Mamihlapinata: Mirada sin palabras

Capítulo 21

Habían pasado unas semanas desde que Joaquín e Isabella habían hablado de sus pasados y su relación había dado un salto; cada vez se tenían más confianza, se comunicaban mucho entre ellos y podían conversar hasta de las cosas que le molestaban o gustaban del otro, para seguir mejorando como pareja. Todavía había días de desconfianza o momentos difíciles, pero poco a poco estaban dejando atrás los dolores del pasado y ayudándose mutuamente a superarlos.

Era jueves, ya casi de noche y hora de salir de trabajar; todavía quedaban algunos en la oficina, incluyendo a Isabella y Joaquín, quienes estaban haciendo tiempo para más tarde, que se verían con sus amigos. Habían invitado a Esteban, Daniella, Mateo y Fede, que eran los más cercanos, y se juntarían todos en un bar para encontrarse con otros amigos. Ellos fueron los primeros en llegar y poco a poco comenzaron a llegar los demás: Pamela, Pablo, Teresa, Alberto, Sebastián, Andrea, y Leonisio, los últimos tres amigos de Joaquín.

—Sugiero hagamos algún tipo de juego para entrar en confianza ya que los veo a todos calladitos —dijo Joaquín.

Estaban todos sentados en una zona privada del bar, en círculo, pero cada quien andaba con su mini-grupo de amigos. Solo Joaquín e Isabella, por obvias razones, habían hablado con todos en diferentes ocasiones. Isabella se acomodó en los brazos de su novio; ya iba por su tercera cerveza y comenzaba a darle sueño así que al estar al lado de él en uno de los sofás, se acurrucó a su lado y se acomodó en sus brazos. Él le sonrió de lado y puso su brazo alrededor de ella, apretándola más.

—Yo hago de moderadora —susurró Isabella en brazos de su novio.

—De esta no te salvas enana —le dijo Pablo, quien de tanto tiempo con Pamela ya tenía mucha confianza con ella.

La suodicha le sacó la lengua y buscó los ojos de Joaquín, para que la salve, pero él estaba también de acuerdo con Pablo y negó con la cabeza, riendo suavecito.

—Este fin de semana te compenso —le susurró al oído y le guiñó el ojo.

—Bueno, yo me apunto —dijo Federico.

—Vale, yo también —agregó Teresa.

Poco a poco se fueron uniendo todos, más por presión social que por querer jugar. Solo aquellos que estaban manejando indicaron que como castigo tomarían refresco o algo similar. Todos estuvieron totalmente de acuerdo y quedaron perdonados.

—Bien, me encanta este grupo tan animoso —agregó Joaquín, quién amaba organizar juegos, sobre todo si involucraba alcohol—. Haremos un verdad o reto, pero no vale hacerlo entre parejas y tampoco repetir a la persona. Si no cumple con el reto o no quiere decir una verdad, será castigado y deberá hacer un shot de lo que esté tomando.

—Uyy… esto se pone bueno —dijo Alberto, intentando mirar disimuladamente a Leonisio, el amigo de Joaquín que también era gay. Joaquín e Isabella ya habían notado desde la ultima salida, cuando se conocieron, que algo había pasado entre ellos; no físicamente, pero sí de reconocimiento y de atracción. Y ahora no pasó desapercibido.

—Entonces, yo empiezo —dijo Joaquín—. A ver…

Miró a Isabella como pidiéndole ayuda o consejo de a quién debería escoger.

—Dani —le susurró.

—Dani —dijo él en voz alta—. ¿Verdad o reto?

—Reto —respondió ella, tapándose los ojos y escondiéndose en la camisa de Mateo, su esposo. Él solo rió suavecito y besó su cabeza.

—Cómo me gusta este juego y estos ánimos —dijo Joaquín, sonriendo, e Isabella lo imitó. Amaba verlo así, tan suelto, tan feliz—. Te reto que le digas al DJ que cambie la música. Dile que te gusta la música latina, que quieres pachanguear con tu esposo. —Todos rieron y Daniella lo fulminó con la mirada—. ¿Qué? Escogiste reto. Que alguien te acompañe y que no sea Mateo porque mentirá por ti.

—Me la vas a pagar Joaquín —dijo ella, medio en broma, riendo nerviosamente—. Acompáñame tú entonces, para que valides.

—Nah. Yo estoy muy cómodo aquí al lado de mi chica —respondió y acercó más el cuerpo de Isabella al de él, robándole un beso en los labios—. Además, yo puse el reto.

—Yo voy —se ofreció Teresa.

—Ahí vamos con la integración —bromeó Joaquín.

Daniella entonces cumplió el reto y Teresa lo confirmó; todos le aplaudieron y a pesar que no tenia castigo, quiso tomar igualmente su bebida porque los nervios la ganaron. El DJ no cambió la música.



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En el texto hay: sexo, romance y drama, amor

Editado: 01.10.2018

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