—Así que, ¿es cierto el compromiso?
Es la décima vez que escucho esa pregunta, estoy a punto de tirar a alguien del doceavo piso de Publicity Harrison, pero no lo hago solo porque no deseo criar a Mely desde la cárcel.
Me bajo de la escalera sobre la que estoy, estamos recreando el diseño para el estante en París y así trabajar la iluminación y los toques finales de este; cuando escucho la pregunta.
—Eso no forma parte de tu trabajo, Lisa. — sé que me escuché grosera pero estoy harta de que se entrometan en mi vida.
Lisa, es mi asistente personal, normalmente nos llevamos bien, pero hoy se ha propuesto averiguar si es cierto o no lo de mi compromiso con Taehyung; si fuera una situación normal le respondería, pero la verdad es que la situación es de índole delicado, nunca pensé estar en un problema tan grande, todo depende de la explicación que le brinde a mi jefe y su decisión sobre ayudarnos o no.
Lisa no vuelve a sacar el tema, en cambio comentamos el diseño.
—Lo mejor sería instalar iluminación directa de color blanco en la parte de abajo para que alumbre el producto creando nuestro punto focal, en la parte superior deberíamos colocar algunas decoraciones con nilón relucido con colores tierra para crear un ambiente llamativo y romántico muy al estilo de París, ¿qué me dices? — me doy la vuelta encontrándome con Lisa totalmente inmutable.
— ¿Qué pasa? — le pregunto
— ¡Lia, esto es increíble, de seguro este año vuelves a ganar! — todos en la empresa cuentan con que lo logre, ya que el año pasado lo hice, eso fue lo que me ayudó a conseguir mi ascenso.
— ¿Tú crees?
—Claro, eres la mejor en tu trabajo. — me dice, oír este tipos de halagos ayuda a mi propia visión sobre mi persona, yo crecí siendo prácticamente renegada por mi madre, la señora Amelia Evans.
El orgullo de mi madre siempre ha sido mi hermana Samantha, ella es todo lo que yo no soy, es inteligente, posee aptitudes deportistas y todos la aman; pero por alguna razón nuestra relación nunca fue unida, tal vez fue por la diferencia de edad, yo siempre fui más unida a mi padre a pesar de que tampoco me apoyó para ver mis metas realizarse.
Hace poco más de un año, mi hermano, Jason, se comunicó conmigo, quería saber cómo me encontraba; al parecer mi madre les prohibió a mis hermanos contestar mis llamadas, alegando que solo sería para pedirles algún favor o dinero.
La imagen tan baja que posee mi madre sobre mí me entristece enormemente, por Dios, ¡es mi madre! debería quererme y confiar en mí incondicionalmente, pero el hecho de que no lo haga y que mis hermanos hallan creído en sus palabras me duele más que un puñal a través de mi estómago.
Cuando hablé con Jason, le expliqué que estaba bien y que tengo un buen trabajo, no le dije donde vivo ni el tipo de trabajo que realizo, el entendió que estoy trabajando en algún restaurante de mala fama y no lo saqué de su error porque la verdad no quiero que mi familia se entere que lo logré y hoy en día, a mi corta edad, soy una de las mejores diseñadoras a nivel internacional.
Realmente tu vida puede cambiar en menos de lo que te propones.
—Dime, ¿qué más tienes pensado? — me pregunta Lisa.
—De momento instalar un panel circular donde irá el producto, necesito que tomes las medidas y las entregues en producción, que sea de vidrio de un cuarto, de preferencia temperado, así en caso de romperse no se tendrá que mandar a hacer uno nuevo.
—Ahora me encargo, ¿algo más que necesites, Lia? — me pregunta Lisa de manera profesional.
—No, solamente eso Lisa, muchas gracias, ya te puedes retirar — le digo mientras me encamino hacia mi escritorio, mi oficina no es muy grande pero aquí tengo una réplica a escala de los estantes para hacer los diseños y comprobar la iluminación.
—Lia — me llama Lisa una vez sentada en mi escritorio — sabes que puedes confiar en mí para lo que sea, además de tu asistente soy tu amiga; solo eso quería decirte, con permiso.
Una vez sale de mi despacho me quedo analizando sus palabras, sé que puedo confiar en ella, pero la situación es poco normal y tengo miedo de cualquier cosa que pueda pasar.
Ya a las cinco de la tarde, estoy arreglando mi oficina para retirarme pero no encuentro los documentos del concurso Desing's, de repente veo que la carpeta con los documentos se me ha caído adelante de mi escritorio y ahora están desparramados por el suelo.
Me apresuro a recogerlos pero el vestido no colabora mucho y de repente estoy inclinada alcanzando la última hoja que se escondió debajo del escritorio con todo mi trasero al aire cuando escucho una voz.
—Señorita Evans, que agradable recibimiento. — del susto al reconocer la voz del señor Kim me levanto de un salto, el problema es que olvido que estoy debajo del escritorio y me llevo el golpe de mi vida.
No sé si morir del dolor o de la vergüenza, Taehyung se apresura a levantarme, me toma de la cintura y me sienta en el escritorio para poder examinar el golpe que me di.
—Sí que eres tonta, ¿cómo se te ocurre levantarte así? — me dice con su voz teñida de frustración mientras trata de examinar el golpe.
—Si hubiera tocado la puerta como la gente normal, señor Kim, no me habría asustado al oír su voz. — le digo mientras me sobo el golpe, ¡demonios, enserio duele!, me siento mareada y tener a mi jefe tan cerca no me ayuda, ¡por Dios! ¿Por qué este hombre me altera tanto?
—Déjame revisarte bien— me dice mientras comienza a inspeccionar el golpe — ¿te duele acá? — en ese momento aprieta la zona hinchada y yo pego un grito de profundo dolor, ¡joder! es un dolor horrible, peor que una endodoncia.
— ¡Ay! eso duele, no lo toque por favor. — le digo mientras trato de alejarlo de mí.
—Si no fueras tan despistada no te pasarían estas cosas, ven, iremos donde un doctor para que te revise — dice sin soltarme manteniendo su mano en mi mejilla y mirándome directo a los ojos con una intensidad que me hace sentir cohibida con su presencia.