Mantener la Distancia

¿Quién eres?

Jasper, ese era su nombre, al menos ya sabía algo de él, pero la verdad no me bastaba con eso, necesitaba más, no sabía cómo encararlo, no podía decirle a un desconocido que llevo más de treinta años pensando en él cuando lo vi una vez en mi vida. Así que después de una fuerte discusión en mi mente dije:

—¿Tú estabas en el funeral de mi padre? ¿Hunzahua Bachue?

—Sí, estuve ahí.

—¿Por qué? ¿Quién eras tu para él?

—Éramos grandes amigos.

—¿Y cómo es que no se nada de ti?

— Fue hace mucho tiempo, pero solo dime ¿Qué quieres saber?

—¿Sabes quién soy yo?


—Mariana Bachue Cullen, hija de Hunzahua Bachue y Mabel Cullen, sí se quién eres, has crecido.

—¿También conoces al resto de mi familia?

— No en realidad, solo conocí a tus padres.

—Quiero saber tu historia —le dije, más bien le exigí, tengo que admitir que estaba muy a la defensiva.

—Está bien, si eso quieres lo tendrás, solo déjame ponerme más cómodo.

No entendía por qué él respondía a todos mis pedidos, sin embargo, él se sentó a los pies de un árbol e iba a comenzar a contar su historia, pero antes me pidió que me sentara a su lado, no supe cómo en ese momento, pero una sensación de confianza y tranquilidad me invadió, así que me senté a su lado, él comenzó a hablar.

Según lo que me dijo, había nacido en Houston, en 1863, cuando tenía solo 17 años se unió al ejercito confederado, era un mayor, era muy valiente e inteligente para las estrategias de guerra, no recuerdo en qué lugar ni en que batalla, solo sé que conoció a una chica llamada María, ella lo convirtió, quería formar un ejército,  pasó muchos años en ello, convirtiendo y matando vampiros, después escapo y recorrió el mundo con dos compañeros, un chico y una chica, y ahora vagaba solo por el mundo.

Su historia era un poco deprimente, no tenía ningún atisbo de final feliz, ¿vagar absolutamente solo por el mundo?, no tenía sentido, hubo un momento en el que sentí lastima por él, pero él no aparentaba ser triste o solitario, más bien parecía estar feliz, no alcanzaba a comprenderlo.

—Ahora dime, ¿Estas satisfecha?

—Solo una pregunta más.

—Dilo.

—¿Por qué huías de mí? —era una de las piezas que no encajaba.

—Tu olor.

—¿Qué?

—Hueles a sangre, no sabía si podría resistirme —ahí fue que me di cuenta, sus ojos eran color miel, era vegetariano, si antes no entendía nada ahora estaba tres veces peor.

—Eres vegetariano.

—Sí, lo soy —con solo ver mi cara se dio cuenta que necesitaba más que eso—. Me cansé de la muerte, y un día conocí a un vampiro que me enseño un camino diferente, así que lo seguí.

—¿Sabías que tu vida es bastante difícil de comprender?

—Sí, me lo han dicho antes, en especial cuando menciono que soy un vampiro de más de 100 años —reí un poco.

—Oye los vampiros somos jóvenes mentalmente, además ¿Qué edad aparentas? Trece —traté de hacerlo reír un poco, funcionó.

—Bueno, ya te conté toda mi vida ahora es mi turno del interrogatorio.

—Está bien.

Me hizo un montón de preguntas, desde mi color favorito hasta cual había sido mi mayor secreto, esa fue la única pregunta que no le respondí, porque no podía enterarse que precisamente él era mi mayor secreto, verlo todos los días con apariciones en mi mente, sin que yo lo desease, como si alguien lo pusiese allí, tratar de hallar la verdad en sus ojos mientras me hablaba, no poder evitar reír cuando él reía,  no tener el valor para poder mirarlo a los ojos por más de tres o cuatro segundos cuando mucho, y ver en ese sujeto que acababa de conocer, el destino que me hablaba y que me había hablado cada día de mi vida desde que lo vi en aquella triste tarde del funeral de mi padre.

Nos quedamos hablando por horas, hasta que él tuvo que irse sin razón, no supe si algún día volvería a verlo, solo sabía que había pasado una de las mejores noches de mi vida. Sin embargo, aún tenía incógnitas, la primera y más importante era ¿Cómo es que se aparecía en mi mente justo cuando también  se  me aparecían aquellos ojos?,  tenía que averiguarlo de alguna manera, la segunda ¿Por qué me hablaba como si ya me conociera, como si fuésemos conocidos de toda la vida?, él preguntaba pero no parecía sorprendido con mis respuestas, como si ya las supiera, además no hizo una pregunta que yo esperaba que hiciera, aunque yo le pregunte porqué él huía de mí, él nunca pregunto por qué yo lo perseguía.

Después de quedarme un rato allí pensando, volví con mi madre, ella ya había encontrado la casa de mi tío, y no sólo eso, había encontrado otra casa para nosotras, al parecer a ella le rendía el tiempo más que a mí. No le mencione nada acerca de Jasper.

La mañana siguiente nos dirigimos a casa de Carlisle, como de costumbre todos nos recibieron muy alegres, siempre con las bromas y sus sonrisas, pero ese día algo extraño sucedía, se notaban nerviosos, por alguna razón, Alice no estaba en el lugar, me sorprendió un poco, aunque Alice no me quería, siempre tenía la delicadeza de por lo menos saludarme, esta vez no lo hizo.



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En el texto hay: crepusculo, vampiro, jasperhale

Editado: 26.02.2021

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