Maniquí

8 Alex

Salgo de mi escondite con la señal de Max, no hay señales de los maniquís malditos o del asesino a nuestro alrededor, ya se han ido. Me ordena ir al frente del local, donde están esos maniquís en su exhibidor principal con cuatro faltando todavía, a no ser que se levanten y se unan al asesino, o se pongan de nuestra parte. Me arrastro por el suelo y me oculto debajo de los percheros o mesas con productos apilados piramidalmente, solo por mera precaución, esas cosas han de estar vigilándonos colgadas del techo transformadas en arañas, no debí haber visto esa película de la bruja con ojos de botón, me hace imaginar escenarios raros ahora posibles si el asesino es creativo.

Llegamos al mismo tiempo, las manos de Max están a punto de volverse moradas por el frío del lugar, necesitaremos calentar sus manos de la forma que sea, tal vez debamos ir a los baños para mojar sus manos con agua caliente.

— No me creerás lo que te voy a contar —son las primeras palabras de Max anunciando un descubrimiento.

— Juro que si dices que estamos en peligro te mataré yo mismo.

— Eso ya lo sé, no soy estúpido. Ya sé por qué Richard quiere matarnos, no lo hace por simple placer o para ampliar su lista de asesinatos que quedó pendiente, quiere nuestra sangre.

— ¿Estás diciendo que lo hace por mero impulso, que no puede parar? —se me viene a la cabeza a Richard comportándose como un perro, los asesinatos son su juguete, los disfruta y le dan vida, si no lo tiene se vuelve loco e impaciente por hacerlo, ahora que tiene oportunidad lo aprovecha.

— También, deja de interrumpirme, son cosas verdaderas, pero no es el punto de esta conversación. La violencia no lo despertó, fue la sangre de esa mujer; si recuerdas bien, los maniquís de esta exhibición quedaron manchados de sangre y entre los que faltan aquí estaba Richard empapado de sangre, es por eso que este lugar se ha vuelto el infierno en la tierra, con la sangre vuelve a un estado más humano, tal vez adquiera una especie de control sobre los maniquís con sangre, una especie de conexión de emisor a receptor, más no al revés. Si la sangre de Kevin empapó a los maniquís de la bodega Richard recuperó toda su movilidad, por eso no se detectaba movimiento antes, podía moverse de forma limitada, caminar lentamente, mover la cabeza, mover los brazos; nos provocó sin una palabra y sin un arma, averiguó nuestras debilidades en minutos y nos hizo trizas.

— Por eso nos encerró a nosotros dos, supo que no nos llevábamos bien, él… me hizo asesinarlo, me hizo hacer el trabajo sucio —tengo emociones encontradas por tal revelación, sigo siendo el asesino de Kevin, le corté la garganta; sin embargo, fui guiado a hacer tal cosa por el asesino.

— Todavía no puede dejarnos salir, si tuviera suficiente sangre nos dejaría ir sabiendo que nos tomarían como locos, no nos necesitaría, al final no habría evidencia.

— Con razón no había nada al volver a la bodega, había sangre por todas partes y desapareció en cuestión de minutos. Así no habría cuerpos o pruebas, mataría a cuantos quisiera sin que nadie pueda darse cuenta.

— Lo malo es que necesita sangre para ser liberado de aquí, le falta…

— Me falta su sangre —una voz grave interrumpe nuestra conversación, desearía que fuera Wong… o Nina…incluso Kevin, pero no, Richard Baker, o lo que se parece al criminal de las fotos, está ante nosotros sonriendo—. Lo que necesito es su sangre.

Le patearía el trasero si no estuviese solo, a su alrededor lo resguardan ocho maniquís terroríficos sin serlo tanto como Richard Baker, tiene cabello castaño corto, su rostro es lo más terrorífico por la combinación del rostro pintado de un maniquí y el rostro del verdadero humano, al abrir su boca hay dientes podridos cubiertos por una capa ligera de plástico y sus ojos están rojos e hinchados, con algunas gotas de sangre en estos. Para ser confundido con otros maniquís a medio hacer, eso creo, se ha desnudando aprovechando que es una versión tamaño humano de Ken, en algunas partes sigue luciendo como un maniquí, en otras se puede ver que el plástico pasa a ser piel humana y en casi todo el cuerpo tiene manchas de sangre gigantescas, no ha de ser la sangre de Kevin, ya se hubiera secado o puesto pegajosa, es sangre fresca proveniente de Nina.

Me impresiona más de quién se está sosteniendo, no es de sus maniquís, está claro, esas cosas están detrás de él listos para atacar. Kevin está hecho un maniquí, literalmente, cualquier detalle o lunar que tenía se ha ido y en vez de tener su rostro enojado o irritado es el típico rostro neutral pintado a mano, el lunático ha de tener un gran talento en la pintura, ha pintado de nuevo su rostro en una hora o menos exceptuando los lunares y las pecas de su cara y hombros, lo ha dejado suficientemente irreconocible para no ser identificado, pero por el cabello mal cortado asumo que después lo cambiará más, solo deja una pizca del chico fastidioso a propósito, para culparnos más.

— Descuiden, se siente mejor de lo que se ve, y duele menos que una vida llena de problemas, en su caso, una noche de traiciones y juegos sucios. Solo heridas fatales, no quiero desperdiciar sangre, muchachos. Ataquen.

Los maniquís moviéndose como esas malditas arañas por los pasillos sin tumbar ni una sola cosa, sin esa navaja maldita en mi mano ya no siento confianza, solo podía dañarlos distrayéndolos. Corro hacia cualquier dirección sin ningún maniquí en mi camino, perdiendo a Max en el camino, creo que se ha quedado a pelear con las cosas esas por los golpes entre maniquís, ha de usar los normales sin demonios o fuerzas malvadas dentro. Me siento como un cobarde por dejarlo solo, en vez de ayudarlo lo único que hice fue correr, sin embargo, es un instinto de supervivencia, no es como que lo hice a propósito. Evito en todo momento la bodega, prender la linterna sería una clara señal para ser atrapado, es mejor esconderme en la zona pública, el reloj dice que son las doce y media, faltan varias horas para esperar escondido por ahí, en ese tiempo me descubrirán, revisarán cada estante, cada escaparate, cada perchero… moriré de todos modos.



#898 en Paranormal
#3507 en Thriller
#1377 en Suspenso

En el texto hay: maldiciones, venganza, aseinato

Editado: 21.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.