El funeral fue corto, la gente se despidió arrojando flores al cajón y se retiró en presencia del alcalde quien dijo unas palabras. A Manuel le pareció extraño que Bruno tuviera tanta prisa por terminar, lo siguió hasta la iglesia donde Cassini se encontró con otros dos hombres.
_ ¿Cómo no puedes encontrarlo? - Gritó Bruno.
Tenemos que encontrarlo antes de que venga el nuevo sacerdote, ordenó a sus hombres que inspeccionaran toda la sacristía.
_ ¿Perdió algo intendente? - preguntó Manuel entrando a la sacristía. "
No te involucres Navarro, ocúpate de tus asuntos- respondió Bruno.
_ ¿Qué le preocupa? o no quiere que descubra algo en particular- dijo Manuel. Los hombres que acompañaban al intendente eran altos, tenían el pelo negro, una estructura inteligente e incluso distinguida, pero enferma y extraña.
_ no le importa, vaya a cuidar a sus pacientes.- le exigió Bruno
_ Debe ser algo muy valioso- dijo Manuel.
_ Puedo saber qué estás haciendo aquí? - se enfrentó al intendente
_ ¿Entender cómo es que el sacerdote murió? - aclaró Manuel.
_ Murió de muerte natural- dijo Bruno poniéndose nervioso.
_ Tengo mis dudas, antes de su muerte hablé con él y él estaba muy bien- dedujo Manuel.
De repente y sin razón uno de los matones empujó a Manuel fuera de la iglesia. Pero a medio camino Bruno les pidió que pararan.
_ Dijiste que hablaste con el sacerdote, ¿de qué hablaron? - preguntó el alcalde mientras el matón lo tenía agarrado del brazo.
_ Nada realmente importante. Manuel mintió.
_ No juegues con mi doctor,no está en posición de enfrentarme- Bruno lo amenazó.
_ Fuera de mí esta jugar con usted- dijo Manuel sarcásticamente. Soltó el brazo del matón y ante el intento de agresión de uno de los matones, Manuel demostró que no era un simple médico y neutralizó a los dos hombres ante la mirada de sorpresa del intendente.
_ ¿Cómo enfrenta al alcalde de esa manera? - regañó Luna mientras ponía hielo en el ojo del doctor.
_ Estaban buscando las llaves- dijo Manuel mientras la chica se aproximaba a una silla hacia él. Luna se acomoda para seguir poniendo hielo en la cara de Manuel cuando sonó el teléfono.
_ Hola ...
_ ¿Doctor Navarro?
_ Sí ... ¿quién habla? - Manuel respondió.
_ Eso no importa ahora- dijo el hombre del otro lado de la línea.
_ Pero tengo algo que le puede interesar. Manuel se puso de pie ante la inquietante mirada de Luna.
_ ¿De qué se trata? - preguntó el doctor intrigado. En ese momento, el hombre iba a decirle algo importante pero hubo un golpe y un gemido y la llamada se cortó.
_ ¡Hola hola! - Manuel gritó y vociferó un insulto.
_ ¿Qué pasó? ¿Quién era? - preguntó la chica.
_No sé, pero cuando iba a decirme algo importante, escuche un golpe y un gemido -respondió Manuel.
_ Bueno, no sé, tal vez alguien entró y colgó el teléfono rápidamente- dijo la chica.
_ Tenemos que hacerlo lo antes posible- exclamó Manuel.
_ ¿Qué cosa? - preguntó Luna intrigada.
_ Encontrar a donde pertenece esta llave- aclaró Manuel.
La espera fue un poco larga y la noche ya está rondando impidiendo que Manuel pueda visualizar algo. Luna llegó inmediatamente a la zona de la iglesia donde Manuel la estaba esperando.
_ Lo siento, por la demora, pero tuve que esperar a que mis padres se acostaran- Luna explicó mientras los dos se escondían detrás de algunas plantas,cuando vieron que el alcalde había dejado a uno de los matones.
_ Dejó a su perro faldero, ahora no podremos entrar. Manuel miró alrededor para ver cómo podían entrar.
_ Espera, se me ocurrió una idea que vi en una película. Luna se levantó y Manuel al ver que se iba, comenzó a llamar a la chica en voz baja.
_ ¿Qué luna estás haciendo? - Manuel intentó detenerla pero siguió caminando hacia el hombre parado en la puerta de la iglesia.
_ Hola, guapo, tendrías un cigarrillo para invitarme.- Manuel comenzó a entender lo que Luna pretendía.
_ Puedo saber lo que estás haciendo aquí solo …- Mientras Luna entretenía al hombre, Manuel se acercaba furtivamente detrás de la iglesia para sorprender al hombre. Aprovechó la distracción del matón para darle un buen golpe, cuando el hombre estaba inconsciente en el piso los dos aprovecharon para entrar a la iglesia.
_ No vuelvas a hacer algo así, casi me matas de un ataque al corazón- dijo Manuel.
_ No exageres, y empecemos a buscar antes antes que se despierte.- le advirtió a la chica. La búsqueda fue intensa y rápida por temor a que el hombre se despertará, revisaron todo y no encontraron nada, hasta que Manuel movió un cajón del púlpito y encontró una caja marrón que tenía la cerradura de la llave que él poseía. Se apresuró a abrirlo y dentro hallaron un libro negro que en su cubierta decía "Diario" con letras doradas.
_ ¿Qué es esto? - dijo Manuel con el libro en la mano. En ese momento se siente el ruido de la puerta de la capilla y los dos se esconden en el confesionario, ella sentada en su regazo.