Estaba sentada en medio del bosque, tenía los ojos cerrados y me dedicaba a escuchar los sonidos de los animales, los pequeños pajaritos volaban no muy alto, los siervos corrían en manada, el viento soplaba moviendo las ramas de los árboles haciéndolas cantar, era una melodía suave. Casi como un susurro, pude oír los siervos acelerando su paso, el viento soplo con un poco más de fuerza, sentía como mi cabello volaba con la brisa cada vez más fuerte. Cayó un rayo perturbando la calma y junto con él la primera gota de agua justo en el centro de mi cabeza, mantuve los ojos cerrados, otra gota cayó en mi rodilla, y otra en mi hombro, después de eso una tras otra se unieron al diluvio formando una tormenta descomunal, la melodía de las ramas se convirtió en llanto, caían árboles, morían animales, y el viento se llevaba con sigo todo lo que encontraba, excepto una cosa: yo. Estaba ahí en la misma posición, con los ojos cerrados, pero completamente aterrada, no quería ver la destrucción que me rodeaba, el pequeño corazón que me quedaba latía muy fuerte, tenía que tomar fuerzas.
Respire muy hondo y abrí los ojos, todo se detuvo, no habían rayos, ni lluvia, ni animales, ni muerte, ni nada que se le pareciera, estaba sentada en medio de la sala de Carlisle, todo estaba en silencio, el reloj no marcaba la hora, había una sensación extraña en el aire, mire a mis lados pero no vi nada, volví a mirar al frente y me encontré a Jasper que me miraba fijamente, caminó dando pasos firmes hacia mí se puso a mi altura y me dio un beso suave como una caricia, me invadía la euforia, lo tome del cuello y él me apretó un poco más a él, el beso se intensifico, se volvió deseo, terminé recostada en el sillón mientras aún nos besábamos, lentamente quitaba mi blusa y yo quitaba su camisa, una vez sin ropa recorrió todo mi cuerpo hasta dejar ambas manos en mi cuello, apretó un poco mi garganta. Mientras lo besaba con los ojos cerrados sentía que me faltaba el aire, no recordaba la sensación de respirar, la fuerza en mi cuello se volvió insoportable, no quería despegar mis labios de los suyos, pero me obligue a hacerlo, al abrir los ojos Jasper no estaba allí, estaba Alice apretando con toda su fuerza, no podía moverme, solo podía ver sus ojos llenos de rabia, todo comenzó a ponerse oscuro.
Lo último que vi fue una lagrima caer de los ojos de Alice y aparecí en lo que creo era el más allá, la vi y corrí como nunca a darle un abrazó, mamá me recibió en sus brazos mientras yo lloraba desconsolada "mi muñeca todo va a estar bien" me acarició la cabeza y...
Allí estaba en el cuarto que Esme había organizado para que viviera con la familia, estaba sentada en una gran silla ortopédica que miraba al bosque por el ventanal, no entendía que rayos era lo que había pasado, todo al rededor parecía muy normal, salí de la habitación y mire la sala bajo la escalera, allí estaban Emmet y Rose en una situación que no quería ver, tras mío en el pasillo pasó Edward que tocó mí cabeza y fue directo a la cocina, no entendía nada, entré de nuevo a la habitación, toque mi cuello y traté de apretarlo, no, definitivamente no sentía que me faltaba el aire, era como si nada de lo anterior hubiese pasado. En mis labios aún guardaba el beso de Jasper, por un momento pensé que era real, pero no podía ser posible, era como si hubiese soñado, como si estuviera dormida, pero no había tomado una siesta en más de 40 años, definitivamente no era posible, supuse que me había distraído demasiado y solo estaba imaginando cosas.
Ya habían pasado alrededor de tres meses desde la muerte de mamá, no puedo decir que lo había superado porque aún sigo sin hacerlo, pero si había comprendido que aún desde el cielo junto a papá, me acompañaría, y que ninguno de los dos jamás hubiese querido que yo me condenara vengándome de aquella bruja.
Estaba en la escuela como cualquier otro día, era la hora del almuerzo, pero tenía ganas de todo menos de ir a la cafetería, tampoco quería ir al bosque, en realidad solo deseaba una cosa: estar con Jasper.
Quería que me abrazara y me dijera cosas lindas, que me consintiera como había venido haciéndolo durante todos esos días, él era mi paño de lágrimas. Tal como me había prometido estuvo allí en cada momento que decaía en la tristeza, y como era de esperarse me enamore de la sensación de tenerlo cerca, con los días deje de buscar consuelo en él, simplemente lo veía para pasar tiempo juntos, eran los momentos más maravillosos, pero cada vez que me apartaba me sentía como la peor persona que había pisado la tierra, no era capaz de ver a Alice a los ojos, y aunque entre Jasper y yo no hubiese pasado nada fuera de lo común estaba segura que cuando lo veía sentía algo más que "cariño de familia", él lo sabía, al fin y al cabo podía sentir lo que yo sentía, pero yo no tenía manera de conocer sus sentimientos. Aun así, tenía certeza de que eso era suficiente para convertirme en una traidora, no se le puede hacer eso a la familia, no a Alice.
Así que en ese momento, por más ganas que tuviese de verlo no lo fui a buscar, me refugie en el último rincón de la biblioteca tomé un libro de cualquier cosa y me dediqué a leer, no fue fácil concentrarme pero finalmente lo logré, era una novela romántica, “justo lo que necesitaba en ese momento”, el primer renglón decía: "Desearía que fueses lo primero que viera al despertar y lo último que viera al dormir, pero la distancia nos separa, y me tengo que conformar con que seas lo primero que vea al dormir y lo último que vea antes de despertar" Como anillo al dedo, no había podido escoger un mejor libro, por más que lo deseara Jasper solo iba a estar en mis sueños y debía conformarme con eso, no quise seguir leyendo, cerré el libro de golpe y subí la cabeza, nunca hubiera imaginado lo que vi, Jasper estaba sentado en frente mío mirándome mientras leía.