Mamá por un día

Prefacio

Desde que era una niña sentí que no estaba echa para ser madre, a deferencia de las otras niñas que jugaban con sus muñecas y carriolas en el parque, yo me dedicaba a leer y practicar con mi pelota de basquet. 

Usar vestido y volantes tampoco entraba en mis deseos diarios, una camiseta demasiado grande para mi cuerpo y unos pantalones cortos que permitieran rápida movilidad siempre resultaron la mejor opción.

No encajaba ni en el grupo de las niñas ni en el grupo de los niños, demasiado femenina para moverme y demasiado masculina para vestir o jugar. 

No, nunca pensé en ser madre. A medida que crecía veía más y más lejana esa posibilidad, no sé relacionarme con los niños y los bebes solo lloran cuando me acerco. Tampoco he tenido novios, y si llegara a tener uno seguramente nunca tocaría el tema de ser padres juntos.

Ahora que estoy en el último año de universidad, mis amigas ya han echo carrera en eso de ser madres, y mí propia madre a echo un complot contra mí teniendo a su tercer bebé. Romina, la pequeña de un año. 

Con papá deseando ser abuelo y mamá dándole un bebé propio, incluso sueño con cunas durante las largas noches de verano.

El único bebé que se acerca es mí perro Luka, el golden retriever que papá me regaló al mudarme a mí apartamento y es el único al que puedo cuidar como toda una madre abnegada. 

No es que no me gusten los bebes, yo no les gusto a ellos.

 



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En el texto hay: comedia, romance juvenil, maternidad

Editado: 18.02.2018

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