Más Allá del Mar

El muchacho pelirrojo

Violet se preparaba para salir de su casa, se miró al espejo, estatura promedio, cabello castaño amarrado en una trenza, ojos almendrados color chocolate, al igual que su tez trigueña, hermosa para sus amigos, nada del otro para su despistada actitud, se dirigía directamente al aeropuerto donde abordaría el avión que la llevaría las mejores vacaciones que tendría. Tomó su mochila, la pequeña valija y las gafas de sol estilo gatuno de color rojo, dispuesta a salir de su casa.

Revisó que todas las ventanas estaban cerradas, que en la cocina todo estaba ordenado, que no se le quedaba el pasaportes y que tenía todo lo necesario para salir.

Realizó una nota mental de todo lo que tenía dándose cuenta que si no llegaba en media hora perdería el vuelo y eso no se lo podría permitir, así que tomó las llaves de su motocicleta y bajó corriendo las escaleras de su apartamento. Amarró su maleta al soporte de metal que te tenía su moto y la encendió con toda la intención de salir muy rápido.

Al llegar al aeropuerto caminó entre las personas, en búsqueda de su estación lista para llenar los requisitos para abordar el avión. 

 – ¿Nombre? – preguntó el guardia de oficio.

 – Violet Monier – respondió ella con una sonrisa.

Le entregó el pasaporte y el boleto, dejándola entrar por el portón. Todo iba muy bien.

Buscó su asiento junto a la ventana justo en el medio del gran avión, junto a dos señoras que comentaban el despegue. Las ignoro colocándose los audífonos que tenía en su mochila. Colocó la mejor “Playlist” que tenía y cerró los ojos dispuesta a que la próxima vez que los abriera estuviera en su destino.

Horas después sintió como alguien le tocaba el hombro.

 –“Señorita hemos llegado” – Violet se sorprendió de haber dormido tanto, pero aun así tomo su mochila y bajo del avión.

 –Hola Portugal – susurró con una sonrisa.

Caminó con paso apresurado para buscar su maleta.

Estaba esperando que de la correa saliera su maleta negra con detalles rojos.

Frente a ella un muchacho peculiarmente pelirrojo, esperaba de brazos cruzados, miraba con seriedad todas las maletas que cruzaban.

La castaña vio cómo su maleta cruzaba frente a ella, así que se agacho y la recogió.

 – ¡Hey! ¿Disculpa? – preguntó el muchacho alto con el cabello pelirrojo, ojos extremadamente claros y pecas esparcidas por su cara. – Esa maleta es mía.

– No, esta es mi valija – respondió la muchacha.

– Chica, es mía – Violet la puso detrás de ella protegiendo su maleta. El muchacho intento alcanzarla, hizo un gesto de exasperación al ver que la chica seguía protegiéndola con uñas y dientes.

– Tiene una cinta en  el zipper – gruñó enojado. Violet se quedó sería un momento, bajo la guardia y se giró, efectivamente el pelirrojo tenía razón.

Violet se sonrojo bastante y le entrego su valija al muchacho.

– Lo siento much…. – el muchacho simplemente se dio la vuelta y camino lejos de ella. Pensó que él estaba siendo un grosero, pero por fortuna no lo volvería a ver.

Volvió a buscar su maleta y camino a donde tendría que ir.

Luego de unos minutos salió del aeropuerto dispuesta a buscar un taxi que la llevara a su hotel.

Se paró frente a la puerta y a unos pasos, vio nuevamente al chico pelirrojo que al parecer también esperaba un taxi.

Un taxi se estaciono frente a ella, dispuesta a subir tomo la manija del auto.

– ¡Llevo casi media hora esperando un miserable taxi! – objetó el chico pelirrojo.

– Pero yo llegue primero a este taxi – respondió Violet.

– ¡Pero es por turnos! - exclamó.

– ¡No! – dijo ella.

El chico se había enojado, pero ella no le daría su taxi, quería llegar a su hotel.

El taxista portugués entendia poco de lo que ellos hablaban en español, asi que supuso que venían junto. Salio del asiento del conductor y ayudo a al joven a subir su maleta al auto.

El pelirrojo sonrió, y Violet refunfuñó.

– ¿Qué le pasa? – preguntó la chica. El taxista no sabía que decía. El joven pelirrojo al ver lo que pasaba sacó un pequeño libro. Empezó a ojearlo y al encontrar lo que diría leyó con palabras torpes.

– Nós…não nos… reu..reu..reunimos – el taxista cambio su expresión. Al parecer pidió disculpas y pregunto algo.



#42510 en Novela romántica
#28024 en Otros
#4095 en Humor

En el texto hay: amor de verano, accidentes

Editado: 10.11.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.