Mamihlapinata: Mirada sin palabras

Capítulo 14

El domingo familiar fue bastante de nervios para Isabella ya que había decidido que les contaría a sus papás lo de Joaquín. Le hubiera gustado que su hermano estuviera ahí, pero ya estaba de viaje con su esposa, así que se enteraría después. Ya se imaginaba la cátedra de celos que le daría su hermano, pero por eso lo adoraba. Cuando ya estaban sentados los tres a la mesa comiendo spaguettis con albóndigas preparados por su mamá, Isabella estaba contando su salida de anoche y lo bonito que había sido volverse a juntar con sus amigos.

—¡Y Ale nos contó que se casa! Estoy feliz por ella —continuó la conversación.

—Y pensar que la veía casi un bebé cuando venía a la casa a hacer trabajos —agregó Manuela.

—¿Y qué es de tu amiga Micaela? ¿Qué hace?

—Está trabajando en un centro inmobiliario como publicitaria, se encarga de ver todo el tema de spots. Está muy feliz también.

—Que linda Mica, a ver cuándo viene a la casa —dijo Ignacio.

—Sí… bien linda ella. Y entonces, se quedaron hasta tarde ayer. ¿Quién te trajo? ¿Pame? —continuó Manuela, antes de degustar otro bocado de spaguetti.

Es ahora o nunca, pensó.

—Eh… sobre eso… tengo algo que contarles.

Hubo un breve silencio, silencio en el que Manuela ya se esperaba lo que sucedería. No era ninguna tonta y conocía a su hija, sabía que había un chico de por medio y el día anterior una amiga le había comentado creer haber visto a su hija con un chico y le había cuestionado si era su pareja. Manuela solo había negado. Aunque su hija se lo haya escondido, le daba gusto que ahora no lo hiciera y que finalmente estaba confiando en ellos.

—Estoy saliendo con un chico de mi trabajo… se llama Joaquín. Pa, ya sé que vas a comenzar a hacer preguntas pero… no hoy, ¿sí?

Su papá rió y sonrió hacia su hija, antes de tomarle de la mano.

—Solo una. ¿Lo quieres y crees que te hace feliz?

—Sí —respondió Isabella, sin pensarlo dos veces.

—Entonces me hace feliz a mí también.

—Y a mí —agregó Manuela que hasta entonces había estado callada—. Gracias por contarlo, es lo que siempre deberían hacer, no esconderlo hasta meses después —agregó y todos rieron.

Isabella sintió una ligereza en el pecho y pudo conversar un poco más de qué hacía Joaquín y de su vida. Su padre omitió las preguntas como prometido y ella estuvo contenta que lo hiciera. Se preguntaba si así hubieran sido las cosas si hubiera contado en su momento lo de Diego; nunca lo sabría.

 

 

Cuando se hizo de noche e Isabella estaba alistando sus cosas para el trabajo, Manuela tocó su puerta. Su mamá entró luego que su hija la invitara y se sentó en su cama mientras ella ordenaba.

—Mi amor, siéntate un ratito, quiero hablar contigo.

Se imaginó de qué quería hablar su mamá: de Joaquín; la entendió porque era normal en toda mamá estar preocupada y porque su madre creía que no tenía ninguna experiencia con chicos o que nunca había estado con uno, así que ella hubiera tenido la misma reacción que Manuela. Por ende, se sentó, enfrentando a su mamá.

—Es sobre Joaquín, ¿verdad?

—Sí. Mira, mi amor, no me voy a meter en tu vida personal. Si ya has tenido alguna experiencia con algún chico no lo sé; me hubiera gustado que me lo cuentes en algún momento si sucedió, pero sino, no pasa nada. Confío mucho en ti, mi Isa, y sé que eres una buena chica y siempre haces lo correcto… —Suspiró antes de continuar—. Solo quiero decirte que vivas la experiencia con Joaquín pero siempre siendo consciente. No quiero que nunca hagas algo por presión, por querer satisfacerlo, por sentirte más mujer; ¿sabes a qué me refiero?

Isabella lo entendía perfectamente y le hubiera gustado que su mamá le dijera estas mismas palabras hace años y no ahora.

—Sé que debí habértelo dicho mucho antes —agregó, como si leyera los pensamientos de su hija—, en eso fallé y lo siento. Pero, quiero que sepas que cualquier duda que tengas aquí estoy y aunque sé que vas a preferir a tus amigos para discutir esto, sabes que siempre tendrás mi apoyo. Y… odio decirte esto pero es necesario… si vas a tomar algún paso importante con él… —Sexo—, hazlo porque quieres, porque realmente lo sientes, no porque quieres experimentar o porque él te lo ha pedido. Hazlo por ti, ¿de acuerdo?



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En el texto hay: sexo, romance y drama, amor

Editado: 01.10.2018

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