—¡Ja, ja, ja, ja, ja! —intersecta Kimberly, luego tose—, qué débiles sois, no podéis conmigo ni gateando...
En eso, viene Emil Cerda, y le reclama:
—Si tú eres "dominicana", ¿por qué hablas como una española?
—Es que así suena más jocoso.
—¡Qué jocoso ni nada! Tendremos que repetir el escrito. ¡Tres, dos, uno! ¡¡Acción!!
***
—¡Ja, ja, ja, ja, ja! —intersecta Kimberly, luego tose—, qué debiluchos son ustedes, no pueden conmigo ni arrastrándose por el suelo...
Se asoma Gabriel, y dice:
—Lo lamento, pero mi DIOS me mandó a reprenderlos a todos.
—¿Sí?, ¿y qué más te dijo tu Diosito?
Gabriel no responde.
—Oye, estoy hablando contigo, William Levi versión en olla —continúa Kimberly.
—Ah, se me olvidó decirles: Él también me dijo que ni uno solo podrá sobrevivir a mi poder —contesta Gabriel, seguro de sí mismo.
Gabriel saca sus pistolas, color plateado, de sus bolsillos, y mira en cámara tarda a Kimberly y a sus espectros. Lo hace sonreír.
Hace dos semanas
—Debes de mantener tus brazos de esta forma, Emil, y luego contraatacas de esta forma —le explica Yunel a Emil, mientras entrenan en el Bosque Hípico.
Emil había entrenado por más de cinco semanas junto a su maestro Yunel. Estaba esmerado por tales acciones, un héroe sin superpoderes en verdad muestra de qué es capaz. Sería gracioso decir que el poder de Batman es el dinero, y que el de Ant-man, es la torpeza; pero bueno, todos sabemos que el martillo de Thor pesa.
—¡Ah!
"¿Qué rayos? Emil consigue muy fácilmente subir su poder de fe, tal vez es porque ayuna mucho, ora demasiado y siempre mantiene su cuerpo en constante vigilia en contra de los principados. Por eso entrenaremos cada día, sin usar nuestros poderes, para así demostrarnos cuánto podemos hacer", especuló Yunel.
—A ver, sin tu Transfor, vé y golpea aquel árbol.
"Lo que más me llama la atención de Emil es que de su boca es muy difícil de salir las palabras: «no podré hacerlo» o «me es complicado». ¡Oh, qué es eso! ¿Acaso está concentrando su poder de fe en su puño?" Pensó Yunel, por dos.
La jeta de Emil antes de golpear el árbol, dejó a Yunel fuera de dudas acerca de su elección como un semi-árcangel. Emil se prepara, y golpea sin ningún poder espiritual aquel tronco, cosa que es imposible ya que éste no tiene un buen abdomen preparado, con cuadritos ni nada parecido.
—¡Ay, ay, ay, ay! Me duele mucho, y yo haciendo pose como la de una gimnasta profesional, por eso uno no puede tirarse el pedo más grande de la cuenta —expresa Emil, después del putazo con el tronco.
En eso, resucitó al tercer día... digo, no, ya basta de hacerle bullying al niño del Minecraft. Entretanto, regresa Yunel e inicia a dispararle con su cañón (ni modo [inserto emoji de "en serio"]) en la efigie de Emil, sin mando alguno, y no de PlayStation.
"¡Ya basta, narrador! Me estás cagando la historia, deja tus mamadas que ni irrisorio provocan, así que, pónteme serio".
Ya, perdón, Emil; es que pensaba...
"¡Nada de pensar! ¡¿En serio no sabías que le estás haciendo perder el tiempo al lector?! Yo soy un escritor con altas expectativas, no la cagues, por favor".
Hasta rimó.
"Ya, te lo pido, si continuas con esa estúpida narración de tercera persona con Parkinson... ¡¡Padre!! ¿Por qué todo lo que lengüeteo siempre es equivalente?"
¿Ves, Emil? ¿Por qué crees que nadie compra tus obras? ¿No era mejor decir: "¿Por qué todo lo que digo siempre rima?"? ¡Wao! Ni en mi puta vida había visto algo parecido, ¿viste esa aplicación de signos de interrogación dentro de otro de interrogación, papu? A mí hay que darme el Nobel. Espero y la RAE no inicie a pronunciar bazofias.
Donde estábamos
—Descanso Parcial —expresa Gabriel, mientras le disparaba a todos unísonamente—. Este mapa conceptual que ven aquí, mostrando los siete días, explica brevemente cómo acabará...