🌹~Eva~🌹
Observe adormilada mi reflejo que se encontraba en el suelo por la mañana fresca de un verano apenas llegado, limpie las lagañas de mis ojos mientras bostezaba con una mano tapando mi boca, el día de hoy sentía curiosidad por saber quien realmente era quitando el hecho que he vivido durante años siendo Ana, me refiero a mis verdaderos gustos y no a los que he tenido que fingir.
Me dirigí al baño para lavar mi rostro con agua para después cepillar mi cabello y colocarme los colores de Ana, pongo un poco de labial sin color para evitar que se resequen mis labios en las clases matutinas, ya lista me dispongo a dirigirme a la cocina, ya en está tomó asiento esperando a que Teodora haga el desayuno para mi, en está casa soy la chica que se despierta a las cuatro am mientas que Lucía se levanta a las ocho al igual que Renata sin embargo Ernesto todos los días desayuna conmigo a las cinco con treinta minutos, esto es más una costumbre que un gusto.
Como lo dije antes a las puras cinco con treinta minutos la esencia de Ernesto llega a mis narices en cuestión de segundos, con un traje de color azul y su reloj de bolsillo su presencia es un tanto retante, - ¿Ayer te parecio como que fue un día bueno? -. Le pregunté mientras Teodora colocaba dos platos con huevos estrellados y pan tostado, -¿Por qué la pregunta?, espero y ya hayas tomado tus medicamentos-.
Sonreí desganada pero aún así continúe hablando, - Ayer cuando hable con el psicólogo me recomendó el no apartarme cuando vea las botas o las llaves -. Ernesto levanto la vista de su periódico mientras le daba un sorbo a su café negro, - Me parece buena idea -. Le di un sorbo mínimo a mi taza de té caliente para poder tomar el valor y hablar, - ¿Cómo murió Ana? -. La mirada de Ernesto se volvió fría y penetrante, el silencio reyno entre nosotros dos mientras se notaba como apretaba su mandíbula, - La devoraron unos lobos -. Abrí mis ojos a la par, no tenía la intención de lastimar con mi pregunta, y menos a Ernesto que ha sido un padre para mi, iba a seguir con nuestra charla pero ya debía de retirarme, me puse de pie para besar su mejilla, al rozar mis labios con su pómulo sentí las lágrimas que habían recorrido su rostro, mi pecho se apetro un poco pero ya había hecho la pregunta y no había vuelta atrás.
(...)
Camino en las afueras de la preparatoria con unas ganas que hasta a kilómetros son notorias, se que no doy una impresión de una persona dulce ya que siempre luzco molesta aunque no lo estoy en realidad, pero sinceramente no me importa ya lo que digan los de mi alrededor, aprieto con fuerza mi carpeta mientras que mis pasos leves van dejando marcas en el lodo del lugar, tan pronto como entró a los pasillos las miradas aterrizan en mi, unas cuantas personas me saludan por lo que sonrio y las abrazo con cariño, la sonrisa que porto en este momento es muy sincera ya que mis conocidos la provocaron, en el fondo del pasillo puedo contemplar la melena rubia de Luka, se que sabe que estoy aquí, pero de igual manera se hace el que no nota nada, con desprecio y asco miro al ruso mientras mi pecho se acelera y el corazón me bombardea con adrenalina que me recorre por completo.
Karen y Jade me llegan por un lado tomándome de ambos brazos, -¿Ya viste su día?-. Sonreí sarcasticamente mientras buscaba la mirada de Luka, - Ya se que estaba con Lisa en España-. La mirada de Luka se postro en mi pero con una sonrisa irónica pase a su lado ignorando la pregunta notoria en su rostro.
- Esa es Ana Ferrol -. Grito la pelirroja de ojos oscuros, - Vamos Jade, no voy a deprimirme por alguien que no me quiere para algo estable, fue algo pasajero y sinceramente estoy bien con ello -. Tome un sorbo de mi capuchino sintiéndome como una diosa ante mis palabras.
- No es como que estuviera tan bueno como para morirse -. Dijo Karen estirando sus manos al cielo mientras rodeaba los ojos.
- Pues yo estaría triste si alguien hubiera jugado así conmigo -. Soltó Jade mientras trenzaba sus cabellos rojos, - Me amo tanto que nada ni nadie me ará sentirme menos de lo que soy, y realmente nadie jugo conmigo, los dos somos personas grandes y esto se que no fue personal-. Coloqué una de mis arracadas intentando ponerles de forma correcta mientras sentía como la esencia ya era pesada.
(...)
Sentada en las bancas del patio de la preparatoria observaba las flores blancas y rojas que adornaban el jardín, recuerdos me inundaron pero conforme llegaban los esquivaba con rapidez tenía que aferrarme a ser Ana Ferrol.
El olor de las plantas me recordaron cuando corría entre flores en mi niñez, recuerdo haber sentido mucha hambre y sed por lo que corría sin tener algún fin, lloraba con lágrimas gruesas y mi pecho ardía, no comprendía el por que mi madre y padre me habían criado de tal manera.
- Ana -. Tomó de mi hombro aquel ruso de ojos marrones, - Luka, ¿Qué es lo que te trajo hacía acá?-.
Sonreí de medio lado mientras un mechón negro me estorbaba la vista, coloque aquel mechón detrás de mi oreja, -Queria hablar sobre Lisa contigo-.
-Vamos Luka los dos sabíamos que esto no funcionaría, en parte me alegra que te quedes en la familia Ferrol-. Mire sus ojos tranquilamente aunque sabía que con mi comentario el sentía una incomodidad mayor, fácilmente lo comprobé con su mirada esquivando la mia, sus mejillas rojas y lo nervioso que se veía.
-Gracias-. Se levantó de la banca y me dio un abrazó cálido, sinceramente no me importaba lo que pasará con el ruso, yo no me podía interponer con lo que sentía o con las decisiónes que quería tomar en su vida.
(...)
Con la voz ronca alguien murmuró en la habitación, me levanté atónita de la silla de mi escritorio, lo primero que hice fue revisar la habitación con lujo detalle pero nadie se encontraba en está, - Vamos sal-. Hablé sin miedo.
un golpe me hizo caer aturdida en el suelo, con la punta de mis dedos toque mi cabeza la cual sangraba, no tarde mucho en perder la razón y caer al suelo, lo último que pude observar fueran unas llaves de color dorado en el suelo al igual que unas botas negras de casquillo.
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Editado: 22.11.2019