Abrí las grandes puertas de la escuela entrando con toda la gracia que tengo. Suspire el dulce aroma a madera de la escuela mientras miraba a todos pasar.
Por fin había vuelto.
Después de que se me quitaran las marcas tuve que tener algunas conversaciones intensas para poder estar aquí, pero había valido la pena, por fin recuperaba mi vida.
La tia Nati pasaba sus manos por todos mi brazos y piernas, estaba atentan a mi cara, mis reacciones, o cualquier cossa.
—¿Nada? —pregunto al ver que no movia ni un pelo.
—Nada —dije firme.
—¿Y solo desaparecieron? —preguntó confundida.
—Bueno, Alex toco la cicatriz y en vez de dolerme como siempre pasaba esta vez sentí todo lo contrario —expliqué mientras miraba entre la tía Nati y Alex que estaba a mi lado viendo todo.
—Fue muy irresponsable de su parte, príncipe Alex —dijo la tía Nati mirándolo—, ¿qué tal si con ese toque hubiera empeorado todo?
—Pero no lo hizo. —Lo defendí.
—Fue un milagro —dijo mientras jalaba su cabello hacia atrás, parecía muy estresada.
—Y gracias a eso ya no tengo las horribles cicatrices y ya no tengo que estar preocupada por que las toquen por accidente.
—Ya es un avance —menciona la tía Nati—, lo bueno es que ya les había tomado fotos a las marcas, así podremos seguir investigando.
—Entonces, ¿ya puedo ir a la escuela?—pregunte con esperanza.
—El que no tengas las marcas no significa que estés aliviada —protesto la tia Nati.
—Lo se, pero no iba a la escuela por las marcas, en todo este tiempo no he tenido síntomas, y además la manada necesita verme, Damián dijo que ya estaban preocupados. —Enfrente a la la Tía Nati—. Ellos necesitan ver que estoy bien, usted sabe que si la manada cree que la familia real esta afectada tendremos problemas.
—Eres mas importante tu que lo que pensaran. —Me contradijo Alex.
—Pero ya estoy bien, Kerstin y Damián estarán conmigo en la escuela y volver a la rutina me ayudara mas de lo que imaginan. —Estaba cansada de estar encerrada.
—Dejaré que el Alfa y la Luna decidan —dijo finalmente la tía Nati antes de irse.
—¿Realmente quieres volver a la escuela? —preguntó Alex.
—Sí —dije alargando la "i"—, es lo que más quiero.
—¿Y si los síntomas vuelven? —preguntó preocupado.
—No puedo detener toda mi vida por eso, tengo muchas cosas que hacer.
—Pero si vuelves no puedes hacer todo lo que hacías, ¿y si los dolores realmente venían por el estrés de todo lo que tenías en la cabeza y por eso ya no los has tenido?
—Tengo más cosas en mi cabeza ahora que en toda mi vida, créeme no es por eso.
—Pero es diferente hacerlas a estar acostada y pensando.
—Estar pensando todo el día en eso y no poder hacer nada para resolverlo es mil veces peor que estar en movimiento todo el día — dije convencida, no importa como lo pusieran, prefería mil veces salir.
Alex suspiró mirando para todas partes. Mamá y papá entraron tras Ariana que había ido a buscarlos. Mamá se acercó hasta mi para analizarse con sus ojos, viendo que todo estuviera en su sitio.
—¿Ya mejor? —preguntó al terminar.
—Sí, ya estoy bien —dije asintiendo.
—¿Segura? —preguntó papá que estaba un poco más alejado.
—Totalmente —dije firme, para darle más fuerza a mis palabras—. Entonces, ¿ya puedo ir a la escuela?
—Lory —suspiró mama—, acabas de recuperarte.
—No, de hecho ya lo estaba desde hace tiempo, el único impedimento eran las cicatrices y ya no están —dije haciendo puchero—, además necesito salir para terminar de recuperarme.
Mamá y papá se miran, parece que se estaban comunicando telepáticamente, era una conexión muy especial, algún día quería tener una muy parecida con mi mate. Al final ambos terminan asintiendo.
—Esta bien —dijo mamá y antes de ponerme a brincar me detuvo—, pero al primer dolor regresas a la cama.
—¡Claro! —dije feliz.
Al siguiente día me desperté más temprano que de costumbre, me había levitando tarde los últimos días así que no fue difícil. Me organicé como todas las mañanas antes de que pasara esto, ya hasta lo extrañaba.
Baje las escaleras dando saltitos para ir al comedor. Fui la primera en llegar de lo temprano que era, me senté en mi lugar habitual y pedí el desayuno a una trabajadora. Tenía muchísima hambre.
Papá fue el segundo en entrar.
—Buenos días —dije alegremente.
—Buenos días, Lory —dijo al notarme—, te levantaste muy temprano.
—Estoy emocionada, no lo voy a negar —dije mientras comía—, es como el primer día de clases.
Papá se río ante mi ocurrencia para sentarse y empezar a desayunar junto conmigo.
—¿Kerstin vendrá por ti? —pregunto después de un rato.
—Sí, anoche se fue a su casa por fin, junto con su tía, yo sé que ya la extrañaba.
—Pues sí, no estaba acostumbrada a dormir fuera de casa por mucho tiempo.
Termine y me levante, me despedí de papá y así fue como terminé aquí.
Empecé a caminar por los pasillos bajo la mirada de todos, estaban más curiosos que nunca. Escuchaba sus susurros, pero la verdad no quería que nada arruinará mi ánimo, así que bloquee mi audio desarrollado e ignore absolutamente todo.
Llegue al salón de la primera clase y me senté en mi lugar habitual, ya hasta lo extrañaba.
Kerstin entró poco después. Le sonreí cuando la vi acercarse y me respondió se igual manera.
-—Ya estas aquí —dijo al sentarse—, ¿que pasará ahora?
Suspire y volví a sonreír lista para sacarle todos mis planes.
—Tengo que organizar mi fiesta de cumpleaños, también la coronación de Alex y Ariana, ayudarte con tu fiesta y no creas que he olvidado lo de Damián y tu —dije muy rápido. Ella solo me vio sin ninguna expresión.
—Te apoyo en todo excepto cualquier cosa que tengas planeada para mi y Damián —dijo mientras sacaba sus cosas de su mochila.