Saliendo del elevador de un prestigioso hotel, Leonarda admira la decoración de la sala que, a pesar de ser con paredes blancas y piso de madera, tiene una elegancia. Lugar es lleno de mesas y un buffet en el que no falta nada.
-Gracias, por ayudarme encontrar el vestido. - Dice Leonarda mientras camina a lado de Refina.
-De nada, nos llegó bien la ayuda. - Guiñándole el ojo.
Refina lleva un vestido dorado brillante sin mangas largo de gala, mientras Leonarda tiene un simple vestido largo de estilo griego de color rosa, con cinturón dorado.
-Hola, damas. - Saluda, acercándose Zora, vestida en un mono negro, parte superior blanco está sin tirantes y decorado con encaje.
-Amor. - Dice, viniendo Leonel y tomándola de las manos. - Te ves hermosa - Dirigiendo la mirada a Refina le dice. -, gracias.
-Con gusto. - Dice a Leonel. - Como siempre te luciste. - Mirando a su rededor da el cumplido/halago a Zora.
-Me conoces.
-Bueno, yo las dejo y me llegó, está aquí para presumir. - Sonriendo anuncia Leonel teniendo abrazada a Leonarda por la cintura. - Te presentaré algunas de las personas. - Guiándola lejos de las dos mujeres, le dice.
-Me da gusto que decidiste pasar por lo alto lo de fotos. - Comenta Refina cuando Leonel las dejo solas.
-Lo amo. - Tiernamente, declara Leonarda.
-Y él a ti también. - Poniéndole la mano en la muñeca.
-¿De verdad no tuviste las manos en esta organización? - Pregunta apareciendo Darío.
-No, ya le respondí. - Dice con fastidio Refina, mirando a Leonarda.
-Un exitoso proyecto más, ¿Quién diría a? - Uniéndosele Justa, dice.
-Esperamos muchos más. - Levantando la copa en dirección a Refina, dice Darío.
-¿Por qué siempre a mí? Ahí tiene a su hijo, dígaselo a él. - Enseñando hacia Leonel con el dedo.
-¿Qué no ves que te apoyan? - Le pregunta Leonarda.
-Si, claro y no me quejo solamente que siempre van a mí y ese de ahí a nadie que lo para.
-Muy bien, me rindo. ¿Bailamos? - Pregunta, extendiendo la mano a Leonarda /extendiendo la mano hacia Leonarda.
Sonriendo por la familiaridad con la que se tratan, Leonarda acepta la invitación.
-¿Te gusta la celebración? - Comenzando a bailar, pregunta Darío.
-Sí. Es algo especial.
-Las primeras siempre son. A nosotros ya nos aburren, sin embargo, se debe admitir que Zora sabe cómo hacerlas.
-¿La conocen ya mucho?
-A Zora, no. Oímos hablar de ella por Refina y cuando comenzaron moverse en el círculo del trabajo.
-¿Me permites? - Tocando el hombro de su padre con el dedo, Leonel busca el permiso.
-Claro, es tu novia. - Apartándose, dice.
-Hola. - Sonriendo y tomado la de las manos, saluda Leonel.
-Hola. - Sonriendo ampliamente y feliz.
-No pasó mucho que bailan cuando los interrumpieron.
-Perdón, disculpe, Leonel te necesitan. - Dice un señor.
-Está bien, voy. - Mirándola, lamentado. - Discúlpame el deber llama.
Ella niega con la cabeza, sonriendo, dejándole claro que no hay problema y reuniéndose con Refina y los padres de él.
-¿Han visto a Leonel? - Pregunta Leonarda a unos conocidos que le presento Leonel antes.
-Se fue por haya. - Enseña con la mano el camino a la izquierda la mujer.
En cada rincón, Leonarda busca a Leonel, que ya un tiempo se le perdió, sin éxito. Mientras está regresando, la puerta de elevador se abre.
Es ahí donde encuentra a Leonel de frente, pero entre ellos está Zora. Con la pierna alrededor de la cintura de Leonel y besándose, mientras las manos de él se pasean por el cuerpo de ella.
Ahogando el solazo, Leonarda se aleja de ahí hasta los baños, llorando.
Editado: 31.01.2023