Manual para seducir a un ángel

Capítulo 3

Shut up —protesta e intenta mover tierra como le ha pedido. Crowley lo hace también, a la vez.

Mientras están desarmando la cárcel del infierno es que repentinamente se abre la puerta de golpe.

CROWLEY! —Es la voz de Belcebú.

Crowley, que tiene las alas abiertas y está mirando la forma de cubrir a Aziraphale completamente con ellas para sacarlo de ahí A TRAVÉS del fuego, pega un salto.

Y lo siento, pero Aziraphale se le esconde en las alas, haciéndose el mismo un capullito con las suyas. No me extraña, ella también lo haría si pudiera.

—¿¡PERO QUÉ COÑO ESTÁS PENSANDO?! —grita Belcebú.

—¿No lo... estoy haciendo? —propone la pelirroja—. Y seguramente ese es el problema —sonrisita nerviosa.

—No puedes, DECIDIDAMENTE NO PUEDES SEDUCIR A GABRIEL —sigue gritando, señalándole con el dedo.

—¿Qué? ¡Claro que no! —levanta las cejas y se finge tan inocente, incluso ofendida con esa propuesta.

—¡Eso me ha dicho Hastur! —Belcebú vacila, deteniéndose un poco.

—Hastur —Crowley levanta las cejas y mira al susodicho—. ¿¡Pero cómo se te ocurre?! —le riñe.

What?! Si eso me has dicho... ¡Eso me ha dicho! ¡Que fuera por usted, Lord Belcebú y le dijera exactamente lo que me ha dicho! —se defiende este.

—¡Pero cómo voy a decirte que vayas a decirle eso si justo hace una hora acabamos de discutir exactamente esto! —insiste Crowley.

Hastur parpadea, porque el tipo es denso, DENSO.

—No será que estás... teniendo ideas propias a pesar de las órdenes expresas de Lord Belcebú. Como traer a este ángel aquí... y ahora esto —sigue acusando la pelirroja al sapo.

—¿¡Cuál ángel?! —pregunta Belcebú levantando las cejas

—Ninguno, ya se iba —se mueve un poco empujando a Aziraphale hacia la puerta.

—¿Tienes un ángel aquí?! Pero si dije... —sigue el príncipe del infierno un poco descolocada.

—Ya se va —asegura aun empujándole—. Hastur la ha cagado, pero esto no va de flagelar a nadie así que...

Aziraphale camina arrastradamente y se topan a Dagón en la puerta, que como estaba oyendo gritos y estaba aburrida en el archivo ha venido a ver qué pasa con dos demonios más de por ahí.

Aziraphale se estrella con ella y Crowley aprieta los ojos porque ¡JODER! El ángel mete las alas y Belcebú les concede un par de minutos de gracia, gritándole a Hastur.

—Dagón, ¡tío! ¿Qué te cuentas? —Crowley hace para apartarle—. Si nos permites... tenemos un poco de prisa —tira de Aziraphale igualmente.

—¿Qué está pasando? —pregunta Dagón.

Aziraphale se deja tirar, intentando alejarse de Dagón lo más posible. De hecho, le echa una pequeña bendición entre dientes. Así que Dagón salta como si algo acabara de quemarle y Crowley aprovecha eso para apresurarse aún más.

—Benditas bendiciones —medio grita Aziraphale, sonriendo.

—¡Corre, corre! antes de que se den cuenta —la pelirroja le suelta de la cintura y tira de él de la mano.

—¡Eso hago! —protesta un poco, corriendo igual todo lo que puede pero es que... le duele TODO.

Es que Crowley lo va a levantar y a llevar en volandas. Ríete lo que quieras, Hastur, por tus buenos presagios. Aziraphale se deja... se van a ver hermosos corriendo así, como una princesa mientras se le esconde en el cuello, además.

Thank you —vuelve a susurrarle.

Estás ayudando, de verdad. (Nota: va con sarcasmo)

Pues no va a espolearle como si fuera caballo. ¡Hala! ¡No tantas quejas! Puede que eche unas cuantas bendiciones más a los que le estorban en el camino. ¿Así les gusta más?

Igualmente le lleva hasta la superficie lo más rápido que puede y lo deja en el suelo nada más cruza las puertas.

—¿Qué haces? —protesta el ángel cuando la ver darse la vuelta.

—Tengo que volver ahí abajo. Te veo luego. Por el amor de Dios, ten cuidado —protesta y casi se atraganta pero es que está histérica.

—¡No! ¿A qué vuelves? —protesta, intentando detenerla.

—Necesito... hay que... Si no vuelvo Hastur va a decir que mentí y... que te estaba ayudando. Vendré por ti —le promete, toda implorante, porque tiene que acabar con su jugada de póker infernal para ganar esta mano.

—¡Te espero! —la suelta. La demonio se para un instante y le sonríe.

—Crowley —él la toma del cuello... y le besa.

Sonríe más porque iba a hacerlo ella, así que se lo devuelve de inmediato.

Pues le besa hasta que se separe.

Uy... no deberíais darle esa responsabilidad. Aunque, como están a las puertas del infierno. Otro demonio aleatorio carraspea un poco porque... no le dejan entrar, puede que hasta meta las manos entre ambos para separarles.

¡Ugh!

Así que... sí. Crowley se separa y Aziraphale protesta pero se separa también.

Crowley parpadea un poco y luego reconoce al demonio en cuestión

I-I...

—O-Oh. Asmodeo... Wait, ¿puedes sujetarme la puerta?

—Crowley? ¿Eres tú? —pregunta este.

Aziraphale parpadea, se sonroja y carraspeando un poco.

—Eh... sí. Sí. Justo iba para abajo... —mira a Aziraphale de reojo.

Asmodeo levanta una ceja y mira a Aziraphale también porque no parecía estar justo yendo para abajo.

—Ehm... good afternoon —saluda Aziraphale.

Good... afternoon —saluda de vuelta lentamente Asmodeo y de un modo un poco acusatorio, Crowley se ríe un poquito nerviosamente. Aziraphale le sonríe nervioso

—Ehh... bueno...

—Te... ehm... veo luego entonces —vuelve a despedirse Crowley.

—Sí. Te estaré esperando.

Ella asiente y no se mueve. Asmodeo vuelve a carraspear porque... ¿que no se iban?

Aziraphale le mira a los ojos y es que Crowley no se mueve. Había ido a rescatarle, él aún estaba asustado, se veía tan bonita y no quería que bajara otra vez. Se habían ido enfadados la última vez y...



#978 en Fanfic
#4428 en Otros
#761 en Humor

En el texto hay: aziracrow, ineffablehusbands, good omens

Editado: 18.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.