Trent
Abro mis ojos, los cuales inmediatamente cierro, le había dicho Te amo a Sharon, siento unas enormes ganas de salir corriendo.
Ojala no haya escuchado nada.
Abro lentamente mis ojos, uno a uno, Sharon me está mirando con una enorme sonrisa.
— ¿Me dijiste te amo? — me escuchó.
—No, yo no dije eso— intento pensar rápidamente en un pretexto.
Como se me ocurre besar a una chica pensado en Mels, ella es única.
—Trent, por favor, no soy sorda ni estúpida— me está mirando con el ceño fruncido, sus brazos están cruzados, obviamente no me creerá si le digo otra cosa.
—Lo juro— levanto mi mano para enfatizar lo que acabo de decir, algo se me ocurrirá— yo dije ¿te lamo? — definitivamente debería cerrar mi boca.
— ¿Quiere lamerme? — Pregunta seductora— mejor aún— muerde su labio inferior lentamente— pero yo primero.
Agarra mi mano firme. Empieza a caminar rápidamente.
— ¿Dónde vamos? — pregunto un poco asustado.
Ella se detiene, se gira para encararme, una sonrisa coqueta se dibuja en su rostro.
—A mi casa— se acerca a mí y roza nuestros labios.
Creo que tengo miedo, pánico, no quiero estar solo con ella.
Mels.
Tengo una opresión en el pecho, camino rápido alejándome rápidamente de Trent, cuando estoy suficientemente lejos mi andar disminuye la velocidad.
No puedo creer que Trent me haya cambiado por Sharon.
— ¿Todo bien, bebé? — habla dulcemente cuando llego hasta él, sonrío ante sus palabras.
— ¿Contigo al lado? Todo va perfecto— soy sincera, cuando estoy con él todo parece fluir a mi favor.
Me acerco hasta él y lo beso, necesito olvidar lo ocurrido hace unos instantes, intento sacar de mi mente a Trent, pero no puedo. No debería pensar en el cuándo estoy besando a mi novio. Intensifico el beso con Ashton, al pasar los minutos él se separa para hablar.
— ¿Quieres ir a otro lugar?
—Claro ¿Qué quieres hacer? — Ashton se levanta y comenzamos a caminar fuera de la heladería.
—Yo pensaba que... bueno, podríamos ir a mi casa— habla nervioso, mira sus manos.
—Oh— una "O" se forma en mis labios— me encanta la idea, podríamos ver una película— sonrío ampliamente.
—Yo encantado, bueno vamos— pasa su brazo por mis hombros— debo pasar a la farmacia, está en la próxima calle.
—Está bien, pero ¿por qué? — pregunto curiosa.
—Debo comprar unas cosas que necesito, no demoraremos— sonríe.
—Está bien— habla animadamente, quizás deba comprar vitaminas C o algo por estilo, tal vez podríamos comprar palomitas para ver la película.
Bueno, lo que sea es mejor acompañarlo que estar sola en casa, ya que mi madre no está, como siempre. No sé si salió con ese tal Ralph, que por lo que se puede ser un amigo, un compañero de trabajo o quizás un novio. También puede estar trabajando en alguno de sus turnos extremadamente largos.
Cuando llegamos a la farmacia él va directamente al mesón de atención, yo me voy hacia la zona de perfumes, huelo algunos, todos asquerosos, no me fascinan los perfumes, ya que me marean.
—Listo, bebé— me sobresalto por la repentina llegada de Ashton, pasa su mano por mi cintura y junta sus labios con los míos. Caminamos para salir de la farmacia.
Llegamos a la casa de Ashton, sus padres no están en casa, están de viaje, pero llegarán en unos días, él aún no sabe cuándo. Nos dirigimos a la cocina y ambos preparamos un jugo de frutas, el saca un paquete de palomitas y nos dirigimos a la sala para ver una película.
Ashton coloca una película romántica, la cual trata sobre una famosa novela, quise leerla, pero no pude comprarla. Había querido ver la película apenas había llegado al cine, pero Trent no me quiso acompañar, dijo que eran películas de chicas, sé que no era por eso, sino porque es demasiado sensible y hubiese llorado más que yo, lo que habría causado burlas de mi parte por semanas.
Cuando Ashton me ofreció verla acepté de inmediato, lo cual me arrepiento, lloré un océano, que vergüenza, primer día de novios y Ashton ya me vio con mi peor rostro. No pensé llorar, eso no me pasa con las películas, con los libros claro que sí. La película terminó y Ashton me abrazó dulcemente.
— ¿Quiere subir a mi habitación y recostarte un rato? — pregunta mientras acaricia mi cabello.
— ¿Tan mal me veo? — indago sorbiendo mi nariz.
—Hermosa, como siempre, pero creo que necesitas descansar, así yo podré acariciarte.
—Bueno—exclamo como niña pequeña.
Subimos a su habitación, la cual recuerdo tal y como esta. Él me dirige, aun tomados de la mano, hacia su cama, en la cual me recuesto de inmediato.
Ashton se acerca hasta mí y quita mis zapatillas delicadamente. Apenas si puedo mover mis pies, estoy triste.
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Editado: 26.06.2018