Capítulo 58

En un sitio de construcción de la ciudad.

Policía lleva a cabo la investigación.

-Inspector. - Saluda policía al inspector Livio Marceles.

Saludando con la cabeza, inspector pregunta. - ¿Qué tenemos?

-Una joven parece que cayó del alto de la construcción - Enseñando la altura con un cuaderno en la mano. -, durante la noche.

-Bueno, ¿Algo más? ¿Sabemos quién es?

Mirando la libreta, policía dice. - Loreta Adama.

-Bueno, cuando terminan aquí me mandan el reporte. - Dice Marceles al policía antes de acercarse al cadáver para hacer por sí mismo algunas investigaciones. - Me llama cuando terminan con la autopsia. - Dice levantándose de cuclillas y abandonar el lugar.

-Tenemos nuevo caso. - Dice Marceles, llegando a la oficina y quitándose la pistola.

-¿De qué es trata, jefe? - Pregunta Trey Mauri.

-De una joven mujer, todo indica que cayó desde el alto de la construcción. Su nombre es - Mirando el papel donde lo escribió. -, Loreta Adama.

-Loreta Adama. - Sorprendida, repite Tulia Casilas.

-Si, ¿la conoces? - Pregunta Livio Marceles, sentándose en su silla.

-Personalmente no, pero es una de las pretendientes que van detrás de Leonel Montejo. - Explica Casilas.

-Leonel Montejo. - Repite Marceles, moviendo la cabeza en el asentimiento junto con la silla.

-Si.

-¿Y tu cómo lo sabes? - Pregunta Mauri. - Porque esa parte no la investigamos.

-Yo seguí investigando.

-¿Casilas, has desobedecido la orden?

-Jefe, yo sigo creyendo que el culpable de la muerte de la Galicia es Montejo.

-Bueno, como sea ahora no vamos a entrar en eso. Menos nos ahorró algo de trabajo, trae todo lo que tienes sobre Adama. - Dice Marceles 

-A la orden jefe.

Mientras Refina camina por la oficina hablando de lo que encontró sobre la empresa que les llamo, Leonel no la escucha, perdido en sus pensamientos de nostalgia, extrañando a Leonarda.

-¿Leonel me estás escuchando? Leonel.

-Ummm. - Volviendo a la realidad.

-¿Has escuchado tan siquiera una palabra de lo que dije? - Pregunta, haciendo el gesto para indicar pequeña cantidad de lo que dijo con los dedos .

-No, perdón, se me fue.

-¿Y bueno que hago yo contigo? - Leonel le responde encogiéndose de hombros con tristeza. - Anda dime, ¿qué pasa?

-Nada, no me puedo sacar a Leonarda de la cabeza.

-Cuando es difícil, se ama más.

-Gracias, ahora me siento peor.

-Es así, perdón cuando es la verdad.

-¿Qué voy a hacer?

-Puede ser que es tiempo de volver a intentar. Aguas se calmaron, pueden comenzar desde el principio, desde cero. Conquístala de nuevo.

-¿Qué empiezo de inmediato? - Pregunta, tomando el teléfono en la mano.

Encogiéndose de hombros, pregunta Refina. - ¿Y qué piensas hacer?

-Flores y tarjeta anónima.

-Buenos días, señor Montejo. - Entrando, dice inspector Livio Marceles. - Señorita Calarel. - Inclinándose la saluda.

-Inspector mucho tiempo. - Dice Refina. - Supongamos que tiene noticias cuando nos honra con su visita.

-Supone bien, nada más que no es por eso, aquí estoy por otro caso.

-¿Y qué quiere de nosotros? - Pregunta hostil Leonel.

-Hablando de que conoce la víctima, sus declaraciones, conociendo su pasado. - Insinuando el caso de Ángela.

-Bueno, ¿Y quién es la víctima?

-Loreta Adama, esta madrugada la encontraron muerta. - Marceles se enfoca mirar la reacción de ambos.

Con la mirada fija en Refina, Leonel tiene los ojos desorbitados. Mientras párese que por el shock Refina dejo de respirar manteniendo la mirada en Leonel.

-¿Qué? ¿No dirán nada? - Pregunta inspector, cuando el silencio se prolongó.

-Estamos... - Comienza a decir Leonel con la voz ronca, por lo que se aclara la garganta para continuar. - Desconcertados.

Enderezadose, inspector dice. - Su estado deberá dejar a un lado porque a mí me interesa saber, ¿Dónde estaba usted señor Montejo a noche?

-¿Perdón? - Pasmado, pregunta.

-¿Lo está acusando a él del asesinato? - Pregunta Refina con ojos desorbitados y el dedo hacia Leonel.

-Yo en ningún momento dije que fue asesinada, ¿De dónde saco usted eso, señorita? - Pregunta Marceles, arqueando la ceja.

-¿Y por qué otra razón preguntaría donde estaba?

-Por qué está conocido que se conocían y que tenía motivos de querer fuera de su vida a la mujer que no dejo de molestar a su ex.

-¿Qué estaba haciendo? - Pregunta Leonel, inclinándose en la mesa.

-Señorita Adama visitó a su exnovia.

La risa de Refina llama la atención de ambos. - Perdón, pero ¿Lo está usted vigilando? Digo para saber su estatus y quien pasa por su cama y como.

-No, señorita. Si la debo recordar hace poco salieron y en los periódicos.

-¿Y usted los lee? - Pregunta Refina, levantando las cejas.

-No trabajo solo y ahora sí no es problema, me responda o lo debo llevar en la comisaría.

Antes de que Leonel puede decir algo, el celular del inspector comienza sonar.

-Bueno. - Contesta. - A sí. - Volteando a ver a Leonel. - Muy bien. - Colgando, dice. - Señor Montejo lo debo pedir que me acompaña en la comisaría para responder a algunas preguntas sobre el fallecimiento de señorita Loreta Adama.

-Señor Montejo. - Dice, entrando en el cuarto de interrogación.

-¿De verdad debemos pasar de nuevo por esto, inspector?

-Parece que sí. Diganos ¿Tiene usted álibi por la noche de lo ocurrido? - Dejando el cuaderno en la mesa y sentándose.

-No salí de la casa desde que regrese del trabajo.

-¿Tiene a alguien que puede confirmar que estaba ahí en la hora de once de la noche?

-Vivo en la casa de mis padres con los empleados, puede probar con ellos.

-¿Y como era su relación con la señorita, más de la obvia?

-Yo diría que no la tuvimos. Fue ella la que me buscaba, fue ella que no me dejaba en paz. Varias veces era culpable de mis problemas con Leonarda, hasta se agarró a golpes con Sarina después de esa estupidez que hizo publicar.