Maldito Romeo » kookv

Juntos de nuevo, demasiado pronto.

PRESENTE.
CIUDAD DE NUEVA YORK.
TEATRO GRAUMANN.
PRIMER DÍA DE ENSAYO.

 


Me apresuro por la acera llena de gente, y un sudor nervioso ha estallado en todos mis lugares pocos glamorosos.

Oigo la voz de mi madre en mi cabeza: “Una persona exitosa no suda, Taehyung. Ella brilla”.

En ese caso, mamá, estoy brillando como un cerdo.

Me digo a mí mismo que estoy “brillando”, porque voy retrasado. No a causa de él.

Daniel, mi compañero de piso/entrenador de vida, está convencido de que nunca lo he superado, pero eso es una mierda.

Lo he más que superado.

Lo he superado desde hace mucho tiempo.

Me escabullo a través del camino, esquivando el imparable tráfico de Nueva York. Algunos taxistas me maldicen en varios idiomas. Alegremente les muestro mi dedo medio, porque estoy bastante seguro de que mostrar el dedo significa. “vete a la mierda” por todo el mundo.

Echo un vistazo a mi reloj cuando entro al teatro y me dirijo a la sala de ensayo.

Maldita sea.

Cinco minutos tarde.

Casi puedo ver la mirada de diversión en su estúpido rostro, y estoy horrorizado de que antes de que haya incluso puesto un pie en la sala, tengo la imperiosa necesidad de darle una bofetada.

Me detengo en la puerta.

Puedo hacerlo. Puedo verlo y no desmoronarme.

Sí puedo.

Suspiro y presiono mi frente contra la pared.

¿A quién diablos estoy engañando?

Sí, claro, puedo hacer una obra apasionada con mi ex-amante, quien me rompió el corazón, no una vez, sino dos veces. No hay problema.

Golpeo mi cabeza contra la pared.

Si hubiera una nación de gente estúpida, yo sería su rey.

Respiro hondo y exhalo lentamente.

Cuando mi agente llamó con la noticia de mi gran oportunidad en Broadway, debería haber sabido que habría condiciones. Ella habló maravillas conmigo sobre el actor masculino que también fue elegido. Jeon Jungkook —el actual “Chico del Momento" del mundo del teatro. Muy talentoso. Ganador de premios. Adorado por fanáticas gritando. Hermoso como el infierno.

Por supuesto, ella no sabía nada de nuestra historia. ¿Por qué iba a hacerlo? Nunca hablo de él. De hecho, me alejo cuando otras personas mencionan su nombre. Era más fácil hacerle frente cuando él se encontraba en el otro lado del mundo, pero ahora está de vuelta y manchando mi trabajo de ensueño con su presencia.

Típico.

Bastardo.

Poner mi cara de póquer no va a ser fácil, pero tengo que hacerlo.

Saco polvo compacto y reviso mi reflejo.

Maldita sea, estoy más brillante que el Edificio Chrysler.

Me coloco un poco de polvo y retoco mis labios con bálsamo mientras me pregunto si le pareceré diferente después de todos estos años. Mi cabello, el cual solía ser castaño en la universidad, ahora se encuentra de color rubio. Mi cara es un poco más delgada, pero supongo que soy básicamente el mismo. Labios decentes. Buena estructura. Ojos avellanados.

Cierro el compacto y lo arrojo de nuevo a mi bolso, molesto de que incluso estoy contemplando verme bien para él. ¿No he aprendido nada?

Cierro mis ojos y pienso en todas las formas en que él me hirió. Sus estúpidas razones. Sus excusas de mierda.

La amargura me inunda, y suspiro de alivio. Ese es el aislamiento que necesito. Traer mi enojo a la superficie. Lo envuelvo a mí alrededor como hierro y tomo consuelo en el agresivo fuego lento.

Puedo hacerlo.

Abro la puerta y entro. Antes de siquiera verlo, puedo sentirlo observándome. Me resisto a buscarlo porque eso es lo que quiero hacer, y una cosa que he aprendido con Jeon Jungkook, es apartar mis instintos naturales. Seguir mi instinto es cómo las cosas se arruinaron entre nosotros. Me dijo que podía tener algo de él, cuando en realidad él no me ofreció nada.

Me dirijo a la recepción de producción donde nuestro director, Marco Fiori, está teniendo una discusión con nuestros productores, Ava y Saul Weinstein. De pie junto a ellos está un rostro familiar —nuestra directora de escena, la hermana de Jungkook, Sana.

Jungkook y Sana son un paquete. Él tiene escrito en su contrato que ella maneja todos los espectáculos en que trabaja, lo que me desconcierta, considerando que pelean como perros y gatos.

Yo diría que Sana es su manta de seguridad, pero, por supuesto ¿por qué necesitaría uno? Él no necesita a nadie ni nada, ¿verdad? Él es intocable. Es jodidamente irrompible.

Sana señala un modelo a escala del set que utilizaremos, a medida que habla sobre la mecánica del escenario.

Los productores escuchan y asienten.

No tengo ningún problema con Sana. Ella es una fantástica directora de escena, y hemos trabajado juntos antes. De hecho, hace un millón de años solíamos ser buenos amigos. Antes, cuando todavía pensaba que su hermano nació de una madre humana y no fue engendrado directamente del culo de Satanás.

Ella eleva su mirada cuando me acerco.

—Lo sé, lo sé —digo mientras dejo caer mi bolso en una silla—. Lo siento.

—Está bien, Tae —dice Marco—. Todavía estamos hablando detalles de la producción. Cálmate, toma un café. Empezaremos pronto.

—Genial. —Busco en mi bolso por mis suministros de ensayo.

—Hola, tú —dice Sana y me sonríe cálidamente.

—Hola, Sana.

Por un momento, mi cólera es atenuada por una oleada de nostalgia, y me doy cuenta de lo mucho que la he echado de menos. Ella es tan diferente de su hermano. Bajita a su altura. Redondeada a su angular. Incluso su color es diferente. Rubio y liso contra oscuro y caótico. Y, sin embargo, volverla a ver me recuerda por qué no hemos hablado por años. Siempre la asociaré con él. Demasiados malos recuerdos.

Cuando saco mi botella de agua, mi bolso se resbala del asiento y cae ruidosamente sobre el piso. Todo el mundo se detiene para mirar. Rechino mis dientes cuando escucho una risita.



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En el texto hay: kookv, drama amor

Editado: 16.11.2019

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