La semana se pasó en un envión. Ya era viernes, el último día de Mariana y con ello su fiesta de despedida. Durante la semana, había logrado explicarle casi todo a Isabella y estaba segura de que ya estaba lista para asumir el cargo. El día domingo salía su vuelo para Brazil y aunque ya había llorado al despedirse de sus amigos de la escuela, de la vida, y de su familia, sabía que lloraría al despedirse de sus compañeros de FISHER, especialmente de Roberto. Las maletas las tenía listas y lo único que le faltaba era un compartimiento más grande para llevarse a mamá con ella; aunque sabía que estar sola le haría muy bien, igual la echaría de menos. Gracias a Dios existía la tecnología y con ello la facilidad de comunicarse.
—¿Listos chicos? La reserva está para las nueve, así que me voy adelantando con Fede, Esteban y Jesús —dijo Daniella, tomando en cuenta que ya eran las ocho y treinta de la noche—. Gera, Marga y Marita también ya vienen con nosotros pero en el auto de Marga —agregó mientras los susodichos apagan sus computadoras y arreglaban sus cosas.
—Perfecto, yo voy con Isa, Roberto y Celia —dijo Mariana—. Joaco, ¿si vas verdad? No me puedes fallar.
Joaco se giró de su silla y la miró, sonriendo pero sin que la felicidad llegara a sus ojos. Sin duda entre ellos había cariño.
—Obviamente.
Isabella sonrió internamente al pensar que Joaco también iría. Durante la semana sus acciones habían sido las mismas y aunque se había prometido hacer un plan para distanciarse y actuar más profesional, le había terminado haciendo caso a Pamela. Luego de aquel día en la cafetería, había hablado con su amiga y ella le había dicho que las oportunidades se toman cuando llegan y que el jefe no estuviera contento con ello no significaba que la despediría; para eso necesitaría un argumento más fuerte. Y aunque Isabella le dijo que no quería llevarse mal con él, Pamela nuevamente le aseguró que si llegaba a pasar algo con Joaquín ya pensarían en algo. Así que decidió hacerle caso, y se dejó llevar, aceptando las insinuaciones del chico de ojos oscuros, divirtiéndose con él, conociéndolo más y descubriendo un lado tierno. Las conversaciones no solo se daban durante el horario laboral, sino también fuera, a través del Whatsapp. A veces se pasaban horas hablando en la noche, de cualquier cosa, ya sea llamada o escrito y eso la hacía sentir tanto vulnerable como feliz.
El viaje al destino fue un poco incómodo, teniendo en cuenta que estaba Roberto y Joaquín en este. Roberto iba al volante con Celia de copiloto; Mariana, Joaquín e Isabella atrás, quedando esta última al medio entre los dos. Isabella llevaba una falda no tan corta de color beige y una blusa mostaza, que hacía resaltar sus rasgos, además de unos zapatos de tacón bajo. Mariana traía un vestido negro con puntos de colores y tacones altos, y el maquillaje que se había colocado le hacía ver más guapa de lo que ya era.
Dos veces su pierna rozó con la de Joaquín y él no la quitó y tampoco hizo nada para retirar la suya, curvando secretamente su boca al igual que ella. Estaban jugando con fuego.
El lugar para la despedida fue en un karaoke cerca de la oficina, uno al que ya había ido anteriormente. Por dentro era bastante oscuro y pequeño, con solo un salón para reservas como las de ellos. Contaba con un centro de mesa y varios sofás cojín alrededor, además de una pantalla grande al frente para ver las canciones y sus letras. Había dos micrófonos en la mesa junto con los menús de la comida y bebida. Por dentro lo habían adornado con globos y mensajes de éxitos y buena suerte para Mariana, algo que hacia ver el cariño que le tenían.
Luego de escoger lo que iban a beber, una botella de whisky y cervezas para algunos, y comer, brochetas de pollo y un bowl con papas fritas, empezaron a escoger las canciones que cantarían. Isabella no estaba segura de qué cantar, además que no lo hacía bien, así que se unió a Daniella, y juntas escogieron dos canciones: What Makes You Beautiful de One Direction y 3AM de Matchbox Twenty. El resto igualmente trató de unirse en parejas, salvo Esteban que era amante de la música y además tenía un don con el canto.
Ya llevaban su primera ronda de whisky y cerveza (de acuerdo a lo que cada quien estaba tomando) cuando empezó la primera canción. Fede y Marga intentaban cantar mientras sostenían en sus manos un vaso de whisky y los demás los seguían en el coro:
—Never mind, I’ll find someone like you. I wish nothing but the best for you too. Don’t forget me, I beg. I’ll remember you said, Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead. Sometimes it lasts in love but sometimes it hurts instead.
Continuaron cantando el resto de la canción, para cuando terminaron, todos aplaudieron emocionados; sin duda, el alcohol comenzaba a hacer efecto. Isabella ya estaba por terminar su vaso y Joaquín ya se estaba sirviendo el siguiente de whisky. La mayoría traía esa bebida en mano, salvo los que estaban manejando, como Roberto, Marga y Daniella, que llevaban cerveza. El siguiente en cantar fue Esteban, con Talking to The Moon the Bruno Mars, dejó a todos perplejo con su voz y entre risas le sugirieron que se cambie de carrera.