Maldición de millionario

Capítulo 71

-Quiero libre el fin de semana por lo que nos quedaremos trabajar extra. - Informa Leonel a Refina.

-Por mí está bien. - Con una tonta sonrisa de felicidad lo mira apoyando la barbilla en la mano con la pluma entre los dedos.

-¿Qué me miras así? - Pregunta Leonel percatándose de su mirada.

-Por nada solo me tiene feliz saber que tú lo eres o, ¿por qué otra razón querías el fin de semana libre?

-Metiche.

-Bueno, no me cuentes. ¿Vamos? - Pregunta apuntando a los papeles para qué comienzan con el trabajo.

-Ee, por cierto, ¿Cómo era la reunión?

-Bien. Por supuesto en el principio se extrañaron por el cambio al último momento, pero cuando comenzamos con los negocios todo llegó a su lugar, a mí me encantó la propuesta y a ellos les gustó lo que ofrecemos 

Asintiendo con la cabeza, ambos se quedaron en el silencio dedicándose a su trabajo.


 

Sentado en su escritorio, Leonel está enfocado en su trabajo. Al oír que tocan la puerta.

-Adelante. - Dice levantando la cabeza. - Fuera. - Dice poniendo los ojos en la persona que entró.

-¿De verdad piensas que te obedeceré? - Pregunta Sarina poniendo la mano en la cintura y cerrado la puerta mientras se adentra en la oficina.

Exhala dejando caer la mano que tenía cerca de labios. - ¿Qué quieres Sarina? - La pregunta, irritado.

-Lo de siempre. - Dice apoyándose de respaldo de la silla con los antebrazos.

-Y la respuesta es la de siempre. Ahora puedes irte.

-Me enojo contigo porque no viniste a la reunión.

-Espero que te divertiste, ahora. - Llevando la mano a la dirección a la puerta y la cabeza abajo a los papeles que está verificando con el computador.

-No me iré.

-Entonces no sé qué pretendes hacer. - Desde ese momento se pasa ignorándola.

-¿Te vas a ir? - Después de un tiempo, pregunta Leonel esperanzado de que se aburrió mirarlo.

-No. - Sin quintarle la mirada y con la barbilla en la mano niega con la cabeza.

-¿Entonces sabes que haré? - Pregunta Leonel levantándose y llegando hacia ella.

-¿Qué? - Ilusionada y con un suspiro pregunta Sarina, estando acorralada en la silla y él que puso las manos en los respaldos.

-Esto. - Dice volteando bruscamente y yendo a la puerta. - Me iré yo. - Le aclara antes de cerrar la puerta y dejarla sola ahí.

-Me volveré loco. - Dice entrando con furia en la oficina de Refina.

-¿Qué pasa? - Pregunta con media sonrisa Refina, viéndolo caminar por la oficina.

-Sarina. - Apuntando a la pared en dirección a su oficina. - No se quiere ir, la deje ahí, ya no pude estar ahí con ella mirándome como si fuera la presa.

-Bueno, si lo eres. - Comenta Refina ganándose la mirada de Leonel. - ¿Qué? No me mires así, que sabes que no te miento. Hasta que no sucumbes y seas de ella, te mirara así.

-Ahora ni trabajar pudo. - Dejándose caer en la silla.

-Trabaja desde aquí. Los computadores tienes los mismos accesos y si algo necesitas... - Encogiéndose de hombros busca palabra. - Lo encontraremos.

Leonel acepta con la cabeza y rodea la mesa. - En que tú trabajas. - Bajando la mirada al computador.

-Sobre el nuevo contrato de material.

-Yo estaba verificando los números y todo lo dejé ahí.

-Bueno, llama a la secretaria para que te lo traiga o imprime los nuevos.

Leonel decide no echar todo el trabajo a la basura y llama la secretaria. - Me puedes traer los papeles que están sobre el escritorio, son los números para revisar y si esa mujer sigue ahí ignórala. Me los traes a la oficina de Refina. Sí, anda.

-Siéntate que yo termino pronto. - Le dice Refina con la mirada en la pantalla y los dedos teclado.

-Debería haberle dicho que me traiga y la silla. - Comenta Leonel, volteando a mirar donde sentarse.

-Por dios. - Dice Refina escandalizada con el comentario, comenzando a levantarse para accederle el puesto.


 

-Sí, sé lo que acordamos... - Exhalando el aire de frustración por ser incomprensivo.

-Refina, ¿Cuánta vez es esta de que dejas nuestros planes de algo por él? No es un niño.

-Gael estamos hablando de mi trabajo, esto no tiene que ver con Leonel directamente.

-¡Entonces es explotación! - El horario de trabajo termino hace dos horas Refina, dos.

-Lo sé, que puedo. - Inhala y exhala el aire con tanta fuerza que le es audible a Gael. - Mira, si me dejas hacer esto y me quedo durante la semana más tiempo a trabajar, tendremos el fin de semana libre.

-Tú de verdad no entiendes nada, ¿No? Y parece de ni me escuchas. - Diciendo eso, enojado Gael, cuelga.

Al comprender que corto la llamada con el ceño fruncido Refina mira la pantalla.



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En el texto hay: amor, muerte, amisad

Editado: 31.01.2023

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