- Chico disculpa.- Él se volteo.- ¿Sabes dónde queda la oficina de dirección?.- Él me miraba incrédulo mientras yo trataba de aguantar las risas por su expresión.
-¿Me estás jodiendo verdad?.- Contestó con una sonrisa que partiría a cualquier chica por estos lares.
- Sabes que no renacuajo.- Había cambiado mucho. Había crecido más ¿de dónde sacó más altura? Se había desarrollando mucho. Estaba hecho todo un hombre físicamente. Hasta su voz se había desarrollado un poco más. Era realmente extraño. No me había topado con él desde que había llegado. Ni siquiera en la entrada de la puerta de su casa.
- Pense que más nunca iba a escuchar ese apodo.- Se acercó matando la distancia para darme una abrazo el cual en milisegundos ya estaba con los pies en el aire girando junto con él mientras todas la miradas se posaban en nosotros.
- ¡Suéltame idiota!.- espeté aún en sus brazos.
-Ya ya, tranquilízate. Hay guardias de seguridad, podrían mal pensar.- Solté un carcajada. Que pendejo.- Veo que ya tienes uniforme nuevo amiguita y se te ve realmente bien.
- Veo que ahora se te dan realmente bien los halagos amiguito.- Imité con énfasis las palabras mientras me ganaba una sonrisa de él.
-Para que veas eh. La preparatoria te enseña algo más que las historias de las muerte de un sin fin de hombres y mujeres.- Asentí de acuerdo.
-En eso tienes razón... ¿Ya entregaste tus papeles?
- Yes, vengo de allá.- Lo miré un momento.-¿qué?
-Bueno me acerqué a ti principalmente porque quería saber dónde quedaba la dirección del instituto.- Admití obviando lo obvio.
-Ah, y yo pensando que sólo era una excusa para hablar conmigo.- Reí estruendosamente exagerada ganándome una mirada severa de su parte.
- ¿Si sabes que...?
-El mundo no gira alrededor de mi...- Lo miré sonriendo.- Si lo sé amiguita. Luego te explico. Tenemos mucho de qué hablar.- Dijo con expresión seria y curiosa.
-Okay.- Conteste más curiosa que su mirada.- Entonces acompañame a la dirección.- Tras ganarnos unas miradas de algunas chicas y unos que otros chicos, llegamos a la oficina, que estaba, algo llena de gente es poco, estaba ful hasta las paticas. Tuve que llenar un formulario para la inscripción y entregarlo junto con los otros papeles que cargaba. Por lo menos no nos hicieron esperar. Sólo tuvimos que llenar y entregar.
- Vamos, hay una cafetería en la esquina.- Sugirió apenas salimos del plantel.
-Oh no, tengo que regresar al trabajo. Sólo he pedido una hora libre para almorzar y aproveche para venir a traer los papeles.- Él asintió restándole importancia a la explicación.
- No hay problema, podemos vernos luego amiguita.- Asentí.
-Por supuesto que si renacuajo, no vemos entonces.- Me despedí dándole un abrazo.
- Nos vemos bonita.- Fuí al estacionamiento que estaba frente a la facultad de Artes, en donde me encontraba hace un momento. Busque el lugar en donde había dejado mi moto. Un segundo después me veía tropezando con alguien por el andar distraído de la otra persona, y claro sumandole con el mío no era para menos.
-¡Mierda!.- Espeté casi susurrando.- Lo siento mucho.- Dije.- Oh.- Complete cuando la miré. Al igual que ella, estaba sorprendida por el encuentro casual.-Hola Ángel ¿cómo has estado?.- Le sonreí. Se me había acelerado hasta la respiración.
-Hola Victo. Bien, muy bien.- Me devolvió la sonrisa, la cual no pude evitar apreciar un momento.- ¿Y tu qué tal? ¿Cómo va el trabajo?.- Preguntó apuntando a la chemise que cargaba.
- Excelente. Sólo llevo un día pero los chicos allá son muy tratables.- Admití.
-Me alegro mucho, de verdad.- Volvió a sonreír. Iba vestida con unos short de mezclilla corte alto y una blusa de tiros blanca combinándolo todo con unas converse blancas. Sus gustos por esos tipos de zapatos no habían cambiados. Recuerdo haberle visto puesto unos cinco pares de estos zapatos.- ¿Por casualidad no has visto a Adrían? Quedé en venir a buscarlo.
-Si. Lo dejé en la entrada de la facultad de artes hace un momento.- Respondí apuntando al edificio detrás de ella.
-Te lo agradezco...-Ella no parecía querer irse pero.- Bueno, fue un gusto verte. Nos vemos.- Yo no quería que lo hiciera. Se despidió con la mano y sonrió. Admito que un beso en la mejilla hubiese estado mejor, pero bueno. Tendré que enseñarle a ser detallista.
-Lo mismo digo Ángel. No vemos.- Observe cómo se alejaba y cuando menos pensó ella que yo no la observaba volteo, me sonrió y yo a ella.
...
- ¿Cómo está Gail? No te pregunté esta mañana por ella.- Decía mientras ordenaba dentro de la vitrina paquetes de micrófonos.
-Bueno, el pie lo tiene más hinchado que ayer, pero nada que preocuparse.- Dijo con desdén acomodando unas cosas en la registradora.- Al parecer lo analgecicos le agradan.- Solto un risilla.
-No era para esperarse menos.- Comenté ahora de cuclilla para alcanzar a los estantes más bajos.