Que agotador, tener que levantarme un martes por la madrugada, siento como el salir del sol se refleja entre la ventana para alumbrar mi cara, ya era hora de levantarse y estudiar, que flojera. Giro mi cabeza, me doy cuenta que eran las seis de la mañana, no tenia mucho tiempo para prepararme como hacia todos los días, así que me levante a los apurones. Me dirijo hacia el baño de mi departamento, no estaba muy decorado que digamos, pero de todos modos era alquilado, no podía afrontar el pagar una vivienda propia, no en estas condiciones. Me lave la cara con agua fría, me cepille los dientes, me arregle el cabello, lo habitual, de todos modos mi cabello era corto, una ventaja para mi, ya que no debía de arreglarlo mucho. Pasaron al menos siete minutos desde que estuve en el baño, no tenia tiempo para desayunar, entre lo que debo de caminar y tomar el mejor asiento en el salón de clases, iba a llegar tarde, y no quería que fuese como la ultima vez, todas esas personas viéndome, rayos, me puso bastante nerviosa. Decidí simplemente calentar un pan, servirme un vaso de jugo, tomar mi mochila, y salir.
Por fin, fuera del apartamento, vaya, ese lugar es algo encerrado, es muy pequeño, pero era la mejor opción, ya que me quedaba mas cerca de la universidad, y lo estoy pagando gracias a mi madre, y el dinero del bono de la universidad. El ascensor no funcionaba, no podía ser mejor, el típico cartel amarillo que dice "Fuera de servicio", era lo único que me faltaba, bajar las escaleras nueve pisos, lo que toda persona querría en su vida. Luego de bajar, POR FIN, me colgué la mochila en la espalda, sobre uno de mis hombros, y salí hacia afuera, estaba algo nublado, no creo que vaya a llover, aunque probablemente la televisión me esté mintiendo, es por eso que prefiero el computador antes que la televisión.
El centro de mi ciudad, que agradable, la gente caminando, con trajes elegantes, vestidos de oficina, maletines, papelería, todo lo que un hombre o mujer necesite para hacer su vida exitosa, que suerte que aun no llegué a ese punto donde debo desperdiciar mi vida posiblemente en una oficina toda apretada, como si el departamento no fuese suficiente.
Por si olvide mencionarlo, mi nombre es Tanna, tengo 19 años, y estudio en la universidad de Georgia, en Estados Unidos. Estoy alquilando un departamento mono-ambiente, básicamente, un departamento de un solo ambiente, muy pequeño y algo feo, pero no me puedo quejar mucho, mi madre me lo está pagando, junto al pago que la universidad me da para vivir, ya que aún no puedo trabajar, debo estudiar. Como toda persona normal, mi rutina es simple, despertar, arreglarme, desayunar, salir, ir a la universidad, esperar a que me den papeles absurdos que debo completar, salir de la universidad, volver a mi departamento, estudiar lo aprendido, completar los papeles, almorzar, estar en la computadora y cenar, mi típica rutina diaria. Me encantaría que algo nuevo pasara, el hacer siempre lo mismo durante 4 meses se vuelve completamente monotono, lo único que cambia son las estaciones, y estábamos en invierno, quien sabe cuando vendrá la nieve, pero no es tan interesante, solo quiero que algo pase. Y parece ser que algo cautivo mis oídos.
Al caminar como todos los días en el centro de la ciudad de Georgia, para tomar el autobus que me llevaría a la universidad, se escucho un grito, sonó de pánico, tanto yo como muchas personas voltearon a donde ese ruido se escucho, y cuando menos me di cuenta, ya había un circulo de personas alrededor del grito emitido. Debo suponer que algo paso, algo de lo cual no me había dado cuenta al igual que muchos, pero parece que es algo serio, quizá alguien no soportó el dolor de su vida y se aventó del edificio, quizá alguien fue asesinado, o posiblemente intentaron robarle a algun civil del lugar, inclusive peor. Era algo pequeña, no media mucho, unos 1,71, por lo que el ver entre esa multitud de personas me era muy complicado, así que traté de abrirme paso entre la multitud, tratando de empujar con suavidad, no quería ser brusca, solo quería ver que estaba pasando desde mas cerca.
¡Por fin pude acercarme! Tenia algo de miedo por lo que sea que haya pasado, algo catastrófico, pero no era del todo cierto, y cuando lo vi con mis propios ojos me quede sumamente intrigada y espantada. Había un chico entre medio de la multitud, sus ojos parecían canicas de vidrio por lo espantado que estaba, sosteniendo su mochila con fuerza del pánico que tenia, con unos ligeros pasos hacia atrás, el chico se quedo en un estado de shock sin entender lo que estaba frente a sus ojos, entonces moví mi mirada hacia lo que este muchacho estaba viendo, y tampoco lo quería creer, mi respiración se detuvo por un segundo y tape mi boca. Una chica con el pelo colorido, era de color azul, tenia mechones rojos, llevaba una especie de ropa que usan los pacientes en los hospitales, era largo y le cubría todo el cuerpo, pero el problema principal del por que todos estaban tan exaltados era el simple hecho de que había una inquietud en su cuerpo. ¡No tenia brazos, pero tenía manos!
Y Yo me pensé por un pequeño instante si se trataba de una broma, pero ella movía sus manos cerca de su rostro en pánico, ¡Era real! ¡No podía entender lo que estaba viendo! Literalmente sus brazos estaban flotando a su alrededor, como si estuviesen conectados por brazos invisibles o algo así, era un poco espantoso, ya que es completamente irreal. Había una especie de túnica negra, quizá estaba usando eso para cubrir su desperfecto, tropezó con el muchacho y se le safo. La gente solo se quedo mirando con miedo, algunos tenían sus celulares encendidos, con la cámara, el flash se podía reflejar, sacando fotos y tomando capturas de video, pero esto solo alteraba más a la pobre chica. Se notaba que tenia miedo, su cabeza se meneaba de lado a lado para ver a toda la muchedumbre hambrienta para publicar esto en sus redes sociales, con sus amigos, familiares, e incluso con sus animales más queridos, pero esto no le agradaba para nada según vería, pude notar que derrepente sonó un pequeño sollozo, cubrió su boca con ambas manos y luego las posiciono alrededor de su pecho, aterrada. Dio dos pasos hacia atrás, dio la media vuelta, y se dispuso a correr, la gente en su camino se movió rápidamente hacia un costado, le tenían temor, no entendían tanto como yo el por que de este suceso, era cautivador, pero traumático, quizá, incluso más para esa pobre chica.