Comenzó el día de lunes, Leonel se despertó solo y poco después oyó la llave en la puerta. Al levantarse llevando únicamente los calzoncillos, salió del cuarto, encontrándose con que Refina regreso.
-Buen día. - La saludo, alegre de verla.
-Hola. - Secamente, le devolvió el saludo.
-¿Todo bien? - Pregunta, preocupado, frunciendo el ceño.
-Sí. Me levanté temprano, para pasar menos la tarde en el trabajo y me destruyo manejar. - Informa Refina, frotándose los hombros, mientras camina dejar la maleta.
La pantalla de su celular se enciende en la isla, a la mira de Leonel. Al cual la imagen de las montañas intriga, terminando entrando en la galería. Información lo deja de piedra.
Caminando a su encuentro, con el celular, la acusa con enojo. - Fuiste a escalar. - Él sigue hablado, porque ella lo ignora y sigue su camino. - Refina, por Dios.
-¿Qué te extraña tanto, Leonel? Sabes que no puedo sin eso.
-Después de lo que paso a Ángela, no pensé que lo volverías a hacer.
-Yo no tengo nada que perder, Leonel. Ni Ángela ni nadie me puede detener, algunas cosas son más fuertes que nosotros.
-¡A mí sí me importas y no quiero perderte! - En esos momentos la puerta se abre, dejando entrar a una consternada Leonarda, que no deja de mirar del uno al otro, mientras dice.
-Se los oye hasta la entrada. - Como para Refina no hay razón de hablar, se va, dejando que Leonarda se aleja de la puerta, hacia un Leonel, muy enojado y afectado, por la poca importancia que Refina da a su vida.
Pasando juntos los tres por el parque, la paz y las sonrisas, se los lleva la indeseada llegada en su dirección de Loreta.
-¡Exactamente, a la que andaba buscando! - Anuncia a alta voz Loreta.
-Loreta. - Con fastidio, dice Refina.
-Tú debes ser la nueva. - Extendiendo la mano, se presenta. - Soy Loreta, conozco a este aquí de años.
Confusa, Leonarda acepta la mano y dice. - Leonarda.
-Me dejas advertirte. Qué este no te va a hacer feliz. Un hombre que tiene en frente a una mujer completamente desnuda... - Enseñando con el dedo su figura.
-No es necesario. - Fue la voz de Refina que la intento parar, sin que ella tan siquiera mueve la cabeza. - Loreta.
-... y mientras tiene novia, está diciendo el nombre de su amiga, no puede salir bien. - Continúa diciendo, a pesar de la voz de Refina.
A sus palabras, los ojos de Leonarda están por salirse, Leonel aprieta los puños, sin la posibilidad de detenerla, Refina como siempre con frialdad enfrenta las cosas.
-Bueno, en mí era advertirte, ahora me voy. Chao. - Sonriendo triunfal, Loreta se aleja.
-Te puedo explicar. - De inmediato dice Leonel, como Loreta se alejó, no queriendo darle el tiempo de pensar.
Con susto, Leonarda levanta las manos, dándole a entender que no la toque o hablé. - ¿Qué son ustedes?, unos masoquistas. - Mirando a ambos con expresión de confusión... - Tú dejándole su casa a él para sus aventuras y entonces, ¿Qué?
-No es cómo crees. - Le dice Refina.
-Escúchame, por favor. - Prueba Leonel, desesperado.
Intercambian Leonel y Refina las palabras mientras confundida, Leonarda hace sus propias conclusiones.
-No escuches a Loreta.
-Déjame decirte.
-No, no tengo que escuchar todo, parece muy claro.
-Yo ese día no estaba en la oficina, por eso me maldecía. - Prueba explicar Refina.
-La llamaba para qué me rescatará, siempre sabe cómo. Loreta no escuchaba mis primeras palabras que fueron ¿Dónde estás, Refina? Eso fue.
-Déjame. - Dice última vez Leonarda, a la que retumba la cabeza de la nueva información, antes de alejarse del parque.
-Yo la dejaría que procesará todo. - Le aconseja Refina, pero él decide escuchar su razón y va detrás de ella.
Leonel sigue sentado frente la puerta por la que desapareció Leonarda, sin deseo de escucharlo o recuperar la calma.
Al vibrar su celular, lo saca del pantalón y maldice al encontrar el mensaje de Refina.
¿Piensas venir? La reunión está en media hora y Zora ya está aquí.
Editado: 31.01.2023