hasta su fin?
Seiji: Quisiera, sin embargo, ella me hizo jurar que cuidaría de mi hija cuando ella muriese, además, tengo que cuidar de mis chicas
Milos: No sé si eres muy fuerte o muy débil
Seiji: La psicóloga dijo que soy débil
Milos: Aun no creo que hayas ido a una psicóloga
Seiji: Si, a derrochar mi dinero
Milos: Los lujos de un rico
Seiji: Deberías de hacerlo, es divertido ver a una persona intentar entrar por el laberinto que es tu cerebro y que tu termines entrando al suyo
Milos: ¿Por eso la dejaste?
Seiji: No, la deje por que compre una mansión
Milos: ¿Solo?
Seiji: Y una muñeca
Milos: ¿De verdad?
Seiji: No es broma, una muñeca que es muy bromista
Milos: Quiero conocerla
Seiji: Créeme que no lo quieres, mejor ponte el casco, parece que nos siguen
Milos: Estoy nervioso (dijo y se puso el casco)
Seiji: Ve a la cajuela y saca un arma, necesito que comiences a disparar
Milos rápidamente se movió entre las dos filas de asientos y jaló una palanca, el respaldo se levantó y las armas comenzaron a derramarse, tomó un subfusil y lo cargo con uno de los peines de munición que había.
Seiji: Abriré la luneta
Milos: Cuando quieras
Seiji pulso un botón y la luneta se botó, de las camionetas que le seguían, se comenzaron a asomar personas armadas apuntando directamente a Milos, este solo se acomodó en el espacio que dejo la luneta y comenzó a disparar, los vehículos comenzaron a explotar y la carretera se comenzó a llenar de cuerpos, Seiji que conducía, pronto se vio su parabrisas inundado de figuras horrorosas.
Seiji: Mas te vale que hayas superado tu mayor miedo, yo estoy viendo el mío justo ahora
Milos: ¡Yo tengo los ojos cerrados… pero sé que los estoy acabando!
Seiji miró en el espejo retrovisor y de repente freno, todas las criaturas salieron disparadas y las camionetas se adelantaron.
Seiji: Dame la ametralladora y cárgala con un peine
Milos tomó la ametralladora y puso rápidamente el peine para dársela a Seiji, este la tomó y la sacó por la ventada para después asomarse y comenzar a disparar a las camionetas que se dirigían a el de regresó, conforme todas las camionetas eran erradicadas, del cielo caían mujeres vestidas eróticamente y también de las camionetas salían disparadas muchas mujeres.
Seiji: Milos, dime que ya está limpio todo
Milos: Ahora mismo
Milos bajó de la camioneta y analizo la zona del desastre, solo había cadáveres y mujeres muy bellas tiradas en el suelo totalmente inconscientes.
Milos: Si, todo está libre
Seiji: Ayuda a las mujeres, probablemente estén confundidas
Milos: Si, eso parece (dijo Milos mientras se agachaba para ver a una de las mujeres)
Mujer 1: ¿Quién eres? (preguntó mientras se levantaba asustando a Milos)
Seiji desde la cajuela de la camioneta comenzó a reír y Milos simplemente respiró.
Milos: Soy quien mato al que te controlaba, ahora eres libre
Mujer 2: No nos podemos ir… no sabemos por que
De repente todas comenzaron a despertar asustándose de la presencia de Milos y Seiji.
Seiji: Tranquilas, no somos seres humanos que las esclavizaremos y las haremos pelear como quienes las invocaron, sin embargo, necesito ir de donde fueron invocadas
Mujer 3: ¿El reino de las súcubos?
Seiji: No, necesito ir a donde salieron estos cadáveres, sé que se pueden teletransportar, ¿Podrían llevarnos?
Mujer 4: ¿Eso en que nos beneficiaria?
Seiji: ¿No dijeron que no podían regresar a su reino?
Mujer 5: Cierto, no podemos regresar (dijo mientras miraba sus manos y analizaba sus piernas)
Seiji: ¿Alguna tiene noticias de Shibari?
Mujer 6: Desapareció antes que todas viniéramos
Mujer 2: ¿Cómo un mortal sabe de nuestra Reina?
Seiji: Soy un adivino, ahora, si su reina desapareció antes que ustedes, significa que su reino ya no lo es, Milos, ¿Que hacen las abejas con las reinas?
Milos: Siguen a su reina incondicionalmente
Seiji: Lo que significa que su reina esta con el jefe de esos hombres (dijo mientras señalaba la camioneta incendiada)
Mujer 7: ¿Cómo espera que confiemos en usted?
Seiji: Porque necesitan a su reina, podéis arriesgaos y no confiar en mí, sin embargo, ¿Qué harán en el mundo humano mientras encuentro al cabrón que tiene a su reina?
Las mujeres se levantaron y se reunieron entre ellas.
Seiji: Vamos señoritas, con cada segundo que pasa ponen en riesgo a mi familia y a la de Milos
Editado: 08.11.2022