Más allá de las estrellas

CAPÍTULO 7

Avril Fray.

Son las cuatro de la tarde y estoy tirada en la cama. Tengo el brazo estirado encima de la almohada y el cabello desparramado sobre las sábanas color beige. Con la mirada perdida en un punto lejano que se encuentra fuera de la habitación, miro a través de la ventana la imagen de un perrito rebuscando en la basura por algo de comida, y una niña acercarse con un pequeño plato azul en las manos temblorosas.

Estoy cómoda y cansada, pero llevo aproximadamente treinta minutos intentando dormirme. Algo que ahora no soy capaz de recordar me había llamado la atención y me había quedado mirándole despistada.

Necesito dormir después de haber tenido una noche horrible. Una de las cosas que puedo recordar, es que estaba ardiendo. Había dolor también, y mi padre había aumentado la dosis de calmantes para que me sintiera mejor. Probablemente Leyla querrá matarle cuando lo sepa, pero no hará nada porque, ¿quién puede culparle realmente? Él solo quería que durmiera, y yo no paraba de pensar en mi madre.

Murmuraba su nombre en sueños, o tal vez estaba despierta. No tengo ni la menor idea. Canturreaba por lo bajo esa canción que es suya, y mía, y recriminaba mentalmente al mundo por habérmela quitado.

Anoche, no quería dormir, no quería sentirme mejor, ni siquiera quería que se detuviera el dolor. Anoche buscaba la calidez de un abrazo que no tengo, el recuerdo de unos primeros pasos, y su voz mencionando mi nombre.

Buscaba recuerdos felices en los que refugiarme, como ese primer día de escuela, en el que yo debía llorar por no conocer a nadie, y ella impulsarme a hacer nuevos amigos; como ese castigo que para una niña que solo ansiaba jugar, significaba el fin del mundo, y que ahora es una memoria que busco sin tener éxito. Buscaba ese cuento cada noche antes de dormir, esas confidencias de las cuales papá no debía enterarse, y esas lágrimas que ella limpió.

Busqué tantos recuerdos que no encontré, que al final lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y refugiarme en lo que ya sabía; que mamá no estaba, y que no estaría nunca.

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¡Hola, hola!

¡Nuevo capítulo, sí! Corto, lo sé, pero necesario jskjaksk

El siguiente capítulo lo publicaré el miércoles, mientras tanto seguiré escribiendo y buscando lectores porque esto está más vacío que piscina en pleno diciembre -_-
 




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