Me despierto con un terrible dolor de cabeza y en una cama muy cómoda, la habitación es azul oscuro, están las cortinas cerradas, me duele mucho la cabeza, escucho los pájaros cantar... ¿Dónde estoy?
Golpean la puerta y no sé quién es, veo debajo de las sabanas y estoy con ropa, un alivio recorre todo mi cuerpo.
No me hubiese gustado haber hecho cosas que obviamente después me arrepentiría, odio arrepentirme de las cosas que hago.
— ¿Pase? — hablo tímida.
La palabra dicha logra que un hermoso chico entre a la habitación donde me encuentro.
—Buenos días, linda— pronuncia Ashton para luego sonreír. Se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.
— ¿Qué hora es?— le digo sentándome en la cama.—¿y tus padres?
—Son las 9, es temprano, y mis padres no están en la ciudad, el trabajo—se encoje de hombros.
— ¿Las nueve? Tengo que ir a clases—me iba a levantar cuando Ashton me tomo de la mano deteniéndome.
—No hay clases hoy— lo miré desconfiada— ¿No prestaste atención ayer? — negué confundida— el director nos dio el día libre, todos asistirían a la fiesta de Sharon, no quería alumnos borrachos—asentí y solté un suspiro aliviada, Trent me había dicho que el director nos daría el día libre, pero no le presté demasiada atención.
— ¿Me puedes decir que paso ayer? Por favor— frunció el ceño ligeramente—por favor—No recordaba muy bien lo que pasó en la noche. Necesitaba recordar. Abrí mis ojos ampliamente, para que estos brillaran, mientras hacia un ligero puchero.
—Imposible resistirse a esa mirada—me sonrió—. Luego de que te pregunté si querías que te llevara, lo cual me dijiste que sí, me hiciste buscar a Trent, pero no lo encontramos y entonces pedí un taxi, apenas te subiste te quedaste dormida, yo.. —Se rasca la cabeza nervioso— no sabía la dirección de tu casa y le dije al taxista que nos trajera a la mía, espero no te moleste, pero no podía dejarte ni en la fiesta, ni en la calle.
— ¿Te aprovechaste de mi estado? — las palabras se escaparon solas de mi boca, me ruboricé—.Perdón, yo no...— le pediría perdón por mi inapropiada pregunta, pero fui interrumpida.
—No, no lo hice— me sonrió—, de hecho fuiste tú quien intentó aprovecharse.
—Mels, despierta llegamos a mi casa— escuchaba que alguien repetía mi nombre varias veces, pero se escuchaba lejano— te cargaré— habló la voz y luego sentí que avanzaba pero no caminaba, sentía una presión en mis muslos.
Escucho una puerta abrirse, luego se cierra fuerte, sigo moviéndome, intento abrir un ojo, cuando lo logro veo como subo unas escaleras, Ashton, quien me lleva en brazos abre una puerta más y luego me recuesta en una cama.
Me quita mis zapatillas y me tapa con la colcha.
—Quédate— le dije, él se acercó y beso mi frente, yo lo agarre del cuello, lo que hizo que cayera encima de mí.
—Descansa linda— me beso los labios—, me voy a la habitación de mis padres—le di un pequeño beso—. Mels debo irme—le di otro beso—, bueno, me quedo, pero solo unos minutos.
Se acomodó al lado mío, no se quitó la ropa ni nada, solo se recostó.
Estábamos tumbados y en un rápido movimiento quede encima de él, a horcajadas, él se sorprendió y comencé a besarlo. Nunca hubiese hecho eso con un chico como Ashton, él es mayor. Luego de unos segundos Ashton me correspondió el beso, un beso caliente.
¿Cuándo tendría una oportunidad así? Nunca, sin duda el alcohol hace hacer cosas que uno jamás haría.
Mi lengua recorría su boca, mientras el colocaba sus manos en mis caderas, las cuales comencé a mover, frotando mi sexo en su pelvis. Pude sentir un bulto.
Le quite la camiseta y comencé a besar su cuerpo, sentía su agitada respiración. El me acariciaba, la cara, los brazos, mi espalda mientras yo bajaba con mis besos.
Comencé a desabrochar su pantalón, iba a comenzar a bajarlos cuando unas manos me detuvieron, Ashton me agarró de las muñecas.
—Nena, no, no quiero que hagas eso— tiró de mí, para que quedara a su lado.
— ¿Por qué no? — hice un puchero, para intentar causarle ternura como había sucedido hace unos minutos.
—Porque quiero que luego lo recuerdes— dice para luego ponerse la camiseta, la cual yo había quitado.
—No quieres estar conmigo—afirmé.
—No, linda, no es eso—me lleva una de mis manos a su corazon, está agitado—,solo no quiero aprovecharme— me da un casto beso—, te juro que me encantaría, pero hoy no, buenas noches, linda— se levanta de la cama, pero yo tomo su brazo.
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Editado: 26.06.2018