Maldición de millionario

Capítulo 45

-Vendrás hoy, ¿Qué no? - Pregunta, tiernamente Leonel, besándole las articulaciones metacarpofalángicas teniendo sus manos entre las de él.

-Sí. - Tiernamente mirándolo en los ojos, dice. 

-¿Quieres que te recoja?

-No puedo sola.

-Esta bien - Incorporándose. -, debo regresar al trabajo. - Volviendo su voz neutral. - Nos vemos entonces en la casa de mis padres. Te amo.

-Yo a ti. - Besándolo antes de dejarlo ir del restaurante.


 

-Yes, como te dije, me voy a ir pronto. - Escucho Leonel decir a Brigite cuando entró en la casa.

-Lo siento, te convertiste de verdad en una buena compañía para mí estos días, con Darío siempre en el club. - Dice su madre.

-Deberías apretarlo, dígale que te lleva en el crucero.

-¡Aay! Y de ahí se me escaparía y entraría en el bar o casino encontrar amistades. - Se queja, espantada Justa.

-Y entonces dicen que es fácil casarse.

-Fácil lo es, pero no y encontrar el que vale la pena. Hola, amor. - Dice la madre, percatándose de su presencia.

-Hola. - Saluda Leonel, bajando los hombros, sabiendo que ahora no podrá escapar como pretendía.

-Hola, Leonel vine a despedirme. - Dice Brigite.

-Lo escuché.

-Bueno, dame un minuto para ver cómo marcha la comida. - Dice y antes de irse, pregunta mirando a Leonel. - ¿Leonarda vendrá?

-Sí. - Rápidamente, contesta.

-Siéntate, ¿Quieres agua? - Pregunta Brigite tomando la jarra y el vaso.

-No es necesario.

-Please, es tu casa. - Llenándole el vaso y poniéndole frente a él en la mesa.

Por mirar dónde está su madre y como escaparse de la presencia de Brigite, Leonel no ve cuando ella pone unas gotas a el agua. Y sin tener opción bebe.


 

Leonarda llegó a la casa Montejo y al no encontrarlo esperándola, preguntó a la sirvienta.

-Vino, seguro lo encuentra en su habitación.

-Gracias. - Dijo, antes de comenzar subir las escaleras.

Llegó hasta la puerta que última vez Leonel le enseño cómo la de su habitación, en cambio, de tocar decidió sorprenderlo.

Abrió la puerta y tubo la perfecta vista a la cama en la mitad del cuarto.

Sobre ella se encontraba una totalmente desnuda castaña y debajo de ella recibiendo los besos Leonel. Mientras Leonel no se movía si lo hacía Brigite que no le dejo de regar besos por el torso, cuelo y cara, medio sonrió viéndola con el rabio del ojo en la puerta.

Sin poder asimilar lo que está viendo, Leonarda comenzó tambalearse, por lo que extendió ambas manos para sostenerse tocando la pared al caminar.


 

-Cómo odio mojarme. - Dice Refina, pasando con las manos por sus brazos. - Ahora vamos. - Dice, dedicándole una sonrisa a Leonarda mientras busca las llaves en su bolso. - Que horror de tiempo. - Mientras abre la puerta para que Leonarda pase relámpago.

-Esta vez se terminó. - Sin poder soportar más, dice Leonarda, comenzando a llorar.

-¿Qué se terminó?

-Lo mío con Leonel.

-¿Qué hizo esta vez? - Nada sorprendida, más decepcionada, pregunta Refina.

-Se acostó con esa tal Brigite. - Por ver la pocas veces le fue necesario recordar su nombre.

Congelada y con el trueno como el único sonido, Refina la mira logrando después pronunciar. - ¿Bromeas?

-¿Me veo como alguien que bromea o que lo hubiera hecho con algo así?

Asimilando las palabras de Leonarda, lo único sonido en el apartamento es la lluvia que comenzó golpear fuertemente las ventanas.

-Nunca me imaginé que con ella, pero si una mujer siempre es capas de todo. - Sentándose en shock en el sofá a lado de Leonarda. - Hiciste bien y no te preocupes que le haré pagar. - Dice, consolándola y poniéndole el pelo detrás de la oreja.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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