Más allá de la muerte

Capitulo 7

Después de desayunar Lucas y yo salimos a dar una vuelta cruzamos la calle y nos adrentamos al bosque donde exactamente me dijo mi tia clara que no entrara, pero claramente estaba dispuesto a romper las reglas, Caminamos unos minutos hasta llegar a un claro que tenia un lago muy bello había hojas secas en todo el camino, Lucas y yo nos sentamos en un tronco caído y miramos atentamente el hermoso paisaje.

—¿Y qué te parece Fioren? —preguntó Lucas mientras lanzaba piedras al lago.

—Tiene sus encantos —respondí, imitando su gesto dejando caer una piedra plana en el agua.

—Bueno, eres el único que le ve el lado bueno a este lugar —dijo, sin dejar de mirar al agua.

Lo observé por un momento, luego pregunté:

—¿A qué te refieres con eso?

—No sé... este lugar me da mala vibra. Todo el mundo —incluyéndome— habla mal de aquí. Dicen que está muerto, que da mala espina.

Me quedé en silencio, esperando que continuara.

—Una vez, cuando tenía como nueve años, me perdí en este bosque. Empezó a oscurecer, y me entró el pánico. Caminé sin rumbo hasta que llegué a un claro…y ahí estaba él.

—¿Quién? —pregunté, sin poder evitar tensarme.

—Elias . Alto, joven. Su piel era tan pálida, no le pude ver bien el rostro, solo una sombra que me miraba desde el otro lado del claro, No hablaba como alguien de aquí.

Me preguntó si estaba solo, y cuando le dije que sí, sonrió y señaló un camino entre los árboles. Me dijo: “Sigue por ahí, pero no te detengas si escuchas que alguien te llama.

—¿Y lo hiciste?

—Sí. Corrí todo el camino sin mirar atrás. Y escuché mi nombre, Sam, lo juro. Como si alguien lo gritara desde dentro del bosque. Pero no me detuve.

Lucas dejó caer una piedra al agua, luego se quedó callado por un momento, como si estuviera reviviendo aquella sensación extraña.

—Cuando conté lo que pasó, nadie me creyó. Dijeron que era una...

—Historia —lo interrumpí. Mi voz salió casi en un susurro.

Lucas me miró, sorprendido, pero asintió lentamente.

—Sí, Lo mismo me pasó a mí. ¿recuerdas la feria? Yo lo vi. Estaba parado casi cerca de mí y me dio una rosa blanca.

¿Y qué hiciste?

—Lo primero que hice fue ir directo a contarle a mi tía, pero no me creyó. Me dijo que estaba imaginando cosas, que todo era producto del cansancio o la emoción de la feria.




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