Sara amaba la lluvia. No para beber algo caliente, no para arroparse y ver películas en plataformas de streaming, menos para leer o dormir. A Sara le gustaba salir a bailar en el bosque con las otras chicas; cantar y jugar armonizada con el júbilo del bosque y el poder de los espíritus de las tormentas.
El viernes desde su inicio pintaba a un buen día, el aire húmedo anunciaba el inicio de las danzas. Al salir de clases Hui Ying la acompañó hasta su dormitorio para ayudar con su equipaje, era un bonito día de lluvia, no tan ligera para generar calor a su término ni tan fuerte para ser una tormenta y corría un viento divino. Hui Ying no tardó en unirse al equipo cuando comenzaron las clases. Los rituales y conjuros siempre eran más seguros cuando eran hechos por un aquelarre o al menos una tríada; sin embargo solo tenían a Sara como bruja y a Konran aunque él fuera más exactamente un arcano, necesitaban uno más y Devi no era la opción, la necesitaban como batería de poder, solo con eso ya quedaba descalificada.
Ya que Hui Ying también era una bruja y era cercana a Sara se volvió una candidata, dado que era de confianza y, ya que le debían a Devi un favor muy grande, no pudo negarse aunque pusiera resistencia en un principio, recriminando la clase de locura que intentaban hacer por sí mismos y les advirtiera lo que ya todos habían sopesado ya. El único argumento que la instó a aceptar fue el de saldar una deuda que creyó nunca podría pagar. Thalia era la tercera bruja del aquelarre que Sara y Hui Ying querían formar al graduarse, hacían hechizos y conjuros avanzados y se divertían yendo más allá de los límites, fue justamente la razón de que Thalia perdiera la razón; todo se salió de control, hubo desastre y Devi fue quien la única capaz de detenerla. La única que no se tocó el corazón al ver que dentro del monstruo en que se convertía había una chica asustada que gritaba por ayuda en medio de aquella oscuridad.
Cierto, Devi no se hizo cargo de la forma en que deseaban, al final no hubo forma de recuperarla pero también sabían de sobra que ya no podrían traerla de vuelta cuando paso el punto de quiebre, aún así se quedaron calladas cuando señalaron a Devi como la responsable y ella no abrió la boca para defenderse. Devi perdió un amigo a manos de Thalia, a pesar de ello no tuvo el corazón para matarla. Ahora estaba en un lugar en el que nadie podía entrar, encerrada pero también protegida con un destino mejor que el que le esperaba a manos de la APPC. Hui Ying aceptó ayudar por esa deuda solamente y Sara, si tuviera que elegir solo una razón para ayudar a May sería esa. No porque no le importase May, sino porque por alguna razón a Devi le importaba demasiado todo respecto a ella.
Sara hubiese preferido una tercera bruja pero no había otra entre sus conocidos que Devi aprobase o entre los conocidos de ellos que ellas aceptaran. Un chico no era lo ideal, pero era su mejor opción, después de todo contaba con conocimiento y experiencia, por mucho que a Sara le doliera admitirlo. En cuanto a May, bueno, no es que no valoraran su opinión, simplemente no tenía lugar en la discusión ya que era nueva en ese mundo, sin mencionar que era posible que hiciera preguntas o necesitaba explicaciones que ninguno estaba autorizado a dar. Al menos era ella la que tenía que dar cuerda a la máquina, por lo que no debía sentirse tan mal por no poder ayudar.
Aquel viernes Hui Ying y Sara salieron tarde de los dormitorios para encontrarse con May e irse las tres juntas de vuelta a Costera en el tren de las seis. May y Devi las saludaron tan pronto las vieron y para su sorpresa no estaban solas; Eissen, el amigo de Itatí, el "fuckboy" rompecorazones estaba con ellas; Sara no sabía los pormenores del asunto, pero se había enterado que el chico le había roto el corazón a Devi y esta terminó perdonandolo. Eissen había llevado a las chicas a la estación en su bobo y Impala esperando convencer a May y a ellas de que fueran juntos en el auto. Tal vez Sara se hubiera visto un poco tentada a aceptar sus insistencias si no siguiera moleta con Itatí, con quien peleó por última vez esa misma mañana.
A Sara no le había gustado Itatí por ninguna razón en especial, entraba dentro de su tipo de cierta forma. Sí que llamó su atención cuando lo vio llegar a Matematicas el primer día, no porque fuera la primera persona con vitíligo que miraba, su mejor amiga del pueblo tenía vitíligo en azul y morado y se miraba divina. Nada tenía de especial, pero resultaba muy bonito, como si su piel fuera un mapa antiguo, tenía un claro en la nuca que le recordaba al Lago del Durmiente, donde iban de vacaciones cuando era niña, en su mentón una mancha que recorría su mandíbula y parte de las mejillas que figuraba los límites de la comarcas de Ce en Hemera, donde vivía una tía y su mancha favorita era la que recorría su brazo y lucía como las costas de Aleph, nunca había visitado esas costas, pero estaba en su lista de deseos.
Itatí era como el aire fresco, como alejarse del confort para vivir una aventura y descubrir cosas nuevas. Un chico trabajador que amaba a su familia y tenía una pasión por la música similar a ella, -más intensa incluso- y una dulzura que le restaba importancia al hecho de que sus gustos eran de lo más distintos. Le gustaba bailar, la música era una parte de él y adoraba a los animales casi tanto como ella. Itatí era tierno desde su inexperiencia y gracioso de una manera que no entendía algunas veces, por ello no dudó –como nunca lo hizo- en dejarse llevar por aquellos sentimientos que iban floreciendo a medida que se conocían. Por ello le dolía pelear con él, le dolía que no se abriera y desconfiara, que se apartara cuando ella intentaba entrar. Pero así eran los humanos ¿No?
El recorrido en tren apenas pudo ser disfrutado, no estaban para nada relajadas a pesar de ser ya fin de semana, tampoco despegaron los ojos de sus anotaciones y Hui Ying no paraba de darle consejo tras consejo a May, cosa que fastidiaba un poco a Sara porque ellas iban y venían juntas casi a diario e incluso la acompañaba a su casa para seguir con las sesiones de estudios a petición de Devi, pero también debía comprender que lo hacía porque la lluvia estaba prevista para todo el fin de semana y no podrían visitarla así como tampoco podría acompañarlas al bosque como en otras ocasiones.
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Editado: 05.09.2023