Mar de lágrimas

Nuevo Compañero

El lunes en la mañana me levanté temprano para prepararme y poder ir a la empresa, la verdad es que me encontraba un poco nerviosa, y no era para menos.

Esta vez opté por un pantalón negro con una blusa roja y una chaqueta del mismo color del pantalón, como siempre no me maquillé, es que desde hace tiempo eso dejo de ser importante, preparé una tasa de té con un emparedado luego de comermelo, me cepillé los dientes, recogí la mesa, tome mi bolso y salí para tomar un taxi.

Tal vez se preguntarán, si mis padres tenían dinero ¿por que yo no tengo auto?  y pues resulta que si tengo, pero ya no me gusta manejarlo, creo que perdí la confianza, entonces ahora solo tomo taxis.

Luego de veinte minutos llegó el taxi y para mi sorpresa era el mismo taxista de la otra vez.

-A La misma empresa de la vez pasada señorita?- me preguntó el Señor.

-Si, a la misma empresa-dije mientras Miraba por la ventana del auto.

-Hemos llegado- dijo el señor, es que perdí la vista viendo la ciudad y así mismo la noción del tiempo.

-Muchas gracias, aquí tiene- le pagué y Salí del auto.

-Hola- saludé a las recepcionistas del lugar, a lo que ellas me respondieron, igual y con una sonrisa.

La que me atendió el lunes pasado me llamó por lo que me acerqué a su lugar de trabajo.

-Primero que todo, creo que la última vez que nos vimos, no nós presentamos correctamente- me dijo sonríendo a lo que yo asentí tímidamente- Mi nombre es Tamara- me dijo tendiéndome su mano.

-El mio es Jessie- le dije, uniendo la mía con la suya, no podía dejársela tendida eso sería muy descortés.

-Bueno Jessie es un gusto- me dijo sonríendo.

-Igual- dije.

-Y lo segundo es, que el jefe aún no ha llegado y el es quien te va ubicar en tu lugar por lo tanto puedes subir allá o quedarte aquí abajo y esperar que el llegue-

La verdad es que aquí hay muchas personas y pues por lo que ví la otra vez el penúltimo piso es más tranquilo así que opté por la primera opción.

-Prefiero, subir- dije a lo que ella asintió.

-Bueno pues ya sabes donde queda el elevador- me dijo giñandome un ojo para después sonreír, yo solo asentí y sonreí sin mostrar mis dientes luego de eso, me dirigí hacia el elevador.

Cuando llegué al penúltimo piso estaba como lo supuse, en un silencio sepulcral, lo cual a decir verdad me agradaba, así que me senté en uno de los sillones que había en el lugar, por lo que puedo observar en este piso solo hay una oficina la cual supongo es de Marcos ésa debe ser la razón de que no haya nadie aquí.

Estaba distraída mirando un punto fijo, que no escuché cuando alguien había llegado hasta que se aclaró la garganta lo cual me hizo voltear para ver de quien se trataba.

-Creo que, estoy destinado a encontrarme contigo- dijo el mismo hombre con el que me encontré la otra vez en el ascensor, del cual no recuerdo su nombre.

Lo único que hice fue asentir, la verdad no tenia ganas de hablar con el.

-Ya veo que no solo fue al lunes pasado, eres poco sociable de por si- dijo acercándose a donde yo estaba sentada-  y por lo que adivino, ya eres la nueva economista de LB- lo miré fijamente.

- Así es- dije

- ¿Y ya sabes donde te van a ubicar?- negué- Al parecer se te ha olvidado Como hablar- me dijo, lo cual me hizo mirarlo enviándole dagas, el lo notó y se hecho a reír y no le veo mucha gracia a la situación-

-Buenos días- dijo el señor Marcos acercándose a nosotros- hola Eider.

-Buenos días Marcos- dijo quien estaba al lado mio, acercándose a el para darle un abrazo de esos que se saben dar los hombres.

-Señorita Jessie, disculpe haberla hecho esperar- me dijo acercándose a mi y tendiéndome su mano.

-No se preocupe- dije uniendo mi mano a la suya.

-Bueno pues, yo me marcho-dijo Eider, de quien ahora si me cuerdo el nombre gracias a que el señor Ferreira lo dijo.

-No, necesito que vengas a mi oficina- vi que, el otro frunció el ceño- ya te enterarás de que se trata.

-Esta bien vamos-dijo

-Tu también vienes- Esta vez quien frunció el ceño fui yo, pero lo seguí.

Luego de que estábamos dentro de la oficina y todos sentados, el primero que habló fue Marcos.

-Bueno pues los dos están aquí porque, tengo varios días pensando, en algo y pues ya he tomado una decisión- no sé por qué, pero presiento que lo que viene a continuación no será nada bueno- pués desde ahora, usted señorita Beltrán y tu Eider, trabajaran juntos- justo lo que sospechaba y lo cual no parece que funcióne del todo, pero ya que tengo la oportunidad de trabajar aquí, no la desaprovecharé.

-Disculpa, ¿pero por que has tomado esa decisión? osea no es que esté en contra o algo parecido pero es que no entiendo que pasó? - preguntó Eider frunciendo el ceño.

-Si disculpa que te lo haya... digo que se los haya dicho así de manera tan repentina- dijo ahora refiriéndose a los dos- pero es que, hay algunos que otros problemitas con el área donde estaba la antigua empleada, por lo tanto están habilitandola para que así jessie pueda establecerse del todo en el lugar- terminó diciendo a lo que Eider solo asintió.

-Esta bien, se que me gustará trabajar con la señorita jessie- dijo sonriendo y yo solo me removí en mi asiento un poco incomoda por la situación, además de que no se, que también irá mi relación con el.

-Bueno pues, ya sabes donde llevarla- dijo el señor Ferreira también sonriendo, mi compañero asintió levantándose de su lugar y tendiéndole la mano al que estaba frente a nosotros, luego se encaminó a la puerta.

-Es que piensas que trabajar, conmigo es tan malo que no quieres levantarte de tu asiento?- me preguntó Eider con una media sonrisa y arqueando una ceja.

Salí de mis pensamientos y me levanté de la silla.

-Hasta luego, Jessie- me dijo mi jefe

-Hasta luego- respondí y luego me encaminé a la puerta.

-Mi oficina está en el piso trece- lo dijo para informarme, yo solo asentí- vas hablar o asentir todo el tiempo?- me preguntó parándose frente al elevador.




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