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Mew cerró los ojos y volvió a rememorar aquella despedida, mientras sostenía con fuerza la mano de Gulf.

– Asegúrate de no estar allí, en la Explanada del templo, con tu grupo. –Mew Lo miró serio. Ya comenzaba a entender– Y no digas nada ...

– No diré nada, ... a ninguno de mis compañeros ...

– Me refería a él ...– tío levantó su vista y miró a Gulf que pescaba junto con los otros en la costa.

–Hay ... otro camino ...– la voz de Mew comenzó a temblar

– Sabes que soy el próximo en la lista de tu padre. Y sabes que esta vez, no me dejarán libre. y no quiero irme de mi tierra. Lejos de mi tierra estaría muerto en vida. Necesito que hagas dos cosas por mí : que lo cuides y que le cuentes al mundo nuestra historia.

Mew comenzó a derramar lágrimas silenciosas mientras pronunciaba un agónico sí ...

–¡ No puede ser! ¡Un judío llorando por un palestino! ... Esto sí que es nuevo ...

Mew no lo resistió más y lo abrazó. Luego se despegó de él disimulando sus lágrimas mientras le acomodaba su llamativa campera celeste.

– Comienzo a entender porque él te ama tanto...

Y sin mirar atrás, ni una sola vez, tío se alejó de gulf que no se había enterado de nada y solo disfrutaba del atardecer y de las risas de los otros, y de la dulce cercanía de la persona que más amaba en el mundo ...