“Y de pronto nos miramos a los ojos y nos sumimos uno en el otro
y nos consumimos.”
-Óscar Hahn.
Explicado ya de manera concreta lector las razones por las que mi alma se siente de manera íntima emocionada a lo que he de relatar, empezar sería aquel paso que tanto me ha de costar gracias a mi bloqueo cuando se trata de usar palabras para explicar sentimientos. Conocí a la persona que voy a dar vida en esta historia de la manera más común, no fue un arbitraje de que nuestros ojos se encontraron fundidos desde el primer momento, o que nuestra relación estaba condenada por los demás como en aquellas obras victorianas relatadas amablemente por Shakespeare, no. Fue cuestión de suerte que mis manos se juntaran con las de aquel individuo, que para darle prioridad en el sinonimo de que él es el personaje principal será llamado a breves sonidos Mateo, aquel del cual su nombre ya está tintado en la primera hoja de este manuscrito, y que es la principal razón por la que a mi mente le entro este ímpetu que me consume de escribir las letras que hoy usted por razones prioritariamente del destino se encuentra leyendo.
Nuestra comunicación no será relatada desde el primer momento, dado que como se ha explicado en muchas obras y en su mismo inicio, quiero empezar desde el sentimiento de victoria que me llena al escribir el camino forjado por el mismo destino que me llevó hoy a enamorarme perdidamente de Mateo, cuando lo conocí, y que los sentimientos ha contar aún están frescos en mi memoria como pintura nueva en lienzo blanco, sentía esa necesidad de seguir escarbando en su espiritu para asi llegar por fin y sin inconvenientes a su alma, era más joven de lo que soy ahora al poder relatar estas aventuras y sentía que de alguna forma mi cabeza y mi corazón tenían una pelea íntima que no ayudaba a considerar mi amor infinito como algo real, es así que esta historia no es de aquellas que desde el primer momento estaba fundamentada a pasar, no de ninguna manera, cabe reconocer a duras proporciones la necesidad de que usted lector conozca que esta idea de permanecer tiempos inmemorables al lado de nuestro personaje ya mencionado no siempre había estado en ninguna de nuestras cabezas y que es cuestión de tiempo y de decisiones muy acertadas y algunas muy complejas para llegar a escribir las palabras correctas para recordar a la persona por muchos caminos al parecer correcta. Nos conocimos y nuestra relación, cabe decir que se fue de nuestras manos por tiempos inmemorables (No, no fueron 15 o 20 años fueron simples 2 años) y en mi alma en ese momento resignada a perderlo todo empezó a crecer y a quemar esas ganas de ganar lo invencible y buscar mas y mas por lo que en algún momento añore tanto, y volverme a encontrar en el camino a esos ojos que nunca pude ver por más de pocos segundos (hasta después de mucho tiempo) sin que mi estómago, mi corazón y mi cuerpo saltaba en una avalancha de sensaciones casi nunca percibidas por el ser humano. No puedo explicar con palabras reales lo que sus ojos hacen en mi persona, y como sin medida y sin peligro alguno se lleva todo sentimiento malo a su paso si son acompañados de una sonrisa.
Empecemos pues, relatando la primera vez que logré verlo, dia que por alguna rara razón a pesar de mi habilidad inédita de olvidar las cosas sigue grabado como un tatuaje en mi cabeza, y que recuerdo a pesar del tiempo con claridad. Nunca tuve tantas ganas de correr y al mismo tiempo de quedarme en mi vida hasta que llego el dia en que lo conocí, recuerdo que a simple vista se veía muy tranquilo de todas aquellas experiencias que ya le daban una tranquilidad como para a pesar de ser nuestro primer encuentro estar sentado, comiendo. COMIENDO. Recuerdo verle a lo lejos, sonriendo despreocupado, y asi empece a sentirme cada vez para el momento en que estaba más segura de lo que quería de él en mi vida. Sin saberlo, llegar a sentirme feliz por un postre del cual su sabor enormemente fuerte a chocolate continúa siendo importante para darle a mi cabeza un recordatorio de mis sensaciones de emoción y de ansias y más allá para resaltar que este postre, aunque suene una metáfora mal elaborada sería por conocimiento y reconocimiento de ambos lo que labraron los meses y días que logramos mantenernos en un equilibrio, sin saber que en este momento explicar aquellos mismos meses, los recuerdos, las llamadas, y los detalles solo nos llevará por infortunio a contar que terminamos alejándonos el uno del otro, conociendo en ambos casos nuevas sensaciones y amores, y sintiendo que un reencuentro era prácticamente, en palabras vulgares un sueño que quizás en algún momento ambos dejamos de soñar. Todo era aunque pareciera raro, distante.
Es inmensamente confuso el decir que la vida ha sido detalladamente concesionada para que nuestras manos se volvieran a encontrar, pero lector en esta historia tendrá que ser un poco enigmático a aquello que le han enseñado de que las oportunidades te las ganas, y saber que esto es más allá de todo producto de un destino que decidió en el camino volvernos a juntar, asi suene historia mal contada de hadas, para el corazón de esta joven alma lo ha sido, paso el tiempo y después de muchas decisiones que separaron caminos y que unieron otros, y que cambiaron las cosas decidimos empezar nuestra historia de nuevo, sin saber de ninguna manera y en ninguno de los dos que pasaria despues, pero a veces es bueno entregarse a simplemente disfrutar el momento, y vivirlo como si fuera quizás el último. Mientras todo esto pasaba la vida de su joven relatora había cambiado en totalidad, y en casa había ese sinsabor que le daba un color oscuro a un futuro realmente llevado por algo bueno, pero siempre llena de fe, me encontraba deseosa de simplificar mi vida, y de mas alla de todo y al conocer la brevedad de los accidentes (la vida se acaba en un abrir y cerrar de ojos) disfrutarla a su totalidad.