Manuel se levantó casi al amanecer, no había sido capaz de pegar un ojo. pasó el resto de la noche intrigado por lo que decía el libro. Se sentó a la mesa de la cocina con café y el libro. Cuando abre su decepción fue enorme al ver que estaba escrita en latín. Manuel sintió que estaban llamando a la puerta, la abrió y el sacerdote que los había encontrado en el confesionario anoche estaba frente a él con una sonrisa.
_ Felipe ... Lo siento, Padre Felipe- Manuel lo invitó a pasar.
_ ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó Navarro.
_ Campos me envió a cuidarte- le dijo Felipe
_ No tenias porque venir, soy grande puedo cuidarme solo - le dijo al sacerdote con ironía.
_ Es por eso que tienes el ojo morado.
_ No voy a preguntar qué hacían a esa hora de la noche en la capilla, porque ya me lo imagino -señaló el sacerdote.
_ No sé lo que estás imaginando, pero sea lo que sea, no hicimos nada malo. - Manuel especificó mientras le alcanzaba el té.
_ No dije que estaban haciendo algo inmoral, pero hicieron algo si se escondieron del alcalde -dijo el sacerdote.
_ Felipe es algo muy difícil de explicar- Manuel se levantó para servirse otra taza de café. Cuando estaba a punto de ir a la cocina, el sacerdote le preguntó sobre el libro negro.
_ Ya lo encontré, pero debo mantenerlo escondido- dijo Manuel. Luna llegó cuando el sacerdote se retiraba, y bajó la cabeza avergonzada de lo que había sucedido esa noche.
_ ¿Qué quería el sacerdote? - dijo Luna preocupada.
_ No te preocupes, él no vino por la noche anterior- dijo Manuel mirando el libro.
En ese momento Alicia entraba diciendo que el alcalde estaba en televisión.
_ La gente de Pampa del Indio ya tiene un nuevo sacerdote - informó el intendente
_ Se rumorea que el sacerdote murió en circunstancias dudosas- dijo la periodista.
_ Murió por causas naturales, debería verificar la información -aclaró el alcalde.
_ El sacerdote Lorenzo era un ícono en nuestra sociedad - dijo el alcalde. Bruno terminó de hablar y Manuel apagó la televisión, se levantó sin decir palabra y se dirigió a la puerta de la clínica.
_ Alicia por favor puede cerrar tengo que caminar un rato- dijo Manuel. Luna cerró la puerta y suspiró.
_ ¿Qué pasa? - preguntó Alicia.
_ No sé ... - expresó Luna angustiada mirando a Manuel mientras se iba.
Cuando también se estaba preparando para irse, se encontró un sobre que decía "Dr. Navarro" en el piso cerca de la puerta. Luna a pesar de la objeción de Alicia, abrió el sobre. Dentro encontró una nota que decía "Tengo la respuesta que está buscando" y una dirección. Media hora más tarde, Manuel regresó de su caminata y Alicia lo increpó en cuanto ingresó en la clínica.
_ Dios, que suerte que llegó- Manuel la miró sorprendido.
_ ¿Qué pasó? ¿Qué estás haciendo aquí todavía? - dijo el doctor.
_ Luna encontró un sobre que era para usted con un mensaje y una dirección y decidió ir a ver de qué se trataba.
_ ¡¿Qué?! ... pero esta mujer está loca, puede ser algo peligroso. ¿No te dijo dónde iba? - Alicia se encogió de hombros.
_ ¡Fantástico! - exclamó Manuel. Una hora después del momento en que Luna se había ido, recibió una llamada al teléfono celular. La voz en el teléfono era de la chica. Ella pasó una dirección muy rápido.
_ Hola Luna ... ¿Luna? ...- Ella colgó
_ Ahora ella se hace la misteriosa- Manuel tomó su chaqueta y se fue rápidamente en la dirección que había sucedido. Era una pequeña casa lejos del pueblo. Manuel estaba agradecido de haberle pedido prestado el camión a José. Fue hacia la puerta y Luna abrió de inmediato. Manuel apenas lo vio le recrimina por lo que hizo.
_ Hablamos más tarde - dijo la chica. Fue a la mesa y trajo una caja de zapatos llena de fotos de Manuel.
_¿Qué es esto? - Se sentó en una silla impactado viendo toda su vida en esa caja.
_ ¿Qué dice la nota? - Luna lo sacó del bolsillo de su pantalón y se lo dio. En un instante, la cara de la joven quedó desfigurada cuando vio a un hombre apuntando con un arma a la cabeza de Manuel.
_ No se mueva doctor- dijo el hombre.
_ ¡La llave! - exclamó el hombre.
_No sé de qué está hablando- dijo Manuel sin mirar al hombre. Les pidió que se pusieran de pie contra la pared.
_ En mis planes no estaba que la chica viniera, pero ahora que está aquí me servirá- la tomó del brazo y ella dio un grito.
_ ¡Dejala! - gritó Manuel.
_ Si no quieres ver los cerebros de la joven diseminado por toda la casa dame las llaves- el hombre amenazó.
_ No la tengo aquí- aclaró Manuel.
_ Entonces me quedaré con la dama e irás a buscar esa llave- explicó el hombre.
_ Y ni siquiera pienses en decirle a la policía porque ella muere- aclaró el forajido. Manuel fue inmediatamente a la clínica para encontrar lo que el hombre le había pedido que hiciera.
Manuel tomó la pequeña bolsa de terciopelo negro. Saco la llave y introdujo una de la clínica.
Llegó al lugar y Manuel entró con las manos en alto. El hombre inmediatamente le apuntó.
_ Ten cuidado, no te enojes, estoy desarmado. Allí tiene las llaves, las arrojó sobre la mesa Manuel intentó atacar al hombre pero reaccionó rápidamente y le disparó. Manuel cayo al piso y Luna gritó angustiada mientra el delincuente escapaba.