Era sábado y hoy me reuniría con el chico que es mi esposo.
Me puse una playera más grande que mi talla color morado y una sudadera negra algo ajustada y mis tenis desgastados morados.
La gente dice que soy algo extraña porque soy un tanto peculiar a las demás chicas.
Me miré por última vez al espejo y salí de mi habitación.
Cuando me disponía a desayunar me dieron náuseas y corrí al baño y vomité, todo mal conmigo.
Últimamente no me había sentido muy bien, debe ser porque mi ciclo menstrual se está aproximando.
Agarré mis llaves y mi celular y bajé al estacionamiento rumbo al encuentro con el chico de cabellera roja.
...
Llegué al restaurante designado y entré y pude visualizar que aquel chico ya me estaba esperando, me acerqué y me senté.
— Hola — dije sin más.
Este se sorprendió de mi llegada tan repentina.
— Hola, soy Aarón Daughtler — me mostró una gran sonrisa cuadrada.
— Sí, sí, vamos a saltarnos la parte de la presentación, a lo que vinimos — rodé los ojos y saqué el certificado matrimonial y lo puse en la mesa.
El contrario lo tomó y lo empezó a leer atentamente.
— Al parecer si es completamente legítimo este certificado, ¿en verdad tengo una esposa? — se acomodó en la silla completamente sorprendido sin poderlo creer.
— Si bueno, debemos divorciarnos — dije sin mucha importancia.
— ¿Qué?, Tan rápido quieres separarte de mí, este matrimonio fue demasiado corto, que cruel eres querida esposa — hizo puchero.
— Soy Heidy Langley, y no me llames querida esposa — rodé los ojos con fastidio.
— En realidad eres Heidy Daughtler — sonrió.
Dios mío ¿este chico no puede ser más irritante? — Esto es en serio, necesito divorciarme, estoy comprometida — mostré el anillo en mi dedo.
— Oh, ¿Y qué pasa si no quiero? — arqueó la ceja.
— ¿Qué quieres decir con eso? — fruncí el ceño confundida.
— ¿Y si quiero seguir casado? — sonrió.
— ¿Quieres qué te estrangulé con tus propias viseras?.
— Oh, violenta — me señaló con su dedo índice — Me gusta — se acomodó más en la silla completamente sonriente.
— Dios — ya mi paciencia se estaba agotando.
— Tranquila, solo estoy bromeando, relájate — dio una pausa — Esto es lo que vamos a hacer, iremos al tribunal y diremos que estábamos borrachos y ...
— No podemos hacer eso — lo interrumpí rápidamente — Primero, me caso el año que viene y tengo muchas cosas que preparar, no tengo tiempo — di una pequeña pausa y acomodé un mechón de cabello que caía por mi frente — Segundo, todos son abogados en la familia de mi prometido, no quiero que se enteren de esto.
— ¿Qué clase de relación es esa? — frunció el ceño confundido — Tantos secretos y aún no te casas.
Lo miré confundida.
— Mis padres me enseñaron que lo mejor es la sinceridad, sobre todo en la familia.
— Ya lo sé, cuando esté todo resuelto se lo contaré — suspiré cansada — Sólo no quiero decepcionarlo, él tiene que terminar su carrera no quiero distraerlo, ¿Si?.
Este asintió.
— ¿Entonces qué pasó exactamente esa noche? — me atreví a preguntar.
— ¿De verdad no te acuerdas de nada?.
Negué — No.
— Esto fue lo que pasó, saliste de fiesta con Aalan, Rafael y mi persona, tenías problemas con tus zapatos y yo te ayudé, después me dijiste que no querías volver con tus amigas — se encogió de hombros.
— ¿Y qué más? — dije intrigada.
— Rafael nos casó, él dijo que sería una boda falsa y Aalan nos hizo firmar el certificado.
— ¿Y?.
— ¡Bum! — dió una pausa — Puede besar a la novia, después de ahí nos fuimos como recién casados, seguimos bebiendo y de ahí ya no me acuerdo de nada.
— Dios — estaba procesando la información, si él no se acordaba yo menos — Bueno no importa, lo importante es solucionar esto — traté de sonreír — Busquemos un abogado.
— Entonces para que quede todo claro, tú quieres separarte — sonrió — Tú pagas todo — se inclinó hacia mí — Yo no creo en el divorcio.
— Anulación — dije rápidamente.
— Como sea — se encogió de hombros — Para mí está bien estar casado contigo, estamos casados, eres mi linda esposa, me amas y yo te amo.
— No soy tu esposa, por favor coopera.
Este suspiró — Está bien.
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Editado: 02.10.2023