Manuel caminaba por la sala de su departamento pensando. El machacante dolor de cabeza le exigió a cerrar los ojos. Era muy difícil para él imaginar la reacción de Luna al enterarse que le había mentido.
Tenía otras preocupaciones como ahondar en todo el misterio que rodeaba al pueblo y él era el encargado de esclarecer lo que allí sucedió. El crepitar del celular lo sacó de sus pensamientos. Miró la pantalla y observó el nombre de su jefe.
_ Campos- contestó de no muy buenas ganas.
_ Siento tener que decirte esto, pero los jefes piensan que Luna también puede estar también involucrada.
_ Eso es ridículo- se enfado Manuel.
_ Creen que esta colaborando con su padre- Campos se esperaba la reacción de Manuel.
_ No puedes estar hablando enserio- renegó Manuel.
_ Estás demasiado involucrado sentimentalmente con ella, y eso te nubla el juicio.
_ Esta bien la voy a investigar- dijo Manuel de mala ganas y cortó la llamada. Pasada una hora regreso a la clínica donde Gutierrez atendía a unos pacientes.
_ ¿Todo bien?- preguntó Manuel al observar la preocupación en el rostro de su amigo.
_ Una joven con sobredosis acaba de fallecer- le informó el médico.
_ ¡Mierda!...- exclamó Manuel.
_ En este momento me da ganas de largar todo y desaparecer- acotó Manuel mientras buscaba una aspirina en el botiquín.
_ Si realmente quieres terminar con todo esto, tienes que hacer algo para que termine- lo alertó Gutierrez.
_ Es lo que intento.
Horas más tarde Manuel esperaba a su jefe en el departamento base. Campos entra con un chico.
_ ¿Y este?- preguntó Manuel mientras Campos sentaba al chico en una silla para interrogarlo.
_ Este es uno de los chicos que reclutó el intendente para vender armas y droga- le informó su jefe. Manuel se acercó al chico y lo miró fijamente.
_ Yo te conozco, sos unos de los chicos que andaba con la chica que murió esta mañana- le pusó la foto de la joven cerca del rostro. El chico giró la cara para no ver más la imagen de la chica.
_ ¿No tienes nada que decir?- preguntó Manuel. Campos arrojó una pistolas y varias bolsitas de cocaína sobre la mesa.
_ Todo esto estaba en tu poder cuando te agarramos - le dijo Campos. El joven seguía sin decir nada.
_ Vas a tener que explicarle al juez que hacías con todo esto- lo increpó Campos.
_ Eso no es mio- hablo el chico murmurando.
_ crees que somos idiotas- le dijo Campos.
_ ¿Te las dio Pintos o Cassini?- interrogó Manuel.
_ No voy a decir nada más- dijo el joven. Navarro y su jefe se alejaron del chico para hablar.
_ ¿Qué quieres hacer?- preguntó Manuel mirando al chico.
_ Dejarlo ir, si la intuición no me engaña no va a querer irse- sugirió Campos. El agente se acerca al joven y le saca las esposas.
_ Listo puedes irte- el joven se empezó a poner nervioso.
_ ¡No me puedo ir!
_ Aca el que decide si te vas o te quedas soy yo- le dijó Campos.
_ Pero… usted no entiende ¡me van a matar!- reclamó el chico.
_ Porque si las cosas no eran tuyas- dijo Campos con la mirada fija en el chico.
_ Yo las robe- confesó el joven.
_ ¿A quien se las robaste?- preguntó Manuel.
_ Las tenía guardadas el director- Campos y Navarro se miraron. Moreno llegó en ese momento y se llevó al chico a la comisaría.
_ Tenemos que poner de cabezas la escuela- Campos llamó a Moreno y a Felipe para que inspeccionaran el lugar.
_ Ahora sigues pensando que la chica Pintos no tiene nada que ver- le dijo Campos. Manuel se levantó de la silla y arrojando el vaso de plástico al cesto y enfrentó a su jefe.
_ No te metas con Luna- dio un golpazo a la puerta cuando procedió a retirarse.