4. Su máscara de cerdo

🌹~Eva~🌹

Aturdida sentía como mi cabeza daba vueltas sin parar, tenia náuseas y un poco de dolor de garganta, ya no sentia la herida en mi cabeza o mis pies descalzos, -Hasta que despiertas nena-. La voz resono en el sotano con poca luz.

-¿Que quieres?-. Dije molesta, esta maldita broma no la aceptaba, ¿Por que jugar de esta manera tan idiota?¿Tenía cinco años o que?, que estúpido es Luka sinceramente si creé que seria capas de engañarme con tan absurda broma.
-¿Tan rapido se enojó la nena?-. Pregunto el hombre antes de mostrar la mascara de cerdo en la poca luz de la habitación secreta,
-Ya basta, dile al estupido de Luka que no juegue con estas cosas-. Solté con furia mientras intentaba ponerme de pie, - No me mando Luka, yo no le sirvo a nadie -.

Sus palabras me estaban haciendo dudar si realmente esto era un juego de venganza.

- Sólo desatando curiosidad no vas a ganar nada-. Sonreí maliciosa mientras el hombre hablo con la voz aun más ronca, - Eva Selene Montes, ¿A quien crees que vas a engañar con esta farsa de ser Ana? -. Al escuchar lenta y precisamente mi nombre real mi piel se erizo y comencé a hiperventilar vergonzosamente.

-¿Cómo demonios sabes eso?, sueltame maldito idiota -. Mi pulso aumento y las inquietudes quemaron mi cerebro.
- Gracias a esto se todo de ti pequeña rubia, aunque no lo negaré te sienta bien el ser Ana Ferrol-. Abrí mis ojos lo más que pude mientas las lágrimas se asomaban en mis ojos aterrorizados, en sus manos había un enorme libro de color blanco con bordados dorados.

El sujeto se agachó para desatar mis piernas de la silla, por ultimo rompió el plástico con el que ató mis manos.

- Si tu te levantas de la silla e intentas huir morirás de una vez, sin embargo si te quedas sentada y me escuchas podrás saber la historia del libro-. Lo pensé por unos segundos hasta que decidí quedarme en la silla, ya que mis padres no sabían de esta habitación oculta en el sotano y las probabilidades de salir eran muy pocas.

-¿De que es el libro?-. Solte con un respiró hondo.
El abrió el libro y comenzó a leer sin contestar mi pregunta, - En un lugar de la tierra no muy lejano existían dos pequeñas niñas que a pesar de tener vidas muy distintas su parecido era magnífico aunque una era rubia mientras que la otra era pelinegra de ojos grises, la rubia era muy pobre por lo que tenia que trabajar desde temprano para poder comprar pan y agua mientras que la pelinegra poseía todo lo que deseará, la rubia todos los dias con frío o con mucho calor caminaba observando la gran casa de la pelinegra deseando tener aunque sea la comida de cada dia mientras que la pelinegra odiaba con toda el alma a todos, por ello sus padres la apartaron de toda persona menos del tio Ramón-. El dejo de leer al notar mis lagrimas de dolor, ¿Cómo sabía esas cosas sobre mi vida?.

- Cada noche te daré una foto y leeré más sobre el libro-. Entre las
sombras el sujeto desapareció dejandome sola en la habitación, las preguntas me invadían y sentía tantas ganas de correr y gritar todo lo que pensaba aunque seria una idiotez.

(...)

- Ya habla, estas muy callada Ana-. Hablo Karen mientras que Jade apreto mi mano en el automóvil, 
- No es nada, vamos nos esperan-. Solté antes de bajar del auto, las luces de la casa estaban encendidas por lo que sabia que Antonio y sus amigos estaban ahí, tocamos la puerta con fuerza, rápidamente la abrieron mientras nos observaron de pies a cabeza.

- Pensamos que no vendrían-. Sonrió Raul mientras estiraba su mano, pude notar que solo se encontraban los gemelos y Raul, 
- Ana fue la que nos hizo tardarnos-. Mire de reojo a karen, - Sólo no quería venir-. Dije indiferente a su comentario.

Ya adentro me senté en el suelo helado, podia sentir la mirada de Raúl quien me observaba desde la cocina, -¿Y si te enseño mi habitación?-. Antonio tomo de la mano de karen y su hermano de la misma manera tomo la de Jade y así me dejaron a solas con Raúl.

-¿Y que paso con Luka?-. Pregunto nervioso mientras acariciaba su cabello rojizo, -Nada, ¿Que tendría que pasar con nosotros o que?-. Con molestia y sarcasmo le contesté.

En ese preciso momento se escucharon pasos afuera de la casa por lo que Raul y yo nos miramos mutuamente antes de correr al cuarto de invitados, algunas veces habíamos ido a el a jugar verdad o reto asi que esta casa la conocíamos como anillo al dedo, entramos agitados por lo que nos tumbamos en la cama sin pensarlo, ya recostados miramos el techo tratando de calmar nuestras respiraciones, -Yo siempre supe que Luka no era bueno para ti-. Ladie mi cabeza para verlo a los ojos, -Lo dices por que me amas tonto-. Sonreí sarcasticamente mientras el buscaba mi mano hasta que la junto a la suya con un apretón.

-Sabes que siempre te amaré-. Me jalo hasta que quedé en sus brazos para después besar mi cabeza sin malicia.

-Quizas me gustes desde que eramos unos niños pero jamás sería capas de hacerte algo que tu no quieras-.

Levante mi cabeza para enfrentarlo, - Lo se-. Apreté su mano aún mas fuerte mientras que con la otra lo estaba rodeando con todo mi amor, quizas no me gustaba pero sabia que el siempre estaría para mi como yo para el.

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Cada detalle importa...