-Quiero libre el fin de semana por lo que nos quedaremos trabajar extra. - Informa Leonel a Refina.
-Por mí está bien. - Con una tonta sonrisa de felicidad lo mira apoyando la barbilla en la mano con la pluma entre los dedos.
-¿Qué me miras así? - Pregunta Leonel percatándose de su mirada.
-Por nada solo me tiene feliz saber que tú lo eres o, ¿por qué otra razón querías el fin de semana libre?
-Metiche.
-Bueno, no me cuentes. ¿Vamos? - Pregunta apuntando a los papeles para qué comienzan con el trabajo.
-Ee, por cierto, ¿Cómo era la reunión?
-Bien. Por supuesto en el principio se extrañaron por el cambio al último momento, pero cuando comenzamos con los negocios todo llegó a su lugar, a mí me encantó la propuesta y a ellos les gustó lo que ofrecemos
Asintiendo con la cabeza, ambos se quedaron en el silencio dedicándose a su trabajo.
Sentado en su escritorio, Leonel está enfocado en su trabajo. Al oír que tocan la puerta.
-Adelante. - Dice levantando la cabeza. - Fuera. - Dice poniendo los ojos en la persona que entró.
-¿De verdad piensas que te obedeceré? - Pregunta Sarina poniendo la mano en la cintura y cerrado la puerta mientras se adentra en la oficina.
Exhala dejando caer la mano que tenía cerca de labios. - ¿Qué quieres Sarina? - La pregunta, irritado.
-Lo de siempre. - Dice apoyándose de respaldo de la silla con los antebrazos.
-Y la respuesta es la de siempre. Ahora puedes irte.
-Me enojo contigo porque no viniste a la reunión.
-Espero que te divertiste, ahora. - Llevando la mano a la dirección a la puerta y la cabeza abajo a los papeles que está verificando con el computador.
-No me iré.
-Entonces no sé qué pretendes hacer. - Desde ese momento se pasa ignorándola.
-¿Te vas a ir? - Después de un tiempo, pregunta Leonel esperanzado de que se aburrió mirarlo.
-No. - Sin quintarle la mirada y con la barbilla en la mano niega con la cabeza.
-¿Entonces sabes que haré? - Pregunta Leonel levantándose y llegando hacia ella.
-¿Qué? - Ilusionada y con un suspiro pregunta Sarina, estando acorralada en la silla y él que puso las manos en los respaldos.
-Esto. - Dice volteando bruscamente y yendo a la puerta. - Me iré yo. - Le aclara antes de cerrar la puerta y dejarla sola ahí.
-Me volveré loco. - Dice entrando con furia en la oficina de Refina.
-¿Qué pasa? - Pregunta con media sonrisa Refina, viéndolo caminar por la oficina.
-Sarina. - Apuntando a la pared en dirección a su oficina. - No se quiere ir, la deje ahí, ya no pude estar ahí con ella mirándome como si fuera la presa.
-Bueno, si lo eres. - Comenta Refina ganándose la mirada de Leonel. - ¿Qué? No me mires así, que sabes que no te miento. Hasta que no sucumbes y seas de ella, te mirara así.
-Ahora ni trabajar pudo. - Dejándose caer en la silla.
-Trabaja desde aquí. Los computadores tienes los mismos accesos y si algo necesitas... - Encogiéndose de hombros busca palabra. - Lo encontraremos.
Leonel acepta con la cabeza y rodea la mesa. - En que tú trabajas. - Bajando la mirada al computador.
-Sobre el nuevo contrato de material.
-Yo estaba verificando los números y todo lo dejé ahí.
-Bueno, llama a la secretaria para que te lo traiga o imprime los nuevos.
Leonel decide no echar todo el trabajo a la basura y llama la secretaria. - Me puedes traer los papeles que están sobre el escritorio, son los números para revisar y si esa mujer sigue ahí ignórala. Me los traes a la oficina de Refina. Sí, anda.
-Siéntate que yo termino pronto. - Le dice Refina con la mirada en la pantalla y los dedos teclado.
-Debería haberle dicho que me traiga y la silla. - Comenta Leonel, volteando a mirar donde sentarse.
-Por dios. - Dice Refina escandalizada con el comentario, comenzando a levantarse para accederle el puesto.
-Sí, sé lo que acordamos... - Exhalando el aire de frustración por ser incomprensivo.
-Refina, ¿Cuánta vez es esta de que dejas nuestros planes de algo por él? No es un niño.
-Gael estamos hablando de mi trabajo, esto no tiene que ver con Leonel directamente.
-¡Entonces es explotación! - El horario de trabajo termino hace dos horas Refina, dos.
-Lo sé, que puedo. - Inhala y exhala el aire con tanta fuerza que le es audible a Gael. - Mira, si me dejas hacer esto y me quedo durante la semana más tiempo a trabajar, tendremos el fin de semana libre.
-Tú de verdad no entiendes nada, ¿No? Y parece de ni me escuchas. - Diciendo eso, enojado Gael, cuelga.
Al comprender que corto la llamada con el ceño fruncido Refina mira la pantalla.
Editado: 31.01.2023