En mi mente trascurrian hechos insaciantes de las dudas nacidas a través de esas cartas y la pista más cercana que tuve se obligó a sí misma a guardar silencio sobre los hechos, ya que al día siguiente actuaba como si no me conocierda, tratando de ignorar mi presencia por completo; las veces que traté de hablarle de nuevo solo huía o cruzaba en lo mínimo la palabra conmigo. Se vuelve interesante saber que estoy siendo la presa de lo desconocido ya que por lo que decía en la segunda carta era no más que fotos mías pegadas en una hoja, por lo que me vigilaba y quiere que lo tuviera en cuenta. En sí me asusta y no sé porque no he buscado a la policía para que me ayude con esto, pero también se escucha patético o al menos así lo pienso yo. Me encuentro en mi habitación observando a las pocas personas que pasan frente a mi casa, mientras el rocio de ligeras gotas de lluvia les acompañaba en su camino. Y pensar que ignoran totalmente lo que sucede en el mundo o en el de los otros y yo, solo observo como sucede todo. El incesante sonido del viento y mi respiración sonaban al unísono, y el latido de mi corazón marcaba la diferencia de compases para esta melancolía sonata que denotaba más la soledad en la que me encontraba. No había más, ni ningúna diferencia sino hasta que me percaté de la presencia de una persona frente a mi casa mirándome por la ventana y haciendo un gesto de saludo. Baje las escaleras para abrirle y era Jade quién se encontraba fuera; después de todo solo espero que no siga siendo la mensajera de quién sea la persona que esté detrás de esto. Abro la puerta y Jade me saluda con un hola, que apenas se podía escuchar. Me mira a los ojos y me pregunta que si puede entrar y yo le afirmo con un sí. Cuando entró pude notar en ella que había estado afuera por un buen tiempo, ya que temblaba y sus dientes golpeaban sobre los otros.
- Has de tener mucho frío. ¿Que hacías allá afuera? - Le pregunté con cierta incertidumbre.
- Salí a caminar, no quería estar en casa y de camino me llamó la atención ver a un chico mirando por la ventana y pensé en pasar a saludarle. - Y en su rostro se iba formando una sonrisa para entrar en confianza.
- Bueno, pues me parecío bien. Además que he pasado muy solo. ¿Quieres comer o tomar algo? Puedo prepar algo si deseas. - Mientras me dirigía a la puerta de la cocina y le extendía una mano para que me siguiera.
- Claro... Quizá así podamos hablar y explicarte ciertas cosas. -
Ella me siguió y en la mesa de la cocina le extendi una silla para que se sentara.
- Espero que te gusten las tostadas con huevos fritos y también el café. - Y mientras hablaba iba preparando la cocina y sacando todo para empezar a cocinar.
Ella se mantenía quieta mientras me miraba atentamente lo que hacía.
- Si quieres, puedes explicarme el porqué me hablaste y luego te alejaste así por varios días. No soy una persona que le guste guardar rencores pero si me gustaría tener una respuesta a eso. - Se escucha un suspiro de ella y yo voy encendiendo la cocina para empezar a freir los huevos.
- Es complicado más que además no puedo decirte mucho al respecto. Era un tema de lo cuál no quería involucrarme pero mírame ahora estoy aquí en tú casa sentada viéndote cocinar. - Emboza una sonrisa. - Sé que quieres saber todo pero te diré una parte. Una persona me pidió seguirte, tomarte fotos y darle esa información a ella. - Mi mente estaba a merced de sus palabras para descubrir más pistas y ahora, gracias a un descuido de ella sé que es mujer.
- Dijiste ella... Eso al menos servirá de algo - Jade se puso roja al ver su descuido y pude ver como sus ojos se cristalizaban. De verdad que ella no quiere estar en esto o su carácter es muy débil y toma esto muy a pecho.
- Continuaré... Por el momento me pidió que guardara silencio y no te hablara demasiado solo quiere que sepas que está ahí, detrás tuyo. - El sonido del sartén y los huevos friendo me distraen para así tomar la conversación por otro rumbo. Saco dos platos y las tostadas, y pongo todo en la mesa y le esclamo com una sonrisa. - ¡Está servido! - Por lo que ella sonríe de manera indiferente. Pongo la cafetera y me siento al frente de ella.
- No te compliques ni te sientas mal, solo has lo que ella te diga y listo. No hagas mayor cosa, este es mi problema y no quiero que te veas afectada por esto. - Ella asiente y sigue comiendo.
Me pregunto que más le habrá dicho, al menos sé que cada vez que ella se presenta me tiene información. Aún así, creo que desde ya debería de tener cuidado y debería de comprar ciertos útiles que me podrían ayudar en un futuro no muy lejos para cualquier circunstancia. Pasó el tiempo y ella sé quedo en mi casa hasta que se hizo de noche. El viento soplaba con fuerza y no parecía que quisiera irse de acá.
- Jade, ya es tarde. Sería mejor que volvieras a casa más que hace mucho más frío que ahora. No quiero que te enfermes. - Ella se levanta del sillón de la sala y camina hasta la puerta y abre, yo voy detrás. Una vez en la puerta se voltea y me da un abrazo, por lo que le correspondo pero me sorprende a su vez que se despida de esa manera tan cariñosa y se vaya. La observo hasta que su silueta desaparece de mi vista. Cierro la puerta con llave doble y me siento en el sillón, la verdad es bastante cómodo pero algo me incómoda en la espalda. Me levanto y hay un bolígrafo y debajo de él una nota; la levanto y en ella estaba escrito:
"Espero sigamos hablando, acá también te dejo mi número. Te quiero, Jade."